Una entrevista perdida durante más de 30 años llega hasta nuestros días como una cápsula del tiempo con la que Michel Foucault nos hace cuestionarnos sobre los márgenes de nuestra vida privada.
Ciudad de México, 4 de marzo (SinEmbargo).- En 1971, Michel Foucault concedió una entrevista para la televisión alemana, con el anarquista Fons Elders, quien posteriormente moderaría el debate sostenido entre Foucault y Chomsky, –por el cual, cabe mencionar, Foucault obtuvo parte de su pago en hachís–.La reciente aparición en YouTube de esta entrevista perdida durante más de treinta años resume las bases del pensamiento foucaultiano. Durante los 15 minutos recuperados (la entrevista completa duró más de dos horas), Foucault habla de su interés por la psicología y la psicopatología y explica cómo es que hasta el siglo XVIII la gente considerada “loca” se movía con absoluta libertad por toda Europa, siendo retratada por la literatura y el arte, pero sin que la medicina les prestara especial atención.No fue sino hasta que se difundió el pensamiento ilustrado que los asilos comenzaron a llenarse de gente considerada “enferma mental”, fuera o no peligrosa para la sociedad, trayendo de la mano el surgimiento de los hospitales psiquiátricos. La universalidad del conocimiento humano, según Foucault, ha sido alcanzada gracias a la exclusión, el rechazo y la negación:
Me preguntaba si acaso nosotros los occidentales nos estamos engañando a nosotros mismos en gran medida. Estamos dispuestos a imaginar que somos una sociedad muy tolerante, que hemos dado la bienvenida a todas las formas del pasado, a todas las formas culturales ajenas a nosotros, que damos la bienvenida también al comportamiento, al lenguaje y a las desviaciones sexuales. Me pregunto si esto es una ilusión… en otras palabras, si con el fin de conocer la locura tienen que primero ser excluidos los locos. Tal vez también podríamos decir que con el fin de conocer otras culturas […] sin duda hemos tenido no sólo que marginarlas, no sólo que mirarlas por encima del hombro, sino también que explotarlas, conquistarlas y en cierto modo, a través de la violencia, mantenerlas silenciadas.
Después de desarrollar su crítica a la psiquiatría decimonónica, a la que, aún en pleno siglo XXI, seguimos sujetos, Foucault habla de su concepción de las drogas: “La finalidad de las drogas es la de preguntarse por el lugar del conocimiento en el mundo”, asegura. Se sabe que el filósofo experimentó con varias drogas a lo largo de su vida y fue duramente criticado por ello. En esta entrevista, lejos de realizar una apología del consumo recreativo, las consigna como dilatadores de la conciencia que posibilitan la reflexión filosófica.
Como única condición para conceder esta entrevista, Foucault había solicitado a Elders que no se hablara de su vida privada ni se hiciera un resumen de sus datos biográficos. Cuando fue cuestionado acerca de esa decisión, respondió: “Me acusas de que no deseo hablar sobre mi vida privada, sin embargo, llevo dos horas hablando acerca de mi vida privada”. Y es que si la libertad, la igualdad, la dignidad y la conciencia del otro no son temas profundamente personales, entonces deberíamos replantearnos nuestra idea de intimidad.
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