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Arnoldo Cuellar

04/02/2022 - 12:04 am

Guanajuato se desangra y sus líderes se extravían

La Alcaldesa también ha cometido errores graves de juicio, preocupada por su imagen.

La Alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez, la primera mujer de origen panista que llega a gobernar la mayor ciudad del estado, ha decidido iniciar una precampaña para apuntarse como aspirante a la gubernatura en 2024. Foto: @AleGutierrez_mx, Twitter.

Tras la visita en noviembre pasado del presidente de la República a Guanajuato, las tensiones entre el gobierno federal y el gobernador panista de Guanajuato parecieron dar paso a un nuevo momento de colaboración: desaparecieron las críticas en las mañaneras a los funcionarios del área de seguridad en el estado, llegaron refuerzos militares y de la guardia nacional y se destrabó el plan B que busca dotar de reservas de agua a León y las principales ciudades del estado.

Sin embargo, la superación del estrés político no parece traer consigo una mejoría en la calidad de las decisiones políticas de los gobernantes locales. Más confiados por la tregua en la batalla contra Morena, el gobernador y algunos mandos municipales se desentienden de las obligaciones de gobernar y se recrean en la política de las ocurrencias.

Ahí tenemos, por ejemplo, a la Alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez, la primera mujer de origen panista que llega a gobernar la mayor ciudad del estado y quien a las primeras de cambio ha decidido iniciar una precampaña para apuntarse como aspirante a la gubernatura en 2024.

No lo hace, sin embargo, de la mejor manera. Ha elegido la ruta de la imagen: redes sociales afinadas, cuidado de la imagen, protagonismo personal por encima del institucional y… ocurrencias.

Por ejemplo, decidió en la mejor vena del lopezobradorismo que es la pluma de vomitar de panistas y conservadores guanajuatenses, realizar una consulta pública para que fueran votadas las obras de un presupuesto participativo, las cuales se escogían de un menú preseleccionado por los estrategas de la funcionaria.

Casualidad o no, los menos de 9 mil votantes, por debajo del 1 por ciento de la lista nominal del municipio, eligieron con la mayor cantidad de votos un proyecto caro a la vocación animalista de la que la Alcaldesa hace gala constantemente en sus redes sociales: un hospital veterinario cuya edificación costará 35 millones de pesos.

La obra puede ser loable e innovadora, pero dista mucho de ser emblemática en una ciudad que acumuló en 2021 el mayor crecimiento de población en pobreza a nivel nacional, donde se vive un auge de los homicidios violentos por la disputa del mercado local de drogas y donde su policía es fuertemente cuestionada por su autoritarismo, su falta de respeto a los derechos humanos y su corrupción.

El problema no es que se haga un hospital para mascotas, sin estudio previo, planeación o un definición clara de sus objetivos, pues la población animalista regularmente tiene los recursos para cuidar de sus mascotas, mientras que la población de canes callejeros difícilmente será atendida en esas instalaciones y seguirá siendo carne de los mal llamados centros de control animal, que no son sino mataderos oficializados.

En cambio si hay un problema en el hecho de que la presidenta municipal de una ciudad que supera el millón y medio de habitantes, esté tomando decisiones asesorada por un equipo de marketing y de operación política que solo quiere construirla como aspirante a un nuevo cargo, dejando la gobernanza de la ciudad en carácter de mero trampolín político.

En sus primeros cien días, el nuevo ayuntamiento fue incapaz de frenar la ambición de los empresarios que manejan la feria de León para evitar las concentraciones que se dieron en el mes de enero, en plena elevación de los contagios por la variante Ómicron del Covid; tampoco ha logrado sancionar a los funcionarios de la administración anterior que cometieron corruptelas flagrantes como venderle una escuela pública a un empresario para que ampliara su jardín y que le condonaron 2 millones de pesos al club de golf más elegante de la ciudad con el argumento de que se trataba de un predio agrícola y ganadero.

La Alcaldesa también ha cometido errores graves de juicio, preocupada por su imagen. Por ejemplo, trató de ocultar su contagio de Covid para no evidenciar que realizó un acto público con más de mil personas ya habiendo presentado síntomas de la enfermedad respiratoria. A su vez el evento no fue suspendido quizá por pensarse que hubiese dado una mala impresión, cuando en realidad se hubiese visto responsable.

Por si fuera poco, los desórdenes de la feria de León, donde los intereses económicos de los organizadores se hacen pasar por preocupación por la reactivación económica, también estuvieron a punto de terminar en tragedia con el concierto del rapero Santa Fe Klan, que llevó más de 20 mil personas a un aforo que era para 12 mil y que por lo pronto constituyó un ejemplo de todo lo que no debe hacerse en tiempos de pandemia.

El futuro de Guanajuato, tras 30 años de panismo y sin oposición relevante, no puede quedar en manos de políticos cuya idea de proyecto solo pasa por la imagen, las redes sociales y los clics.

Esa clase de «estrategia» ya nos tiene donde estamos: en el frenón del milagro económico de hace unos años y la revelación de que detrás de la engañosa inversión extranjera en plantas que malpagan a sus trabajadores, no había más que construcción de desigualdad y alimento para la inseguridad y la violencia.

Vista la situación en la que nos encontramos, ¿será mucho pedir a los políticos que ambicionan nuevos cargos, un poco mas de ideas y un poco menos de frivolidad?

Arnoldo Cuellar
Periodista, analista político. Reportero y columnista en medios escritos y electrónicos en Guanajuato y León desde 1981. Autor del blog Guanajuato Escenarios Políticos (arnoldocuellar.com).
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