Tres madres jóvenes y seis niños fueron asesinados en el ataque ocurrido cerca de los límites entre los estados norteños de Sonora y Chihuahua. Las autoridades han dicho que se sospecha que un cártel del narcotráfico fue el autor de la masacre, aunque al principio habían dicho que una de las camionetas de las madres había sido incendiada por accidente, cuando una bala dio en el tanque de gasolina.
Por Mark Stevenson
CIUDAD DE MÉXICO (AP).— Los familiares de nueve personas con doble nacionalidad, estadounidense y mexicana, que fueron asesinadas en el norte de México el mes pasado dijeron el martes que el Presidente Andrés Manuel López Obrador rezó con ellos por la seguridad del país y prometió visitar la región.
Julián LeBarón comentó que durante la reunión que la familia sostuvo el lunes con López Obrador y miembros de su gabinete en el Palacio Nacional de la Ciudad de México, las autoridades les aseguraron que “por lo menos cuatro” sospechosos habían sido detenidos en relación con los asesinatos ocurridos el 4 de noviembre.
Por lo general, los políticos mexicanos evitan las muestras públicas de fe, y López Obrador ha sido atípico en comentarios recientes en los que se refiere a sí mismo como un “seguidor de Jesucristo”.
“Simplemente agachamos la cabeza” y “rezamos por el Presidente y el país, por la paz y la buena voluntad y para proteger a nuestros seres queridos y a nuestro país”, comentó LeBarón.
La familia extendida LeBarón ha vivido en el norte de México durante décadas y se identifica como mormona, aunque no está afiliada a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Fueron fuertemente criticados por luego de que pidieron al Presidente estadounidense Donald Trump que designara a los cárteles de narcotráfico como organizaciones terroristas, algo que el mandatario dijo que haría.
“Pensamos que todos deberíamos ser lo suficientemente humildes, y eso es algo que discutimos con el Presidente, para reconocer que tenemos un enorme problema en nuestras manos y que necesitamos ayuda”, señaló LeBarón. “Por supuesto, no nos gustaría ver una invasión militar”.
Tres madres jóvenes y seis niños fueron asesinados en el ataque ocurrido cerca de los límites entre los estados norteños de Sonora y Chihuahua. Las autoridades han dicho que se sospecha que un cártel del narcotráfico fue el autor de la masacre, aunque al principio habían dicho que una de las camionetas de las madres había sido incendiada por accidente, cuando una bala dio en el tanque de gasolina.
LeBarón dijo que las autoridades les han confirmado que los agresores grabaron el incidente y que quemaron la camioneta en la que una de las mujeres, prima de él, y sus cuatro hijos fallecieron. Puntualizó que los familiares han visto el video.
Ahora, LeBarón trata de presionar para que se forme el tipo de organización local contra el crimen organizado que su comunidad en el estado de Chihuahua creó en 2009, luego de otro ataque perpetrado por hombres armados de un cártel de droga.
Vislumbra comunidades que tengan permitido formar un pelotón, delegar ciudadanos y portar armas para combatir las incursiones de los cárteles.
“Hemos sido invadidos por las organizaciones criminales terroristas dentro de nuestro propio país, en nuestras propias comunidades, y nuestro gobierno ha fracasado por completo en detener a los delincuentes”, manifestó LeBarón. “En algún punto, tenemos que asumir la responsabilidad como ciudadanos y poner un alto”.
“Todo el occidente de Estados Unidos se formó básicamente en una estructura que trabajaba para las comunidades, lo que llamamos el salvaje oeste nunca fue el salvaje oeste”, comentó. “Dentro de la comunidad, básicamente tenían todos los poderes para hacer rendir cuentas a las personas. Todo el pueblo podía ser delegado para llevar a los criminales ante la justicia”.