En esta entrega, Ana Ortega, directora de la organización The Humane League en México, da algunos tips para aquellas personas que buscan luchar activamente por los derechos de los animales.
Por Ana Ortega
“Una acción hecha desde el enojo, es una acción condenada al fracaso”.
Genghis Khan
Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).– Hace un par de meses conocí en una protesta a algunos voluntarios que nos apoyan en redes sociales y que son nuevos en el movimiento por los animales de granja. Me preguntaron qué más podían hacer para ayudar además de formar parte activamente de nuestro grupo de Red de Acciones Efectivas.
¡Podemos hacer mucho por ellos en nuestro día a día! Cada conversación que tenemos, en persona, por teléfono, o en línea, es una oportunidad de influenciar a alguien para que cambie. Cuando logramos que una persona consuma menos productos de origen animal, estamos teniendo un impacto significativo por los animales.
Estas son nueve cosas que harán a un activista por los animales efectivo e influyente.
Pasa tiempo con gente diferente a ti. Aunque a muchos nos cueste, es imposible influenciar a otras personas si vivimos en una burbuja. Tenemos que asumir lo mejor de los demás y también entender que es injusto juzgarlos porque consumen productos de origen animal.
Permite a la gente que decidir por sí misma
Claro que podemos fastidiar, coaccionar, amenazar… pero es muy seguro que nos topemos con resistencia o que hagamos que la gente nos evite. Aún si triunfamos y logramos que alguien cambie su comportamiento, los cambios que se realizan por el bien de otra persona generalmente no duran. Piensen cuando hicieron algo sólo porque alguien quiso que ustedes lo hicieran. Para crear cambios a largo plazo, la decisión debe ser interna. Así que en vez de pedirle a la gente que cambie por nosotros, debemos ayudar a las personas a tomar sus propias decisiones.
Armoniza con tu audiencia
En nuestro caso, nuestra audiencia es la mayoría de la población. Así que si nos vemos como la mayoría de la gente, nuestro mensaje se verá como algo normal y más gente querrá escuchar sobre el mismo.
Intereses y valores
Trabaja en tu mensaje, el cual deberá estar correlacionado a los intereses y valores de la audiencia.
Sé considerado y respetuoso
Cuando alguien es grosero con nosotros, responderle de forma descortés o decir algo desagradable jamás será efectivo. No va a convencer a la persona que está conversando contigo y cualquiera que esté escuchándolos pensará lo mismo de ti que de quien te está agrediendo. Así que debemos preguntarnos ante esa situación ¿Cuál es la mejor respuesta para el interés de los animales?
Escucha activamente
Permite a la otra persona participar en la conversación y evita los monólogos. Ten respuestas cortas a las preguntas que te hagan.
Hazlo sencillo
Ser activista por los animales de granja no significa ser perfecto y no causar ningún tipo de crueldad en lo absoluto, porque la perfección suena retadora y es, honestamente, imposible. Si haces que ser vegano o vegetariano parezca muy difícil, creas barreras ante los ojos de los demás, que de otra manera podrían considerar la situación de los animales.
Sé optimista y positivo
Debemos preguntarnos a nosotros mismos ¿Qué será lo más efectivo para ayudar a los animales? La tristeza constante y el enojo, aunque se comprenden en un tema tan terrible como lo es este, claramente no son tan efectivos para ayudar a los animales como una buena actitud y disposición.
Pide cosas razonables
Los individuos tienden a actuar a peticiones que suenan más razonables para ellos, por ello reducir gradualmente el consumo de productos de origen animal podrá ser una mejor vía para algunos individuos, en vez de pedirles que lo eliminen en su totalidad de una buena vez. Pedir pequeños cambios es mucho más efectivo en crear grandes cambios.
Se estima que alguien que deja de consumir productos de origen animal le ahorra una vida de sufrimiento a cerca de 37 animales al año. Entonces, si tu ejemplo logra que otras 9 personas cambien su dieta, estamos hablando de 370 animales al año. Pero a la inversa también sucede: si con nuestro comportamiento construimos una barrera en vez de un puente, esto alejará a las personas y las consecuencias dañan a los animales.
Sólo en México mueren cada año un estimado de 650 millones de individuos en la industria alimentaria, por lo que el reto es enorme. Le debemos a los animales de granja, no sólo atención, también efectividad; ellos no necesitan nuestra pureza, necesitan nuestro activismo y que este sea lo más influyente posible. Al final, esta lucha no debe ser sobre nosotros o se convierte sólo en egocentrismo; debe basarse en ayudar a los animales. Al practicar el activismo efectivo creamos un efecto de onda que impactará a cientos o miles de ellos.
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