En México, se permitió la importación del cannabidiol hace aproximadamente dos años, y Grace Elizalde fue su primera beneficiada.
Privilegiando la salud de la menor, que con el síndrome de Lennox-Gastaut padecía 400 ataques epilépticos diarios, la Cofrepris informó en octubre de 2015 que consignó ante un juez el permiso de importación «para el medicamento ‘Epidiolex’ con cannabidiol (CBD)».
Por Martí Quintana
México, 4 nov (EFE).- Raúl Elizalde, padre de Grace, la niña epiléptica que abrió en México el uso medicinal del cannabis, acudirá ante la OMS a defender que el cannabidiol no tiene efectos psicotrópicos y aporta grandes beneficios.
El próximo lunes, Elizalde, presidente de HempMeds México y defensor del acceso al cannabidiol, participará en la 39 reunión del Comité de expertos en farmacodependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra.
En este encuentro, explicó a Efe, se llevará a cabo una revisión de las sustancias consideradas psicotrópicas por la OMS, y el cannabidiol o CBD, que hoy no forma parte de esta lista, se pondrá a debate.
«El cannabidiol es vendido legalmente en el mundo porque no es considerado psicotrópico y no está dentro de este listado», señaló.
No obstante, le surgió una «inquietud tremenda» cuando vio que aparecía entre las sustancias que serán puestas a consideración en la reunión, por lo que podría ser clasificada como psicotrópica.
«La única problemática del cannabidiol es que viene del cannabis, y esto genera tabú», aseveró el presidente de esta empresa pionera en México en la comercialización de derivados del cannabis.
El cannabidiol es uno de los componentes cannabinoides más importantes de la planta y no tiene efectos psicoactivos a diferencia del tetrahidrocannabinol (THC).
«Es una sustancia segura, su eficacia y seguridad está probada fehacientemente y las dosis que se han dado a las personas son altísimas y no se muestran efectos adversos secundarios de consideración», indicó.
Recordó que incluso la leche materna y otros alimentos como el cáñamo contienen algunos cannabinoides, que hoy se usan también medicinalmente.
Por ello, Elizalde teme un «retroceso» en el uso de la sustancia si se califica como psicotrópica, y confió en la experiencia del comité de expertos.
En México, se permitió la importación del cannabidiol hace aproximadamente dos años, y Grace Elizalde fue su primera beneficiada.
Privilegiando la salud de la menor, que con el síndrome de Lennox-Gastaut padecía 400 ataques epilépticos diarios, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofrepris) informó en octubre de 2015 que consignó ante un juez el permiso de importación «para el medicamento ‘Epidiolex’ con cannabidiol (CBD)».
Grace hoy toma cannabidiol puro, importado de Estados Unidos, y ha reducido en un 90 por ciento sus convulsiones, contó Elizalde, satisfecho porque el medicamento mantiene su efecto en la niña y le permite «avanzar en sus terapias».
Previamente, Grace, que hoy tiene diez años, había probado una veintena de anticonvulsivos e incluso se había sometido a una cirugía, sin éxito alguno.
«Grace está aprendiendo a mantenerse parada (de pie) ella sola», explicó el padre.
La menor padeció una lesión cerebral por las crisis compulsivas, por lo que el aprendizaje del habla es muy difícil. No obstante, «ahora ha encontrado la manera de comunicarse de una manera más sencilla con señas o con golpes en la mesa».
En abril de este año, la Cámara de Diputados de México autorizó el uso medicinal y científico de la marihuana, al aprobar las reformas a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal.
«Aquí vamos más avanzados que la OMS. En el caso de México, la problemática es el THC, ya que es el psicotrópico y estaba considerado como una sustancia que no tenía beneficios para la salud», indicó.
No obstante, se espera que en diciembre de 2017 se publique un reglamento de la Cofepris y la Secretaría de Salud que autorizará la fabricación de medicamentos con CBD y THC en México, celebró.
En México, entre el 1.5 por ciento y el 1.8 por ciento del total de la población padece epilepsia, alrededor de 2 millones de personas, según un reciente informe médico.