Selva Trágica, de la directora Yulene Olaizola, llega al catalogo de Netflix a partir de este 9 de junio, pero ara quienes lo prefieran, pueden ver la cinta en la Cineteca Nacional de Ciudad de México y en la Cineteca FICG de Guadalajara hasta julio.
Ciudad de México, 4 de junio (SinEmbargo).– Xtabay, una deidad tan cercana a la muerte. Una hermosa mujer, que según cuentan las leyendas del territorio Maya en la frontera entre México y Belice, aparece frente a los hombres, los embruja y los hace perderse hasta morir. Éste es el hilo medular la película Selva Trágica, de la directora Yulene Olaizola, que arriba al catálogo de Netflix este 9 de junio.
La película es el resultado de un conjunto de elementos con los que la directora Olaizola deseaba trabajar. Primero, la frontera entre el estado de Quintana Roo y Belice, una región que conoció 10 años atrás y que había llamado su atención al ser un territorio poco explorado en las artes, como la cinematografía y la literatura.
«En México creo que se sabe muy poco de nuestra frontera sur. Me llamó mucho la atención poder hacer un proyecto que vinculara a México con Belice con personajes de ambos países. Después se sumó un poco el contexto histórico sobre la explotación del chicle que fue algo que descubrí por la literatura de Rafael Bernal que es una escritor mexicano más conocido por novelas como El Complot Mongol. Él tiene también una novela que se llama Caribal que transcurre en esta frontera en los años 20, en el contexto de la industria chiclera», cuenta Yulene Olaizola en entrevista con SinEmbargo.
La cineasta, creadora de Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo (2008), Paraísos artificiales (2011) y Epitafio (2015), explica que haciendo investigación de campo en la frontera descubrió la leyenda de la Xtabay que terminó siendo el elemento que, como dice Yulene, «fue como el chicle que me permitió amalgamar» a todos los demás:
«Me permitía aterrizar la historia desde un punto de vista más místico y mágico que tenía con ver con retratar a la selva como una entidad viva, llena de poderes y de distintas criaturas que ahí viven. Eso me dio la clave para articular todo eso que tenía en la cabeza».
Selva Trágica está situada en 1920. Un grupo de trabajadores del chicle se encuentra en su camino a bella una mujer beliceña cuya presencia empieza ha levantar los animaos entre ellos. Su belleza despierta deseo, pero también los celos y la ira cuando se dan cuenta que todos quieren poseerla.
A la película la conforman profesionales como Eligio Meléndez, Lázaro Gabino Rodríguez y Gilberto Barraza, pero también actores naturales como Mariano Tun Xool y la beliceña Indira Andrewin, que protagoniza la cinta. Dar con ella no fue cosa fácil. Fue una búsqueda de dos años en la que directora insistía en trabajar con personas de Belice en el filme. Sin embargo, la falta de programas culturales en aquel país obstaculizaba más la búsqueda.
Fueron unas fotos de Indira las que llamaron su atención y siempre la mantuvo en sus primeras opciones.
«Creo que fue un descubriendo muy especial porque el papel que ella desarrolla no era nada sencillo. Yo tenía muy claro que quería apostarle a una joven beliceña, que efectivamente no habla español, que viajara a México con un crew de mexicanos y que sintiera esa incomodidad de ser mujer angloparlante que definitivamente tiene que problemas de comunicación con el grupo mexicano para hacerla vivir experiencias más cercanas a lo que narra la película».
La mujer beliceña cautiva con su belleza y misterio a los trabajadores en medio de la selva. La tensión sexual aumenta cada momento que pasan al lado de ella y a medida en que los personajes van adentrándose más a la selva, ella va tomando más control en la situación.
«Es una cosa más instintiva, mucho más animal, digamos. Lo trabajamos mucho más desde ahí, sin estar penando en qué implicaciones iba a tener eso para la sociedad contemporánea, y qué van a pensar, qué van a decir, y cómo se va a interpretar. La forma de prensar en eso era mucho más orgánica y más animal, así como se compartan las demás bestias que vemos en la película, que viven en las selva. Los changos, lo jaguares. El ser humano es un animal más. Esa era un poco mi visión en la película».
Selva Trágica, que también aborda en choque cultural entre dos países separados por un río y la explotación laboral a los trabajadores del chicle, llega a la pantallas de Netflix después de un exitoso camino por festivales en donde fue reconocida como el Festival de Cine de Venecia o en México donde obtuvo el premio Mezcal a Mejor Fotografía en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).
«Tener la oportunidad de salir el 190 países es muy grato para todo el equipo que trabajamos en la película. Me da mucha emoción pensar que a gente como Índira o como Mariano, el actor maya de la película, lo puedan ver personas en muchos países, y no se quede nada más en un par de salas donde fue muy poca gente a verlo. Estamos muy emocionados de compartir en ese sentido con el público y ver qué reacciones pueda desatar la película».
Pero la cinta también desde este jueves ya se proyecta en la Cineteca Nacional de Ciudad de México y en la Cineteca FICG de Guadalajara y estará disponible en salas hasta julio.
«Selva trágica le da la oportunidad al público de descubrir de entrada todo un contexto geográfico de uestra frontera sur, que es muy poco conocido, de la culturas que se mezclan en esa frontera, la cultura Maya, la cultura beliceña, la cultura inglesa porque Belice fue una colonia británica hasta los años 70; y por otro lado, creo que la película es más allá de la historia, que creo que es bastante atractiva para el público, es una oportunidad de experimentar cosas como viajar a un espacio, a un tiempo específico a la selva maya en los años 20, que creo que eso para el público es una aventura».