El espectáculo comenzó puntual con la cinematográfica “Things Have Changed”, que ha sido seguida de una delicada versión de “It ain’t me, babe” y el ritmo de “rock and roll” de “Highway 61 Revisited”.
Málaga, 4 de mayo (EFE).- El músico estadounidense Bob Dylan ha lucido este sábado en la localidad malagueña de Fuengirola, en el sur de España, su faceta melódica durante un concierto en el que ha revisionado algunos de sus clásicos en un estilo cercano al ritmo de “blues”.
Dylan, que a lo largo de su carrera ha explorado gran parte de los géneros del cancionero popular norteamericano, se ha centrado en versionar su repertorio al piano ante un público que le ha escuchado respetuosamente sentado y que ha rozado el lleno en el “Marenostrum Music Castle Park”, junto al mar.
El espectáculo ha comenzado puntual con la cinematográfica “Things Have Changed”, que ha sido seguida de una delicada versión de “It ain’t me, babe” y el ritmo de “rock and roll” de “Highway 61 Revisited”.
Uno de los primeros picos de emoción del concierto se ha producido cuando el cantautor norteamericano se ha entregado a su legendaria armónica en “Simple Twist of Fate”, para jolgorio del público, que había pagado entradas de precios que llegaban a sobrepasar en algunos casos el centenar de euros.
Durante todo el concierto, el galardonado en 2016 con el Premio Nobel de Literatura no ha mediado palabra con el público y ha estado expresamente prohibido hacer uso de cualquier aparato electrónico para grabar vídeos o tomar fotografías, incluso para la prensa.
Su banda, vestida entera de negro y con un sonido impecable formado en inicio por teclado, guitarra, bajo y batería, ha acompañado a lo largo del espectáculo a un Dylan que, con chaqueta gris y botines negros de vaquero, se ha desempeñado a veces de pie y a veces sentado con el piano.
No ha sido hasta la interpretación de “Scarlet Town” cuando el cantautor ha salido del refugio de ese instrumento para cantar con el paral del micrófono sostenido a una mano en diagonal, mientras su banda incorporaba un banjo y un contrabajo para algunas de las piezas.
Los más aplaudidos han sido grandes éxitos como “Make You Feel My Love”, “Don’t Think Twice, It’s All Right”, convertida en una dulce balada al piano, o “Like a Rolling Stone”, que ha incluido una súbita reducción del ritmo y la instrumentación justo antes de que comenzara su estribillo con el icónico verso “How does it feel?”.
Tras “Gotta Serve Somebody”, Dylan y su banda han hecho un amago de dar por finalizado al espectáculo, tras lo que ha vuelto con unos bises en los que ha interpretado una versión con violín de “Blowin’ in the Wind” y ha concluido definitivamente con “It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train To Cry”, mientras que parte del público empezaba a sacar tímidamente los teléfonos móviles para fotografiar o grabar los últimos instantes del concierto.
Bob Dylan ha realizado así una parada más de su “Never Ending Tour”, “Gira Sin Fin” en español, que comenzó en 1988 y que ha ofrecido este sábado en Fuengirola una muestra del lado melódico de este mito de la música popular contemporánea.