San Francisco (EE.UU.), 3 nov (EFE).- Los ciudadanos de San Francisco (California, EU) rechazaron hoy en las urnas la conocida como «Propuesta F» que busca limitar servicios de alquiler a corto plazo como Airbnb, según los datos preliminares oficiales.
Los habitantes de la metrópoli californiana se pronunciaron sobre 11 propuestas, la mayoría de ellas relacionadas con las consecuencias de una bonanza tecnológica que ha colocado el alquiler medio de un apartamento de una habitación por encima de los 3 mil 500 dólares y disparado los precios de la vivienda típica hasta los 1.1 millones de dólares, un 60 por ciento más que hace cinco años.
En el centro de la caldeada votación de este martes está la «Propuesta F», popularmente conocida como la «Iniciativa Airbnb», el sitio web que conecta a propietarios de viviendas con inquilinos que buscan alojamiento a corto plazo.
Airbnb, la empresa en el centro de la polémica, tiene su sede en San Francisco y, siete años después de su creación, opera en todos los países del mundo menos Siria, Irán y Corea del Norte.
La compañía está valorada en 25 mil millones de dólares, por encima de gigantes hoteleros de la talla de Marriott.
La «Propuesta F» busca establecer regulaciones más estrictas sobre los alojamientos a corto plazo, que según los partidarios de la medida agravan la escasez de viviendas de alquiler en la ciudad.
La iniciativa limitaría a 75 el número de noches que un propietario puede alquilar su vivienda a través de Airbnb, anima a los vecinos a denunciar a los que no cumplan con la normativa y requeriría entregar informes trimestrales al Departamento de Planificación de San Francisco sobre el uso de la propiedad.
Las legislaciones actuales limitan a 90 el número de noches que se puede alquilar una vivienda en la que no está el propietario, una medida que muchos aseguran no se cumple. El número de noches es ilimitado cuando el dueño reside en la casa.
Los que defienden la «Propuesta F» creen que su entrada en vigor desincentivaría a los que tienen apartamentos vacíos a alquilarlos de forma temporal y aumentaría la oferta de casas en la ciudad.
Airbnb destinó más de ocho millones de dólares a luchar contra la iniciativa.