El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que “si Morena se echara a perder”, él no nada más renunciaría; además desearía que el instituto político cambiara de nombre en vista de que la denominación actual permitió “llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país”.
Por Eduardo Andrade Uribe
Ciudad de México, 5 de febrero (Zeta).- Relevada como dirigente por Alfonso Ramírez Cuéllar en sesión de consejeros, Yeidckol Polevnsky desconoció el encuentro celebrado el domingo 26 de enero, y advirtió que interpondría impugnación. Mientras tanto, el nuevo líder se dispone a presentar actas notariales para defender su nombramiento y arguye que su designación se fincó en la “representación legítima” del partido. Senador suplente desconoce ambos liderazgos y propone establecer plazo de 90 días para renovar formalmente la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
El congreso extraordinario de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), celebrado el 26 de enero y en el cual se reemplazó a Yeidckol Polevnsky como dirigente del partido, incumplió con distintas disposiciones contempladas en los estatutos de ese instituto político, acusó la lideresa partidista que se sigue asumiendo como presidenta en funciones.
El encuentro careció de representación del Comité Ejecutivo Nacional y se llevó a cabo sin que este órgano emitiera la convocatoria correspondiente, lo cual contravino a los artículos 34 y 35 estatutarios, respectivamente.
A pesar de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló (por falta de quórum) la asamblea del 30 de noviembre de 2019, en la que quedó programado el congreso extraordinario, la titular del Consejo Nacional, Bertha Luján, procedió a la realización de la sesión, en la cual Alfonso Ramírez Cuéllar fue elegido como dirigente interino.
Bajo el método de “mano alzada”, el Diputado Federal se ungió como presidente provisional del partido en el poder, con la encomienda de que a más tardar en cuatro meses convoque a elecciones internas para que Morena cuente con dirigente formal.
En su momento, Luján Uranga expresó que el Artículo 34 la asistía, en vista de que establece que las sesiones extraordinarias “serán presididas por el presidente del Consejo Nacional y el Comité Ejecutivo Nacional”, punto con el cual Polevnsky discrepó, pues a su modo de ver, el hecho de que ambos órganos estén facultados para emprender semejante tarea no implica que el uno sin el otro pueda hacerlo.
“El Congreso Nacional tiene que ser encabezado por el presidente del Comité Ejecutivo Nacional y el presidente del Consejo, no puede hacerlo uno, tienen que ser los dos”, refirió.
Por lo que respecta a la convocatoria, Polevnsky arguyó en declaraciones periodísticas que “los consejeros no pueden convocar, pueden solicitar que se convoque, pero debe haber todo un procedimiento que no se llevó a cabo”.
Sobre la designación de Ramírez Cuéllar como mandamás del partido oficialista, por otro lado objetó: “En el Estatuto no existe la figura de presidente interino o provisional”.
A propósito de su propia destitución, la cual consistió en que se mantenga solo como secretaria general (cargo ostentaba a plenitud previo a asumir como presidenta en funciones), argumentó vía red social que para ello tendría que haberse efectuado un procedimiento “que se debe validar y justificar” ante el Instituto Nacional Electoral (INE), y aseguró, “nada de eso se hizo”.
La ex Senadora agregaría que actualmente es inviable elegir nuevos dirigentes, toda vez que “existe una resolución del TEPJF que plantea que el Comité Ejecutivo Nacional debe reponer la elección interna”.
Polevnsky Gurwitz anunció que ante el relevo aprobado en Congreso Nacional extraordinario, ella procederá en consecuencia: “Vamos a presentar una impugnación, no podemos permitir este atropello a los estatutos, siendo el partido en el poder tenemos la responsabilidad de poner el ejemplo y respetar la Ley”.
LAS DOS DIRIGENCIAS
Sobre su pretensión de permanecer en la dirigencia nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky observó que de acuerdo con la jurisprudencia 48/2013, existe “una prórroga implícita en la duración de los cargos de los dirigentes cuando no se haya podido elegir sustituto por causas extraordinarias y transitorias”.
