Tomás Calvillo Unna
04/10/2017 - 12:00 am
¿No ves la estaca a la que estamos todos atados?
Cataluña va a su independencia, y es probable que después le siga el Pais Vasco. Hay una reciente entrevista con Luis Llach, el excelente cantautor, que permite apreciar como la descomposición del proyecto democrático español, fue determinante para que el estatuto de autonomía se convirtiera en un desencanto, dando lugar a la necesidad de la independencia como un proyecto refundador del espíritu esperanzador de los catalanes, más allá de los fuertes intereses y contradicciones de su propia burguesía en todo ello.
El viejo Siset ya no dice nada;
se lo llevó un mal viento.
– él sabe hacia donde -,
mientras yo continúo
bajo el portal.
Y cuando pasan
los nuevos muchachos,
alzo la voz para cantar
el último canto
que él me enseñó.
Si tiramos fuerte…
Si yo tiro fuerte por aquí,
y tú tiras fuerte por allí,
seguro que cae, cae, cae,
y podremos liberarnos.
«L’Estaca», Lluis Llach
(traducida al español: https://www.musica.com)
Esta pregunta a Siset de la memorable canción del catalán Lluis Llach es una metafóra de la conciencia y de la libertad.
Si no hay sensibilidad, la política es un drama sin remedio. Lo estamos viendo ahora en España, con el caso de Cataluña. Por lo mismo no es de sorprender que hable sobre este tema con más claridad Miguel Bosé que los editores de El País. A estos últimos les pasa lo de la famosa frase “No entienden que no entienden”, y aunque pretenden distanciarse de la obcecación suicida de Rajoy, en realidad están en su misma órbita.
Cataluña va a su independencia, y es probable que después le siga el Pais Vasco. Hay una reciente entrevista con Luis Llach, el excelente cantautor, que permite apreciar como la descomposición del proyecto democrático español, fue determinante para que el estatuto de autonomía se convirtiera en un desencanto, dando lugar a la necesidad de la independencia como un proyecto refundador del espíritu esperanzador de los catalanes, más allá de los fuertes intereses y contradicciones de su propia burguesía en todo ello.
La decisión del gobierno de Rajoy y de muchos otros que lo han acompañado para impedir el referendúm en Cataluña a como de lugar, es decir, usando la fuerza pública incluso para allanar violentamente los sitios donde se celebraban las votaciones, es la expresión fehaciente de la incapacidad de entender los tiempos políticos que se están viviendo hoy en día. Era más que previsible que el uso de la fuerza solo provocaría la multiplicación en Cataluña de la búsqueda de su independencia.
El tema de fondo, como lo es tambien en México, es conceptualizar y poner en practica una reingeniera política profunda en una etapa donde el estado-nación se encuentra en mutación por diversas causas. En el caso de España, es necesario replantearse la validez o no de la monarquía e imaginar una renovada articulación entre todas las regiones e incluso abrir la posibilidad a una república confederada. Más aún con la presencia aún vigente de la Unión Europea.
La Corona Española esta desgastada y aparece más como un lastre que como un referente de unidad.
Rajoy y su gobierno olvidaron que sus actos represivos eran observados por millones alrededor del mundo; toda batalla política, local, regional o nacional, tiene hoy ese ingrediente mundial.
En estos días los catalanes indepedentistas, a pesar de no haber sido una mayoría contundente antes de los acontecimientos recientes, han logrado ya consolidar su camino. Si mantienen su estrategia de resistencia pacífica y activa, seguramente pronto el gobierno asentado en Madrid tendrá que sentarse en la mesa de negociación con ellos para definir el futuro del mapa geopolítico de la península.
Ojalá esta vez el gobierno mexicano sea cauto y no se precipite con declaraciones que nos alejen cada vez más de nuestro único poder en la arena internacional, el de la mediación; particularmente con España por el histórico papel que México jugó durante la Guerra Civil de ese país. Aunque es cierto también que, en el caso de España, los millonarios mexicanos se han metido hasta la cocina de su maltrecha economía y sus empresas, ligando así a las élites económicas y políticas de ambos países.
Con sensibilidad, habilidad política y memoria histórica, México en su momento podrá jugar un papel significativo en ese complejo proceso que redefinirá los espacios de poder y representación en medio de elevados riesgos, de rupturas y violencia.
Esta semana será crucial, el 6 de octubre se conmemoran 83 años de la proclamación del Estado Catalán dentro de la Republica Federal Española de 1934.
Es más que posible que las fechas simbólicas encarnen en los acontecimientos del presente. Esperemos que esta vez la historia se escriba de manera distinta.
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