Blanka Alfaro
04/12/2019 - 12:02 am
La tranquilidad del mar
«¿Por qué no estamos asustados? ¿Por qué no estamos hundiendo barcos pesqueros? ¿Por qué seguimos comprando atún? Creo que no nos importa».
Cuántas veces nos hemos imaginamos estar sentados frente al mar solo contemplando y observando su inmensidad, belleza y paz, creo que el mar es sinónimo de tranquilidad y descanso, he pensado mucho últimamente en estar ahí solamente frente a su inmensidad contemplando su superficie y eso me ha hecho preguntarme porque no nos importa lo que hay dentro de él.
Amamos y hasta veneramos el mar, aunque creo que sólo pensamos en la idea romántica de el, nunca en lo que verdaderamente es, el gigantesco universo donde habitan millones y millones de seres, tal vez porque es tan diferente a nuestro universo, tan ajeno en todas sus formas y sus maneras de habitarle, tan distante ese mundo pero tan entrelazado con el nuestro que sin el no estaríamos aquí y creo que sólo lo vemos por encima como ese ente extraño y hermoso en el que podemos posar nuestra vista.
Leí por ahí y debo confesar que no he profundizado en información sobre este tema (lo aclaro para todo aquel que lea este artículo, sobre todo mis “haters”) que para el año 2050 si seguimos explotando el mar como hasta ahora lo hemos hecho no habrá más peces en él, sí, así como lo leen, dentro de 30 años no habrá más peces, suena tanto devastador como increíble, pero lo terrible de esto es que no es una noticia nueva la he visto en redes sociales cientos de veces y si la he leído yo seguramente una cantidad muy grande de personas también lo ha hecho, ¿Por qué no estamos asustados? ¿Por qué no estamos hundiendo barcos pesqueros? ¿Por qué seguimos comprando atún? Creo que no nos importa…
La lógica me dice que es verdad, tal vez no quiero investigar más profundamente para no confirmarlo, aquella anhelada tranquilidad del mar ya no será placentera sino que será la tranquilidad que tiene un cementerio, una espacio inmenso sin vida, donde el sonido de las olas anuncia el desastre que se avecina, esa línea de no retorno a la que parece que nos empeñamos en llegar antes, ¿Y si fuese verdad? Si la extinción de la vida en el mar se aproxima. ¿Harías algo? ¿Cambiarías?
Hay muchas, muchas acciones que podemos tomar para ayudar a que esto no pase, la principal, claro, no consumir nada que provenga del mar, aún y cuando hay marcas que presumen de ser sostenibles, no te dejes engañar, no existen, el mar es depredado con redes que miden kilómetros y arrasan con todo lo que está a su paso, no sólo peces sino también arrecifes, suelo, vaya… ¡Todo!
Tal vez aquellos que estamos preocupados por buscar un mundo más sustentable, un mundo sin devastación parezcamos unos exagerados, pero créeme, cuando estés frente a un mar tranquilo, frente al silencio de un mar sin vida, puedo apostar a que me entenderás.
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