Este es el segundo carguero extranjero detenido en el golfo Pérsico en el último mes por contrabando, después de que la Guardia Revolucionaria capturase el pasado 14 de julio otro que transportaba un millón de litros de combustible en el sur de la isla de Larak.
Teherán, 4 ago (EFE).- La Fuerza Naval de la Guardia Revolucionaria iraní anunció hoy que ha capturado otro buque cisterna «extranjero» que realizaba actividades de contrabando de combustible cerca de la isla Farsi, en el golfo Pérsico.
El barco transportaba 700 mil litros de combustible de contrabando, según un comunicado de este cuerpo militar de élite, que no precisó la bandera del carguero.
En la nota se agrega que, tras recibir la autorización judicial pertinente, se procedió a la detención «sorpresa» de la embarcación, que fue trasladada al puerto iraní de Bushehr y su carga, entregada a la Compañía Nacional de Distribución de Petróleo.
La Guardia Revolucionaria subrayó que «siempre está preparada para defender los intereses de Irán» y que no escatimará esfuerzos en esta misión.
Según la televisión estatal iraní, el barco intentaba llevar combustible de contrabando a algunos países árabes.
Este es el segundo carguero extranjero detenido en el golfo Pérsico en el último mes por contrabando, después de que la Guardia Revolucionaria capturase el pasado 14 de julio otro que transportaba un millón de litros de combustible en el sur de la isla de Larak.
Ese barco tenía bandera de Panamá y había pertenecido a una compañía emiratí, pero no ha quedado claro a qué país y empresa está vinculado en la actualidad.
También en el golfo Pérsico, la Guardia Revolucionaria capturó el pasado 19 de julio el petrolero de bandera británica «Stena Impero» por incumplir las normas de navegación, algo que Londres y la naviera niegan.
La Marina británica había interceptado dos semanas antes en Gibraltar al petrolero iraní «Grace 1», que sigue retenido, por sospechas de que transportaba crudo a Siria, país sujeto a sanciones de la Unión Europea.
La captura del «Stena Impero» ha agravado la crisis en el golfo Pérsico y, en particular, en el estrecho de Ormuz, adonde tanto Estados Unidos como el Reino Unido han propuesto enviar una coalición naval para escoltar a los barcos.
Las autoridades iraníes han advertido, por su parte, de que una mayor presencia militar extranjera escalará la tensión en la región, donde se han registrado desde mayo ataques a petroleros y busques cisterna y derribos de drones.