Como casi toda puerta de casi toda casa la de la mía ostenta un buzón. Cierto es que no ostenta en cambio un letrero tautológico que diga “buzón” pero cualquier que no haya crecido en una ranchería o en una caricatura de la Warner Brothers comprenderá que esta ranura funciona como buzón y que por aquí se arrojan las cartas, la correspondencia, sobre todo pues los estados de cuenta por pagar y la publicidad. Sin embargo, hay una pizzería que está aquí por el rumbo de mi casa que deja publicidad con un repartidor y no hace uso del buzón.
Por Nicolás Alvarado