Animalistas criticaron que la nueva Ley General de Biodiversidad, promovida por el Partido Verde Ecologista de México, pone en mayor riesgo a las especies que habitan en la República Mexicana.
De momento, el tiburón nodriza podría ser protegido por la Ley General de Vida Silvestre, por el Código Penal Federal y local, así como por su Ley de Protección y Bienestar Animal; no obstante, los activistas lamentan que se trata sólo de letra muerta, pues nada se hace para evitar el maltrato de la especie.
Playa del Carmen/Ciudad de México, 4 de mayo (SinEmbargo).– Son las cuatro de la tarde y el sol se refleja en el azul turquesa que colorea el mar en Playa Tiburón, en Isla Mujeres, Quintana Roo, pero no detiene a decenas de turistas nacionales e internacionales que aguardan en una larga fila para tocar y fotografiarse con un tiburón gata que para entonces ha cumplido más de cinco horas de «jornada laboral».
El ejemplar de ginglymostoma cirratum, conocido también como tiburón nodriza, es el «broche de oro» para cerrar el recorrido que los bañistas hacen desde un costado del Ferry de Ultramar para después sumergirse en las aguas caribeñas y admirar peces y corales de todos colores y finalmente llegar al restaurante ubicado en dicha playa, donde el platillo estrella es el pescado Tikin xic, una receta yucateca.
Mientras los comensales esperan la preparación de sus platillos, tienen dos opciones: visitar la Tortugranja, donde se cuida de los huevos de tortugas para después liberarlas y mantener en exhibición a algunas especies, y otra menos amigable con la vida silvestre, ya que con 100 pesos en mano, los turistas tienen la libertad de manipular y fotografiarse con un tiburón gata que se encuentra en un estanque de no más de cinco metros cuadrados, por aproximadamente 150 centímetros de profundidad.
El tiburón de color café, generalmente es inofensivo y no representa ningún peligro para el ser humano; sin embargo, una vez que sus mandíbulas se cierran no se pueden abrir a menos que sean forzadas con pinzas de materiales resistentes como el titanio.
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En entrevista para SinEmbargo, activistas en pro de los animales criticaron que la nueva Ley General de Biodiversidad –promovida por la Senadora Ninfa Salinas, del Partido Verde Ecologista de México–, que abrogará la Ley General de Vida Silvestre, pone aún en mayor riesgo a las especies que habitan en la República Mexicana.
De momento, el tiburón nodriza podría ser protegido por la Ley General de Vida Silvestre, por el Código Penal Federal y local, así como por su Ley de Protección y Bienestar Animal, no obstante, los activistas lamentaron que se trata sólo de letra muerta, pues nada se hace para evitar el maltrato de las especies.
«Desafortunadamente, los ciudadanos enfrentan dos obstáculos en el acceso al cumplimiento de la Ley: la absurda política judicial de desestimar la relevancia de estas conductas y la nula eficacia de los ministerios públicos en el estricto cumplimiento de su trabajo», recriminó Víctor Hirales, presidente y fundador de Derecho Sin Fronteras.
Para muestra un botón: Araceli Domínguez Rodríguez, presidenta de la asociación civil Grupo Ecologista del Mayab (Gema), expuso que por ese caso la organización que preside ha presentado diversas denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), sin que se actúe definitivamente.
«Por más denuncias que presentas, no pasa nada. La Profepa no hace nada; la Profepa aquí no existe. Los animales silvestres en Quintana Roo sufren un maltrato constante», destacó.
Además de esto, desde 1997 comenzaron a operar las llamadas Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs), donde se permite el aprovechamiento sustentable de animales, tanto extractivo como no extractivo. Dichas unidades deben contar con un Plan de Manejo aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
«Los circos, los delfinarios, los ranchos de cacería, son lo mismo ante la Ley: son UMAs. Y esto es porque para los legisladores y autoridades la sustentabilidad, la conservación, el utilitarismo, el mercado y el comercio están empalmados», criticó Hirales.
Al respecto, Domínguez señaló que en el caso del tiburón explotado en Isla Mujeres, los propietarios, al ser cuestionados, se resguardan precisamente en dicha figura. «Con las UMAs, algunas personas se amparan para hacer cosas terribles», reprochó.
«Este es un problema bastante severo que hemos tenido en Isla Mujeres desde hace al menos 30 años. Hemos estado peleando porque no haya exhibición, esa práctica de fotografiarse con animales silvestres que es muy común en la Riviera Maya, pero no hay nada que la impida. Hemos presentado muchas denuncias desde hace varios años, pero no hay quién le dé secuencia», agregó.
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LEY DEL VERDE EMPEORARÁ SITUACIÓN
Hirales aseguró que dicha Ley empeorará la situación, pues promoverá las actividades de lucro y de explotación animal.
«La Ley General de Biodiversidad es un burdo copy paste de la Ley General de Vida Silvestre cuyo único propósito son los agraviantes parches para la descarada mercantilización de la vida silvestre […] La vida silvestre en México es un negocio de políticos y partidos», sentenció.
Además, recordó que la Ley es parte de una triada de iniciativas promovidas por el partido del tucán que desprotege a los delfines, con la reforma al cuarto párrafo del artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre y daña a los bosques, con la Ley Forestal.
«La única finalidad es proteger a una industria familiar del Partido Verde que busca lucrar y explotar la Vida Silvestre, ante el reclamo unísono de las organizaciones que se oponen a estos mercenarios parlamentarios», criticó.
En el mismo sentido, Domínguez Rodríguez señaló que el Partido Verde promueve leyes «inútiles» para la biodiversidad, ya que centra su interés en lo «electoral, político y económico», sin tomar en cuenta el bienestar animal.
«[El PVEM] nada más juega al enmascarado de plata. De las tres leyes que ha promovido últimamente: Delfines, Biodiversidad y Bosques, ninguna resuelve las problemáticas. El Verde más bien tiene una tendencia empresarial y no encaminada a la protección de animales y plantas. La Ley de Biodiversidad lo que va a hacer es desregular lo poco que teníamos regulado, o sea que no va a servir.», reprobó.
Por su parte, Xane Vázquez, activista en distintos frentes, entre ellos, el animalista urgió a desechar dicha iniciativa, pues, consideró, está plagada de «vicios y permisividades» para explotar y vender los recursos naturales. «Esa es una Ley hecha por una operadora política del Partido Verde, que es la señora Salinas, quien junto con amistades cercanas tienen un desconocimiento notorio sobre el tema», dijo.