Previamente manifestó que para llevar a cabo un proceso electivo es necesario acatar la resolución del Tribunal, relativa a “renovar el padrón (de Morena), credencializar” y de esa manera convocar a comicios internos.
Además, “mientras no haya un reconocimiento por parte del INE México (a los acuerdos tomados en el Congreso Nacional extraordinario), sigo siendo presidenta”, dijo.
A su vez, Alfonso Ramírez solicitó licencia como legislador y dio a conocer que el 5 de febrero presentaría ante el órgano electoral las actas notariales y resoluciones del Congreso que soportan su nombramiento como líder partidista en carácter de interino.
“Es el único trámite formal que nos falta para cumplir con la Ley de partidos políticos”, comentó.
En entrevista con ZETA, sostuvo que el respaldo que se le brindó el domingo 26, equivale a “prácticamente toda la representación legítima que tiene Morena desde el momento de su construcción”.
A su modo de ver, quienes lo nombraron fueron “aquellos que han construido en situaciones desventajosas” el partido “en cada sección electoral, en cada colonia”, y resultan ser “los mismos que han electo a todos los dirigentes que ha tenido Morena”, por lo que “gozan de una enorme legitimidad”.
Afirmó que a la sesión correspondiente asistieron “casi mil 400 congresistas”, con lo que “se superó con mucho el quórum necesario para tomar los acuerdos”, y defendió que “la convocatoria salió cumpliendo escrupulosamente lo que mandan los estatutos”.
En lo referente a la discrepancia de Polevnsky con su designación, sostuvo: “No me incomoda, me desespera”. Explicó que la exasperación obedece a “la dinámica de estar metidos ahí, en la barandilla, en los Juzgados, en los tribunales y olvidarse de acercarse a la sociedad; abandonar la lucha que trae el Presidente de la República, de dejarlo sin un partido sólido, consistente”.
Por último, se declaró dispuesto a platicar con ella. “He estado reuniéndome con todos, creo que podemos formar un buen equipo y salir todos juntos para darle vuelta a la hoja”.
EX SECRETARIO NACIONAL APUESTA POR “UN ACUERDO”
El ex secretario de organización de Morena, Leonel Godoy Rangel, quien dejó el cargo el 26 de enero, se opuso a que una instancia ajena al instituto político defina la situación por la que este atraviesa, con una disputa por la dirigencia nacional.
“Espero que haya un acuerdo entre Yeidckol Polevnsky y Alfonso Ramírez Cuéllar, porque de otra manera quien va a definir el rumbo del partido va a ser el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. A mí me parece que la política debe prevalecer”, asentó vía telefónica.
“La vida interna de nuestro partido, de Morena, no debería resolverse por tribunales, pero eso es lo que está ocurriendo”, añadió.
El ex delegado partidista en Baja California y otrora gobernador de Michoacán, quien aclaró que tan solo hablaba en calidad de militante, se abstuvo de opinar quién ostenta actualmente la dirigencia nacional de Morena, Ramírez Cuéllar o Polevnsky Gurwitz.
“No me pronuncio por ninguno de los dos, yo me pronuncio porque haya acuerdo político”, asentó.
De cualquier manera, admitió que conforme a la resolución del TEPJF, relativa a la anulación de las asambleas distritales (para elegir congresistas y renovar cargos directivos), la secretaría general (al menos hasta el domingo 26) aún estaba facultada para conducirse como presidenta en funciones del Comité Ejecutivo Nacional.
En cuanto al trance por el que pasa Morena, se limitó a decir: “Hay una diferencia entre dos compañeras”, en aparente alusión a Bertha Luján y Yeidckol Polevnksy, quienes desde sus respectivos ámbitos de poder en el instituto, se han acogido a la pretensión de pelear por la dirigencia.
Finalmente, sobre su separación del cargo de secretario de organización, Godoy Rangel compartió que tuvo que ver con que no quiere ser parte del conflicto: “No quiero estar en ninguna de las dos partes, yo espero que (Ramírez y Polevnsky) se arreglen”, y en referencia a los militantes de Morena propuso “que todos luchemos por la unidad del partido”.
