Aunque los niños suelen sufrir la COVID grave con mucha menor frecuencia que los adultos, no pueden desestimarse los casos que se presentan. De igual forma, los niños pueden mostrar síntomas de COVID persistente para lo cual te contamos a continuación cuáles son los signos de alerta.
Madrid, 4 de mayo (Europa Press).- La COVID persistente también se está dando en niños pequeños que superan esta infección, si bien no es algo frecuente entre los menores. Ahora bien, sí que hay que atender a determinados signos sobre los que consultar con el pediatra. Aquí te los contamos.
Preguntamos en Europa Press a Cristina Calvo, jefa de Sección de Pediatría y Enfermedades Infecciosas de Hospital Universitario La Paz (Madrid), y presidenta de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) quien resalta que esta afección es «mucho menos frecuente» en los pequeños que en los adultos, aunque también existe.
«Los síntomas son muy variados, aunque se parecen también a los de los adultos: cansancio, dolores musculares, insomnio, apatía, problemas de concentración, febrícula a veces, o dolor abdominal, entre otros. Son muy variados», describe esta experta.
Sobre si la vacunación en los niños puede frenar la aparición de la COVID persistente, esta pediatra y presidenta de la SEIP indica que «podría ser», si bien por el momento «no hay datos suficientes al respecto». «Todavía estamos conociendo lo que es la COVID-19 en niños. En algunos estudios en adultos sí parece que ha disminuido la incidencia de COVID persistente tras la vacunación», afirma.
¿ES FRECUENTE ENTRE LOS PEQUEÑOS? ¿HAY DATOS?
En cuanto a si es frecuente entre los niños esta la COVID persistente, la doctora Calvo sostiene que «no es muy frecuente», y hasta la fecha hay algunos datos, dado que los estudios están hechos con metodologías muy diferentes, estudiando poblaciones distintas (población pediátrica general, niños hospitalizados, niños atendidos en atención primaria, de diferentes edades…)
«Nosotros vamos a publicar un artículo en la revista Acta Pediátrica llevado a cabo con más de 400 niños atendidos en el Hospital La Paz y en el Hospital Niño Jesús de Madrid que va a salir muy pronto. Nos acaban de confirmar que se acepta. Encontramos muchos niños con síntomas, pero también son frecuentes en niños que no han pasado la COVID-19, con lo que otros factores posiblemente en relación con el confinamiento y la situación social pueden tener mucho que ver», resalta esta especialista.
En este sentido, el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), durante otra entrevista en Europa Press, reconoce que es «más raro» que los menores desarrollen esta patología y, según los cálculos que maneja su sociedad científica, los casos de COVID persistente en menores no superarían el 4 por ciento.
Sostiene este experto que en estos casos los niños tienen un menor número de síntomas, y en algunos casos moderados, pero los hay también en los que son muy molestos. «Hay uno que destaca sobre todo en los niños que es la dificultad de concentración y de hacer actividades intelectuales, que es lo más frecuente», aclara el doctor Armenteros, al tiempo que destaca que otra población que se ve muy afectada por la COVID persistente son los adolescentes entre 14 y 18 años, porque en estos su trabajo es el estudio y donde necesitan una mayor concentración.
Ahora que se han quitado las mascarillas en los interiores, y que los más pequeños no están vacunados, cuestionamos a esta pediatra sobre si va a haber un aumento en el número de casos de COVID-19 en niños, lo que a su vez redundará en un incremento del caso de COVID persistente en menores: «Por lo que parece afecta más a niños mayores que a pequeños. Afortunadamente los mayores están vacunados, sobre todo los adolescentes. Así que esperemos que no haya un aumento de la incidencia de COVID-19».
CUÁNDO CONSULTAR CON EL PEDIATRA
Con todo ello, pedimos a la presidenta de la SEIP que nos aclara cuándo debemos consultar con el pediatra la sospecha de COVID persistente en un menor, y nos señala que para ello es necesario primero superar la COVID-19, y cuando los síntomas no desaparezcan en un tiempo.
«Cuando un niño lleva más de un mes con síntomas tenemos que empezar a pensar en estos cuadros, aunque se considera COVID persistente aquel que tiene, al menos, un síntoma que dura 12 semanas y no tiene otra causa o explicación», apostilla la doctora Calvo.
Sobre la solución o tratamiento para esta patología en los niños, la experta mantiene que necesitan un abordaje amplio, con un estudio dedicado a cada niño, y dice que después generalmente se debe hacer un plan de recuperación, paulatino, sin que realmente necesiten un tratamiento concreto, sino más bien un apoyo. «La evolución es buena, aunque dilatada en el tiempo. Es importante tranquilizar a los pacientes y a las familias y explicar que poco a poco los síntomas van a desparecer», remarca.
Por su parte, en otra entrevista con Europa Press, Pedro Gorrotxategi, pediatra y vicepresidente tercero de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) resalta que la COVID persistente es «muy rara» en niños, se da sobre todo en mujeres entre los 30 y los 40, y en niños puede haber algún caso, pero totalmente aislado.
«Se debe preguntar al pediatra después de tener antecedentes de haber pasado la COVID-19, y si vemos que tiene sintomatología de debilidad, por ejemplo, se irá viendo si podría ser COVID persistente; pero es poco frecuente en niños. Como tenemos en la base de datos que el niño ha tenido la COVID-19 ya se sospecha de si presenta síntomas diferentes a lo habitual que pueda ser COVID persistente», sentencia esta pediatra.