Una generación que vio en Cobain a su líder espiritual y que le encumbró de manera fulgurante (muy a su pesar) a la categoría de icono, sin duda una responsabilidad demasiado pesada para sus hombros.
Por David Gallardo
Madrid , 5 de abril (EuropaPress).- El 20 de febrero de 1967 la localidad estadounidense de Aberdeen, Washington, celebraba la llegada al mundo de Kurt Donald Cobain, un bebé singular destinado a marcar una frondosa y refulgiente línea roja en la música popular de nuestro tiempo.
Porque nada fue igual tras la publicación de «Nevermind» el 24 de septiembre de 1991. Ese fue el disco con el que Nirvana cambió las reglas de la industria musical, marcando un antes y un después, colocando al grunge como el género de toda una generación desencantada, angustiada y rabiosa a partes iguales.
Una generación que vio en Cobain a su líder espiritual y que le encumbró de manera fulgurante (muy a su pesar) a la categoría de icono, sin duda una responsabilidad demasiado pesada para sus hombros. Pero era su destino convertirse en leyenda con una prematura muerte y ante eso nadie puede luchar.
Fue el 8 de abril de 1994 cuando el mundo de la música en particular y el planeta en general quedó conmocionado por el suicidio del líder de Nirvana a los 27 años -muerto tres días antes, el 5 de abril-. Por eso este viernes, para conmemorar su figura 25 años después, proponemos un repaso a su trayectoria musical a través de 10 de sus composiciones. Su gran legado.
BIG CHEESE (1988)
Tras los típicos años de ensayo y error, Cobain fundó Nirvana en 1987 con su colega de instituto y bajista Kirst Novoselic, quien se animó tras escuchar una maqueta de Fecal Matter, al anterior proyecto de Kurt. Al siguiente año lanzaron a través del sello Sub Pop su primer single, con una versión («Love Fuzz» de la banda holandesa Shocking Blue) y su primer tema original, este «Big Cheese» en el que ya se reconocen todos los ingredientes de la fórmula que terminaría dando el éxito a la banda.
ABOUT A GIRL (1989)
El primer largo de Nirvana llegó en 1989 con el título de «Bleach». Pero ya en ese trabajo había algo aún por pulir. Una canción igualmente fogosa pero con una pegadiza (y lúgubre) melodía pop. Casi una involuntaria anomalía que inconscientemente les estaba abriendo todas las puertas, primero en el mundillo y después ante el público masivo, como se demostró años después con su versión acústica del «Unplugged in New York» de 1994.
NEGATIVE CREEP (1989)
Punk garajero desbocado, una explosión de furia incontrolable que, a pesar de su intensidad, fue apenas escuchada por unos cuantos. Porque «Bleach» tuvo un éxito moderado en los circuitos independientes norteamericanos, aunque sirvió para que la banda comenzara a hacerse escuchar. Ahora el álbum ha pasado ya de los cinco millones de unidades vendidas.
SMELLS LIKE TEEN SPIRIT (1991)
La MTV estalló en mil pedazos tras emitir por primera vez aquel inquietante vídeo con cheerleaders danzando en un ambiente hostil al fiero ritmo de unos rockeros desaliñados y coléricos. Ya no había vuelta atrás, Nirvana era la banda más arrebatadoramente guay del momento y estaban entre nosotros para marcarnos el camino a seguir.
COME AS YOU ARE (1991)
«Nevermind» ha vendido 30 millones de copias hasta hoy (y subiendo) gracias a temas como, por supuesto, «Smells like teen spirit». Pero no podemos olvidar tampoco otros singles miles de veces radiados como este lúgubre «Come as you are», que casi consiguió competir en popularidad con el tema que abrió la caja de los truenos. Casi.
LITHIUM (1991)
Escuchándolo de principio a fin, da la sensación de que cualquier canción de Nevermind podría haber sido un single de éxito. Tal es el tamaño de este disco clásico que contiene también «In bloom», «Breed», «Polly», «Territorial pissings», «Drain you», «Lounge act», «Stay away», «On a plain», «Something in the way», «Endless nameless» y, por supuesto, «Lithium».
HEART SHAPED BOX (1993)
El estallido provocado por «Nevermind» convirtió a Nirvana en clásicos instantáneos, catalizadores de la ira contenida e inherente a toda una generación de jóvenes. Por eso el grunge definió toda la música del primer lustro de los noventa, con infinidad de bandas siguiendo la estela de Kurt y los suyos. Su siguiente paso, In Utero, con una producción más cruda y salvaje, despachó 15 millones de copias.
DUMB (1993)
La violencia sonora de «In utero» tiene también su contrapeso en piezas acústicas y oscuras como este «Dumb» en el que Cobain expresa su desafección social absoluta. Por eso miles de fans la adoptaron casi como su propio himno vital: «I’m not like them, but i can pretend, the sun is gone, but i have a light, the day is done, but i’m having fun, I think I’m dumb or maybe just happy, think I’m just happy, think I’m just happy, think I’m just happy».
ALL APOLOGIES (1994)
A pesar de su desmesurado éxito, «In Utero» (1993) no pudo igualar a «Nevermind», pero eso ya daba igual, tal era el estatus casi mitológico del trío formado por Cobain, Novoselic y Dave Grohl. Por eso la MTV les invitó a protagonizar uno de sus famosos «Unplugged», que terminó siendo un disco póstumo publicado meses después de la muerte de Kurt. Y como suele pasar en estas ocasiones, el público lo recibió con demencia, aupándolo hasta los primeros puestos de las listas de ventas de todo el mundo.
Un repaso reposado a una trayectoria originalmente iracunda, con la nueva versión más amigable de «About a Girl» sonando literalmente en todas partes a todas horas, igual que la versión del tema de David Bowie «The Man Who Sold the World». Pero nos quedamos con «All Apologies», editada originalmente en «In utero», por su ambiente de taciturna despedida prematura, casi profética.
THE MAN WHO SOLD THE WORLD (1994)
Ya que hemos mencionado «The man who sold the world», huelga destacar que es un tema original de David Bowie que Nirvana versionaron en este Unplugged para presentárselo así a toda una nueva generación. Considerada por muchos como una reinterpretación mejorada de la original, fue uno de los puntos fuertos de su acústico para la MTV, también omnipresente en todas partes durante los meses siguientes a la muerte del líder caído.
THE YODEL SONG (2015)
Como suele ser habitual, tras el impactante fallecimiento (y el de Cobain lo fue como el que más) de una estrella, todo lo que hizo en vida se revaloriza a la fuerza. Así comienza una labor de arqueología musical que busca rentabilizar el fatal desenlace al tiempo que se mantiene de alguna manera vivo al icono de turno.
Tras la muerte de Kurt, los fans han podido disfrutar de rarezas y directos de diversas épocas de la banda. Con motivo del documental «Montage of Heck», el cineasta Brett Morgen tuvo acceso a más de 200 horas de música inédita. De ahí salió el primer «disco en solitario» de Cobain.
Publicado en noviembre de 2015 con maquetas y grabaciones, en realidad no aporta nada, pero se promocionó casi como la resurreción de las almas. Eso sin olvidar que si Kurt estuviera vivo, casi con total seguridad se hubiera opuesto a su lanzamiento. Pero la voraz industria musical, ay, tiene estas cosas.