#MetaDatos | Durante el sexenio del ex Presidente Enrique Peña Nieto los hackeos en contra de portales del Gobierno se multiplicaron y se mantuvieron constantes hasta 2017. Destacan las operaciones que derivaron de las protestas por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa y el aumento de los feminicidios.
A través de las redes sociales diversos grupos de hacktivistas se adjudicaron los hackeos y hoy sus mensajes son un documento histórico que evidencia la vulnerabilidad en la seguridad del Gobierno mexicano ante amenazas cibernéticas.
Ciudad de México, 5 de marzo (SinEmbargo).– Durante el sexenio del ex Presidente Enrique Peña Nieto, grupos de hacktivistas mantuvieron una intensa ofensiva dirigida a portales gubernamentales. A través de varios mensajes, los piratas cibernéticos dejaron en claro que los fines de sus actividades que iban más allá de sólo demostrar su capacidad para violentar la seguridad de sitios oficiales y destacaron sus protestas por la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero; el asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril y el aumento de los feminicidios en todo el país.
Durante sus operaciones, las redes sociales (RRSS) sirvieron al colectivo de plataforma de difusión; en ellas introdujeron códigos que rápidamente fueron asimilados entre los usuarios de Twitter: #TangoDown, empleado para alertar de hackeos, y #Op para convocar a participar en operaciones.
Entre 2013 y 2017, varios grupos se adjudicaron hackeos al dominio gob.mx, al Congreso de la Unión, a Televisa y TvAzteca, a monopolios como Telmex y a partidos políticos como el Revolucionario Institucional (PRI) y el De la Revolución Democrática (PRD).
El 16 de enero de 2013 fueron hackeadas las páginas del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de la Marina (Semar). Desde Twitter, Anonymous hispano se adjudicó el ataque que puso en evidencia la vulnerabilidad de la seguridad de los portales web pertenecientes al aparato seguridad del Estado mexicano.
Este primer hackeo fue ejecutado a unos días de que Peña Nieto tomara el poder en medio de intensas protestas a nivel nacional, y en las que cientos de personas fueron detenidas de manera arbitraria en la Ciudad de México.
El hackeo tuvo lugar cerca de las 14:00 horas de aquel miércoles 16 de enero. En el portal de la Sedena los hactivistas dejaron un extracto de la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, al que llamaron también Manifiesto Zapatista Anonymous:
“Al pueblo de México, A los pueblos y gobiernos del mundo.
Hermanos:
Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz. Para todos todo, Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta. Para nosotros nada”.
A través de diferentes cuentas de Twitter, Anonymous hispano se adjudicó el ataque y ese día el hashtag #EPNPresienteDelHackeo se replicó en cientos de cuentas. A partir de esa intervención, los hackeos se multiplicaron en redes como Twitter, donde permanecen en el historial de conversaciones del colectivo.
La desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Raúl Isidro Burgos, entre el 26 y 27 de septiembre de 2014 y en el que estuvieron involucradas fuerzas policiales de Iguala, Guerrero, generó múltiples protestas a nivel nacional. Desde las calles y hasta el ciberespacio, el titular del Ejecutivo federal fue objeto de numerosas consignas, entre las que prevaleció la exigencia de su renuncia.
A raíz de este acontecimiento, la actividad de Anonymous se reactivó el 20 de noviembre de 2014. A través de la etiqueta #OpRevolución, fueron hackeados los portales de la Policía Estatal de Guerrero, la del Congreso de aquella entidad y otras más como la del Gobierno de Veracruz. Los ataques a portales del Gobierno se prologaron hasta el 2017.
LA VIOLENCIA FUE EL DETONANTE
Las operaciones fueron llevados a cabo por colectivos de hacktivistas, entre los que destacan por su actividad en RRSS los denominados Anonymous Hispano, Mexican Hackers, Anonymous México-mexicanH Team, que se adjudicaron la mayoría de las operaciones.
Los ataques de tipo defaced [aquellos que suplantan la apariencia de los sitios] son informados al público por desde las RRSS.
Acéfalo y herogéneo, el colectivo Anonymous y otros grupos de piratas cibernéticos resultan difíciles de clasificar bajo una sola causa. Sin embargo, durante el periodo de Gobierno de Peña Nieto el incremento de la violencia –derivada de la fallida estrategia del Gobierno federal en materia de seguridad y el debilitamiento del Estado de derecho– fue su principal detonante.
En 2015, nuevos hackeos se detonaron luego del asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa por quien fue vulnerada la seguridad del portal de México Conectado, iniciativa de la Estrategia Digital Nacional (EDN). También se realizaron hackeos por el incremento de los feminicidios en todo el país.
2015: ESTALLA LA CRISIS
Las alertas que fueron publicadas en las RRSS sobre hackeos a portales gubernamentales se intensificaron en 2015. Ese año coincide con el interés de los órganos castrenses por reforzar sus estrategias de ciberseguridad.
Algunos informes de la propia Semar y la Sedena sugieren que hasta ese año comenzaron a proponer la creación de órganos centralizados para combatir la ciberdeliencuencia.
En 2017, la Semar inauguró la Unidad de Ciberseguridad (UNICIBER) para reforzar las estructura de seguridad en materia informática. Ese mismo año, los miembros de este órgano castrense recibieron capacitación internacional de acuerdo con el Quinto Informe de labores 2016-2017 de la Semar ante el Congreso de la Unión.
El informe describe varias capacitaciones, entre estas una llevada a cabo en Washington en el marco de la reunión del Grupo Bilateral de Cooperación en Seguridad México–Estados Unidos de América. A estas se sumaron otras reuniones similares en Miami, Florida, Panamá y Chile.
Mientras la voz de los hacktivistas se hacía escuchar y contribuía que la presión social sobre el Gobierno mexicano se incrementara, el Estado orientó sus actividades de inteligencia en el ciudadano común.
En 2014, la Procuraduría General de la República (PGR) –hoy Fiscalía General de la República– invirtió más de 32 millones de dólares en adquirir a la empresa Techbull SA de CV el software Pegasus, con el que emprendió actividades de espionaje a periodistas, activistas y políticos que resultaban incómodos para la administración federal.
*En el gráfico se relaciona a los hackeos con grupos que en las RRSS se adjudicaron dichos ciberataques.