BONILLA SE INCLINA POR DERECHOS DE POLEVNSKY
El Gobernador de Baja California y ex dirigente estatal de Morena, Jaime Bonilla Valdez, consideró a pregunta expresa de este Semanario que Yeidckol Polevnsky “conserva todos sus derechos” para mantenerse a la cabeza de esa fuerza política a nivel nacional.
En su opinión, se trata de “alguien que ha hecho un excelente trabajo” y la describió como “precursora de la organización electoral del partido durante la elección del licenciado López Obrador en el 18”. Resumió que en su dirigencia “convirtió a Morena en el partido más grande del país”.
Sobre el Congreso Nacional en que se determinó relevar a la política capitalina, estimó que “tal vez no reunió todos los requisitos”, aunque reconoció que “los estatutos son a veces muy complejos”, y atajó: “Lo que te validan por un lado, te lo invalidan por otro”.
En ese sentido, ejemplifica con la Ley Federal del Trabajo: “En algunos artículos protegen al trabajador, y en otros artículos le quitan toda la protección”.
También admitió que hay una crisis “palpable” en Morena, a propósito de lo cual justificó que se trata de “un partido nuevo”.
Aprovechó para decir que “partidos que tienen 80 años tienen peores crisis”. A su modo de ver, el caso de Morena se reduce a su dirigencia, mientras que tratándose de otras fuerzas políticas, lo que queda en juego es la reputación.
En ese tenor estimó que institutos de esa índole “no se van a levantar”.
Abundó: “El PRI estuvo a un punto porcentual de perder el registro en Baja California. El PAN cada día está peor. Entonces son partidos que tienen que, no nomás renovarse, reinventarse; y si hablas del PRD, pues por algo le dicen ‘Perderé’, es un partido que no da pie con bola, que bien como puede ir con el PRI, va con el PAN, va con el partido comunista; el PRD se caracteriza por ser un partido chambista, es lo que buscan ellos, las coaliciones para tener chamba, no para hacer buenos gobiernos”.
Por otro lado, en declaraciones para los medios en general, el mandatario bajacaliforniano aseguró que en cuanto al nombramiento de Ismael Burgueño Ruiz como dirigente interino de Morena en la entidad, que fue motivo de una impugnación, él no ha recibido notificación. “No he sido notificado oficialmente por la dirigencia nacional quién es la persona que va a dirigir los destinos aquí en el estado de Morena”.
LA ADVERTENCIA DE LÓPEZ OBRADOR
El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que “si Morena se echara a perder”, él no nada más renunciaría; además desearía que el instituto político cambiara de nombre en vista de que la denominación actual permitió “llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país”.
En tanto que el aspirante a la dirigencia nacional, Alejandro Rojas, observó que en su oportunidad el primer mandatario dijo que si no asistía al Congreso Nacional extraordinario, al menos mandaría una carta, documento del que a final de cuentas no se valió.
El aspirante a la dirigencia nacional observó que el titular del Ejecutivo federal no legitimó la sesión “ni con su presencia, ni con su voz escrita”.
Alertó que el partido corre el riesgo de perder a López Obrador, y “sin él, Morena no será nada”.
El suplente de Ricardo Monreal en el Senado de la República lamentó que Yeidckol Polevnsky no haya determinado actualizar el padrón partidista, de conformidad con el Artículo 38 de los Estatutos.
Sugirió que Polevnsky Gurwitz ha desatendido la responsabilidad “de convocar a elecciones internas para renovar a los dirigentes de Morena y emitir la convocatoria correspondiente”, encomienda que le fue “conferida por el Congreso Nacional de 2018”.
Ante ello, Rojas Díaz-Durán, quien a la par desconoció la designación de Ramírez Cuéllar, solicitó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación inhabilitar a la lideresa como secretaria general en funciones de presidenta y fijar un plazo de 90 días para renovar mediante encuestas los cargos partidistas en municipios, estados y a nivel nacional.