Con casi cuarenta años de carretera a sus espaldas y 27 discos bajo el brazo, José María Sanz Beltrán, popularmente conocido como Loquillo, regresa a México como parte de su gira ‘Salud y Rock and Roll’, el próximo 17 de noviembre en el Lunario del Auditorio Nacional.
Ciudad de México, 4 de junio (SinEmbargo).- Hay que entrevistar a Loquillo y con ello encararse con una buena cantidad de años del rock en español. Se trata de un prócer que tiene todavía resto suficiente como para hacer éxitos en el futuro.
“Yo he sido jugador profesional de baloncesto y creo que estoy de buen ver. En todo caso creo que hay una cierta confusión. ¡Salud! Es el saludo que usaban los anarquistas en la Guerra Civil Española para saludarse. Lo digo porque mi padre lo era”, dice a propósito de su último trabajo Salud y rock and roll.
El clip alusivo al tema que da nombre al disco lo muestra efectivamente de buen ver, pidiendo porque el rock and roll vuelva “porque nos queda mucho por sentir”, por ese género “que nos distingue de los rebaños mustios del poder”.
Mientras tanto, para México, Loquillo ha sacado un recopilatorio, un material compuesto por 18 temas que contempla canciones como “Cadillac solitario”, “El hombre de negro”, “El ritmo del garaje” o “Feo, fuerte y formal”.
Loquillo es uno de los destacados de la escena rock español, sobreviviente de la llamada “movida”. Su calidad y gran directo le han llevado a conseguir grandes números de ventas y giras interminables, haciéndolo regresar a los escenarios bajo una faceta más rockera, clásica, y con frases que aspiran a ser parte de himnos.
Pero tiene muchas más facetas, por caso productor de teatro, productor de cine, lleva dos novelas y el próximo año saca la tercera, una reflexión –según dice- “sobre aquello que nos dijeron y aquello que tenemos, no es una novela de decadencia ni de desencanto, sino una novela de mala hostia. Aquello que nos prometieron no lo cumplieron”, expresa.
EL HIJO DE NADIE
Recientemente ha salido en España un libro autobiográfico, fiel a sí mismo, escrito junto con el crítico musical Luis Hidalgo, en el que fluye su pensamiento así como aquellos temas que lo definen como persona y músico.
Con la publicación de El hijo de nadie el artista a cuestiones posicionándose sobre los temas más diversos, resultado de horas de conversación, mantiene intacta su forma de hablar.
Aquí dice que no tiene tiempo de aburrirse, que en España sale mucho de gira con su banda y eso le ha quitado atención a muchos proyectos que trae, entre ellos tomar a un poeta y dedicarle un disco, como ya lo ha hecho con Luis Alberto de Cuenca.
Ahora está enfrascado con el libro Europa, de Julio Martínez Mesanza, una expresión de “que ahora me centro en poetas concretos. Los primeros discos fueron un poco de aprendizaje, de situarme entre la poesía que me gustaba y ahora, cada cinco o seis años, me lanzo con un poeta específico”, dice.
“No, escribo canciones de rock and roll; a veces parece lo mismo, pero sí y no. No sabría decírtelo. Digamos que me gusta la poesía urgente, pero de ahí a decir que puedo compararme con eso, diría que no. Hago textos de rock, parto de la base de un guión minimizado”, afirma.
“No le llamaría poesía, le llamaría imágenes certeras de momentos determinados. Me parece lógico que le hayan dado el Nobel a Bob Dylan, precisamente porque no hay ningún Nobel de la música. En el siglo XIX todos desconocían lo que era el rock, en mi caso le daría el Nobel a Hugo Pratt (fallecido en 1995), el creador del Corto Maltés”, expresa.
“Me parece que habría que dar un Nobel para cada especialidad artística y así evitaríamos ciertos conflictos”, dice Loquillo, creador junto a su antiguo grupo Los Trogloditas, de “Cadillac solitario”.
“Me gusta Bob Dylan, claro, pero también me gusta Luis Eduardo Aute, aunque la frontera la considero. Para mí Dylan es un cantautor y eso dice mucho, el rock and roll es una cosa y Bob está en el límite”, afirma.
¿Qué es el rock para Loquillo? La respuesta no se hace esperar. “La máxima expresión de libertad que conozco y por otro lado el individualismo. Cuando empecé se escuchaba algo parecido al reggaetón, pues siempre tiene que haber música para aquella gente que no le gusta la música”, concluye.
