Brasil se enfrenta a su peor fase de la pandemia de la COVID-19, ya que su variante del coronavirus, conocida como P.1 y originaria de Amazonas, ya está presente en casi todo el territorio nacional. Felipe Naveca, virólogo del Instituto Leônidas & María Deane (Fiocruz Amazonia), aseguró que no le «sorprendería ni un poco que la P.1 fuera la principal responsable de lo que está pasando en el sur» del país.
Por Carlos Meneses Sánchez
Sao Paulo, 5 mar (EFE).– Las nuevas variantes del coronavirus consideradas más transmisibles y peligrosas avanzan por Brasil y ya son predominantes en al menos un cuarto del país, que enfrenta la peor fase de la pandemia con más de mil 600 muertos diarios.
Contenedores frigoríficos para almacenar cuerpos, ambulancias transformadas en improvisadas habitaciones de hospital, traslado de pacientes a miles de kilómetros de distancia… Las señales de un inminente colapso sanitario son cada vez más visibles en Brasil.
En los tres últimos días el número de fallecidos asociados a la COVID-19 no ha bajado de mil 600. Sólo el miércoles se perdieron mil 910 vidas, récord absoluto en el país, según el Ministerio de Salud.
El hartazgo de una parte de la sociedad después de un año de restricciones, el negacionismo del Presidente Jair Bolsonaro y la falta de medidas a nivel nacional, convierten además a Brasil en un enorme «granero» para la aparición de nuevas variantes, según especialistas consultados por EFE.
«Brasil se está transformando en el mayor laboratorio a cielo abierto de coronavirus, pueden surgir un gran numero de mutaciones» y a raíz de eso, «variantes más infecciones y letales», alertó este viernes a EFE el reputado científico brasileño Miguel Nicolelis, profesor catedrático de la Universidad Duke de Estados Unidos.
Desde el inicio de la crisis sanitaria, Brasil acumula 260 mil 970 muertes y cerca de 10.8 millones de casos, aunque se estima que el número real de infecciones es hasta dos o tres veces mayor.
En las últimas 24 horas registró más de 70 mil casos, el que más en el mundo, por encima incluso de Estados Unidos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Consecuencia? Tres cuartas partes de Brasil está con más del 80 por ciento de sus camas de terapia intensiva ocupadas.
NUEVAS VARIANTES GANAN TERRENO
Detrás de este «tsunami» de contagios que crece sin cesar desde noviembre hay varios factores, pero el que más inquieta a los científicos es la circulación sin freno de variantes del SARS-CoV-2 con mutaciones asociadas a un mayor poder de infección.
En al menos siete de los 27 estados brasileños ya son mayoría los casos detectados con las llamadas «variantes de preocupación»: Amazonas, Ceará, Pernambuco, Río de Janeiro, Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná, según la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), centro de investigación médica referencia en Latinoamérica.
En todos ellos, los hospitales están al límite, especialmente en los tres últimos, que conforman la región sur del país. Y parece ser apenas el principio.
«El efecto de las variantes va a comenzar a sentirse ahora», alertó Nicolelis.
La Fiocruz ha identificado en más de la mitad de los contagios de esos estados la mutación que comparten las variantes de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil.
La brasileña, conocida como P.1 y originaria de Amazonas, ya está presente en casi todo el territorio nacional.
«La película se repite. Amazonas fue el primero, pero los otros están yendo detrás. No me sorprendería ni un poco que la P.1 fuera la principal responsable de lo que está pasando en el sur», afirmó a EFE Felipe Naveca, virólogo del Instituto Leônidas & María Deane (Fiocruz Amazonia).
Por otro lado, cada vez son más los indicios que apuntan a que la variante brasileña es capaz de evadir los anticuerpos generados por una persona que superó la COVID previamente.
Y lo peor, a mayor número de casos, mayor la probabilidad de que aparezca un nuevo linaje. De hecho, la Fiocruz ha aumentado su capacidad de secuenciamiento genético en todo el país a fin de averiguar «si la propia P.1 también está evolucionando».
«Mientras tengamos ese ambiente con millones de casos diariamente existe la posibilidad de que surja otra variante y no sé si será peor que la P.1. Precisamos cortar la transmisión para que no haya chances de que aparezca algo peor», insistió Naveca.
LARGAS FILAS PARA UNA VACUNA QUE ESCASEA
Mientras, la campaña de vacunación avanza lentamente, en medio de una gran desesperación social. Apenas ha recibido la primera dosis un 3.5 por ciento de la población.
En el área metropolitana de Río de Janeiro, la Alcaldía de Duque de Caxias decidió llamar a las personas con más de 60 años, a pesar de que sólo tiene dosis disponibles para un siete por ciento de ellos.
El anunció provocó aglomeraciones y filas kilométricas de vehículos en esta localidad, que empezó a recibir cientos de personas de localidades adyacentes deseosas de ser vacunadas.
En paralelo, cada vez son más los Gobiernos regionales y municipales que han optado por endurecer las medidas sanitarias para contener el virus. A partir de este viernes entra en vigor un toque de queda nocturno en la ciudad de Río de Janeiro.
Fortaleza, capital de Ceará (nordeste), estrenó también hoy el cierre de todos los negocios de la ciudad, salvo los esenciales. La misma medida empezará a regir desde mañana sábado y por dos semanas en todo el estado de Sao Paulo.
CAMIONEROS PROTESTAN CONTRA RESTRICCIONES EN SAO PAULO
Ajenos a la crisis sanitaria, un grupo de camioneros bloqueó este viernes una importante carretera de Sao Paulo para protestar contra las restricciones adoptadas en la región.
El sector camionero es un importante aliado de la base social de Bolsonaro, negacionista sobre la gravedad de la pandemia.
El mandatario ultraderechista, que censura el uso de la mascarilla, ha redoblado en los últimos días sus ataques contra gobernadores y alcaldes por imponer nuevas restricciones.
«Basta de ser quisquillosos, de mimimi, ¿vamos a llorar hasta cuándo?», se preguntó el Jefe de Estado de forma airada, en el peor momento de la pandemia.