El número de desplazados internos creció de forma brusca debido al conflicto y la violencia, según un reporte de Unicef. La cifra ha pasado de 25 millones de personas hace una década a más de 40 millones en los últimos cinco años, señaló la agencia. Y el año pasado, más del 40 por ciento de los desplazados eran menores de 18, indicó.
Naciones Unidas, 5 de mayo (AP).— Unos 46 millones de personas, 19 millones de ellos niños, huyeron el año pasado de la violencia y los conflictos sin salir de su país, según dijo el martes la agencia de Naciones Unidas para la infancia. Millones más se vieron desplazados por desastres naturales.
El número de desplazados internos creció de forma brusca debido al conflicto y la violencia, según un reporte de Unicef. La cifra ha pasado de 25 millones de personas hace una década a más de 40 millones en los últimos cinco años, señaló la agencia. Y el año pasado, más del 40 por ciento de los desplazados eran menores de 18, indicó.
“Millones de niños desplazados en todo el mundo ya viven sin cuidados ni protección adecuados”, dijo en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore. «Cuando emergen nuevas crisis, como la pandemia de COVID-19, estos niños son especialmente vulnerables».
En 2019 se documentaron 33 millones de desplazamientos nuevos, unos 25 millones debidos a desastres naturales y 8.5 millones por conflictos y violencia, según el informe.
Eso incluyó 12 millones de niños, 3.8 millones desplazados por el conflicto y la violencia y 8.2 millones por desastres asociados sobre todo a fenómenos climatológicos, como inundaciones y tormentas.
La pandemia del coronavirus está empeorando una situación que ya era crítica para los menores desplazados y sus familias, señaló UNICEF.
En su informe “Perdidos en casa”, la agencia señaló que los niños desplazados no tienen acceso a servicios básicos y corren el riesgo de verse expuestos a violencia, explotación, abusos, tráfico de personas, trabajo infantil, matrimonio infantil y separación familiar.
La organización pidió inversiones estratégicas y un esfuerzo conjunto de las familias, la sociedad civil, el sector privado, grupos humanitarios y los propios menores para abordar estos problemas.