Las elecciones se complican para el PRI en Colima este 7 de junio, estado que no ha sido gobernado por ninguna otra fuerza política.
El candidato priista Ignacio Peralta Sánchez, quien fuera impuesto por el presidente Peña Nieto pasando por encima de la más mínima expresión de democracia partidista, no ha hecho sino enfrascarse en una vorágine de errores.
El más grave no ha sido el haber declarado en un video (video que sacaron ya del aire) sobre la detención del narcotraficante Nemesio Oseguera Ramos, alias «El Mencho», líder del cártel Jalisco Nueva Generación, lo que derivaría en los narcobloqueos sucedidos en Jalisco y Colima hace unos días, sino su vinculación con un grupo de políticos colimenses ligados al narcotráfico y otros males no menos reprochables, como la corrupción, el enriquecimiento ilícito y el nepotismo.
El más peligroso de todos estos personajes es el ex gobernador priista Fernando Moreno Peña, quien fuera delegado del CEN del PRI durante la campaña de Fausto Vallejo en Michoacán y cuyos vínculos con «La Tuta« y los Caballeros Templarios fueron denunciados hace unos días por el candidato panista a la gubernatura Jorge Luis Preciado Rodríguez,
Si a esto agregamos el enorme parecido que tiene Peralta Sánchez con el presidente Peña Nieto (político lerdo, elitista y corrupto), la gubernatura para el PRI en Colima está en reales aprietos, aun cuando la maquinaria priista ha conseguido secuestrar a prácticamente la totalidad de los medios de comunicación colimense, periodistas y articulistas incluidos, y ha iniciado una estrategia de represión contra los brigadistas de los partidos opositores, especialmente contra el PAN, la fuerza política que más amenaza la victoria priista.
Una sociedad hastiada de los gobiernos priistas (como se puede ver en las redes sociales, principalmente en Facebook) y más crítica de su realidad es lo único que podrá traer la alternancia en un Colima que, de obtener el triunfo el PRI, corre el riesgo de convertirse en otro narcoestado más.
@rogelioguedea