Julieta Cardona
04/06/2016 - 12:05 am
La tostadora de Mariana
Tiraremos todo por la borda. Serás mi coraje. Yo el tuyo. Mi cólera. Tu bruma (mira, esa es mi niebla). Me aventarás vasos de cerveza. Libros. La moledora de café. El bebedero para colibríes. La tostadora de Mariana. La pipa (romperemos la pipa en dos). Romperemos todo en dos. En más de dos. Nos dividiremos lo que quede entero. Ja, la pinche tostadora. Te besaré las manos. Te pediré perdón. Y me dirás que no: no te atrevas.
No te lo di, mi amor, no pude. Traté y pensé, bueno, habrá un montón de cosas que no pueda darle y ella tendrá que comprenderlo. Supongo. Y supongo que no tienes que, tampoco. Y ojalá que tampoco sean un montón. A cambio te diré que un helado. Dos helados. Un chingo de helados. Flores. Mojitos en La Habana. Besos a escondidas en los baños. Caminar parques. Películas. Películas de Marilyn Monroe. Películas. Robar la tostadora de la rifa de Mariana. Fuegos artificiales en la cama. Estrellas (mira, un cometa). Teatro. Conciertos de guitarras españolas. Fresas. Vino. Trompetas. Algo de trompetas. El helado de la primera vez. Sexo en la cocina. En el coche de tu madre. En el baño del beso a escondidas. Sexo.
Serás mi anestesia. Yo la tuya. Pasará algo de tiempo en donde todo irá bien. Pero un día. El mismo día que no pude dártelo, llegará. Será peor porque aquella vez, en silencio, se multiplicó por dos. Por más de dos. Quién sabe, una pierde la cuenta.
Me preguntarás, con mucho miedo, que si la extraño. Y yo te diré que sí y el mundo se nos caerá a pedazos. En trozos grandes. En llanto. Gritos. Azotones de puertas. Puertas cerradas.
No querrás verme y, bueno, tendrás tus razones. Supongo. Que yo no entenderé. Azotaré la puerta. Y más puertas cerradas.
Tiraremos todo por la borda. Serás mi coraje. Yo el tuyo. Mi cólera. Tu bruma (mira, esa es mi niebla). Me aventarás vasos de cerveza. Libros. La moledora de café. El bebedero para colibríes. La tostadora de Mariana. La pipa (romperemos la pipa en dos). Romperemos todo en dos. En más de dos. Nos dividiremos lo que quede entero. Ja, la pinche tostadora. Te besaré las manos. Te pediré perdón. Y me dirás que no: no te atrevas.
Y llorarás. No querías irte. Yo tampoco. Quién sabe, estas cosas pasan. No te lo di, mi amor, no pude. Entonces, en el mero centro de los trozos grandes, me preguntarás que si la extraño. Y te diré que no: no te atrevas.
más leídas
más leídas
entrevistas
entrevistas
destacadas
destacadas
sofá
sofá