No es una moda, dicen sus productores, es más bien una tendencia que, además, va a la alza. Lo que comenzó como un gusto entre foodies que asistían a festivales o directamente a las fábricas, se expande cada vez más a bares especializados y restaurantes que no lo son, a talleres cerveceros y a los supermercados, a catas y a las tiendas de conveniencia que hay en cada esquina. La industria de cerveza artesanal mexicana ya es eso, una que aunque suene a cliché, está subiendo como la espuma y marca estándares de mayor calidad, aun con las barreras que los monopolios y legislaciones acopladas a éstos les imponen.
Video: Sandra Sánchez / Guión: Daniela Medina
-Con información de Vice