El Papa expresó su solidaridad a los afectados por los deslizamientos de tierra que se han producido en Guatemala.
Ciudad del Vaticano, 4 Oct (Notimex).- El Papa Francisco expresó hoy su cercanía a los afectados por el alud que la noche del jueves arrasó con, al menos, 125 viviendas en la localidad guatemalteca de Santa Catarina Pinula.
Al final de su bendición dominical con el Angelus, que pronunció asomado a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico del Vaticano y ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, el pontífice también animó a los damnificados por los aluviones en Francia.
“Deseo dirigir una oración al señor por las víctimas de un alud que arrolló un entero pueblo en Guatemala, como también los aluviones ocurridos en Francia, sobre la Costa Azul. Estamos cercanos a las poblaciones duramente golpeadas, también con la solidaridad concreta”, dijo en italiano.
El deslave de un cerro en Santa Catarina Pinula, municipio a 20 kilómetros al sur de la capital guatemalteca, dejó al menos 56 muertos, 550 desaparecidos y unas 125 casas sepultadas en la colonia Cambray II.
Por otra parte, al menos 16 personas murieron por los aluviones seguidos por violentos temporales que se abatieron esta madrugada a lo largo de la Costa Azul. Se cuentan seis desaparecidos, mientras algunas calles de Cannes y Nizza se encuentran completamente sumergidas por el agua.
Durante su reflexión, antes de manifestar su solidaridad con estos dos países, el Papa lanzó un fuerte llamado a acoger a los niños, en especial a los migrantes que huyen de sanguinarios conflictos.
Invocó a Dios para que todos los padres y educadores del mundo, como también la entera sociedad, se hagan instrumentos de acogida y amor con el cual Jesús abrazaba a los más pequeños, a quienes miraba en sus corazones con “la ternura y la rapidez de un padre y al mismo tiempo de una madre”.
“Pienso en tantos niños hambrientos, abandonados, explotados, obligados a la guerra, rechazados. Es doloroso ver las imágenes de los niños infelices, con la mirada perdida, que escapan de la pobreza y los conflictos, tocan a nuestras puertas y a nuestros corazones implorando ayuda”, agregó.
Instó a no ser una “sociedad-fortaleza” sino una” sociedad-familia”, capaz de acoger, “con reglas adecuadas”, pero acoger siempre y con amor.
También recordó que la víspera, en Santander (España), fueron proclamados como beatos de la Iglesia Pío Heredia y 17 compañeros y compañeras del Orden Cisterciense, asesinados por su fe durante la Guerra Civil Española y la persecución de los años 30 del siglo pasado.
“Alabamos al señor por estos valientes testigos suyos y, por su intercesión, suplicamos librar el mundo del flagelo de la guerra”, apuntó.