Oficialmente, desde el primer momento, la Administración estadounidense ha insistido en que el objetivo del ataque era impedir un «ataque inminente» que Soleimaní estaba preparando para acabar con cientos de militares y diplomáticos estadounidenses en Oriente Medio.
En concreto, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, desveló el viernes por la noche que Estados Unidos tomó la decisión de eliminar a Soleimaní después de que este visitara Damasco, desde donde estaba planeando esos supuestos ataques, de los que Washington no ha ofrecido pruebas.
Por Beatriz Pascual Macías
Washington, 4 de enero (EFE).- El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó la decisión de acabar con la vida del poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní mientras disfrutaba de unos días de golf en Florida y guiado por el miedo a un ataque en pleno año electoral marcado, además, por el juicio político en su contra.
En las últimas horas, varias fuentes han dado detalles sobre las deliberaciones internas para matar a Soleimaní, un suceso que podría transformar Oriente Medio y que ya ha hecho temblar a los mercados, ha provocado subidas en el precio del petróleo y ha despertado el temor a una nueva guerra.
¿Por qué Trump decidió acabar con Soleimaní? Estos son los detalles que hasta ahora han salido a la luz.
LA DECISIÓN SE PRODUJO EL JUEVES
Trump autorizó la muerte de Soleimaní mientras disfrutaba de unos días de golf en su cálido club privado de Mar-a-Lago, en West Palm Beach (Florida).
Según The New York Times, el mandatario tomó su decisión final el jueves poco antes de la cinco de la tarde.
El diario neoyorquino, que cita a varias fuentes con conocimiento de las deliberaciones internas de la Casa Blanca, explicó que el jueves Trump estaba conversando con sus asesores sobre sus planes para ser reelegido en las elecciones de este año cuando, de repente, se le pidió que acudiera a otra reunión.
En esa reunión, que apenas duró unos minutos, Trump dio su autorización final para el ataque con drones que solo unas horas después pondría fin a las vidas de Soleimaní, arquitecto de la política expansionista de Irán en Oriente Medio, y del Vicepresidente de la Multitud Popular iraquí, Abu Mahdi al Mohandes.
RESPUESTA A UN «ATAQUE INMINENTE»
Oficialmente, desde el primer momento, la Administración estadounidense ha insistido en que el objetivo del ataque era impedir un «ataque inminente» que Soleimaní estaba preparando para acabar con cientos de militares y diplomáticos estadounidenses en Oriente Medio.
En concreto, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, desveló el viernes por la noche que Estados Unidos tomó la decisión de eliminar a Soleimaní después de que este visitara Damasco, desde donde estaba planeando esos supuestos ataques, de los que Washington no ha ofrecido pruebas.
Sin dar más detalles, el Ejecutivo estadounidense ha indicado que la decisión final se tomó con base en nueva información de inteligencia.
UNA CUESTIÓN DE MIEDO Y ORGULLO
Según explicó hoy a Efe una fuente familiarizada con las discusiones internas, otra de las razones que llevó a Trump a actuar fue el miedo a que se repitiera un episodio como el nefasto ataque de 2012 contra el consulado de Estados Unidos en Bengasi (Libia), en el que murió el embajador en Libia y otros tres estadounidenses.
El entonces Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su Secretaria de Estado, Hillary Clinton, tuvieron que soportar duras críticas por su actuación en ese episodio y, durante años, los republicanos lo usaron para atacar a Clinton, quien siguió enfrentado reproches cuando en 2016 se enfrentó a Trump por la Casa Blanca.
De acuerdo con la citada fuente, Trump también quería mostrar fortaleza ante Irán y dejar claro que habría consecuencias por la muerte el pasado 27 de diciembre de un contratista estadounidense en una base militar estadounidense en Irak.
Según Washington, los responsables de ese ataque son miembros de la milicia chií Kata’ib Hizbulá (KH), que supuestamente recibe financiación y armas de Irán.
En respuesta a esa víctima mortal, el Pentágono ordenó ataques en Siria e Irak contra la KH. Esa ofensiva estadounidense causó la muerte de una veintena de personas y provocó que cientos de simpatizantes de esa milicia reaccionaran asaltando la embajada estadounidense en Bagdad.
Según funcionarios citados por The New York Times, Trump valoró responder con acciones menos arriesgadas, como bombardeos contra barcos iraníes o ataques a las milicias chiíes en Irak, apoyadas por Teherán. Sin embargo, el mandatario acabó desechando esas opciones y apostó por la opción más peligrosa: la muerte de Soleimaní.
DESVIAR LA ATENCIÓN DEL JUICIO POLÍTICO
A nivel interno, varios miembros de la oposición demócrata han especulado sobre la posibilidad de que Trump haya ordenado la muerte de Soleimaní para desviar la atención del proceso de juicio político («impeachment») al que está siendo sometido en el Congreso por sus presiones a Ucrania.
En opinión de los demócratas, Trump ha provocado a Irán con el objetivo de aumentar su popularidad de cara a las elecciones de 2020, ya que en Estados Unidos las tasas de aprobación de los presidentes suelen subir en tiempos de guerra, cuando el país se une para hacer frente a una amenaza externa.
Hace años, Trump llegó a insinuar que Obama estaba valorando bombardear a Irán con el único propósito de ser reelegido en 2012.
Obama nunca bombardeo a Irán, pero sí acabo con la vida del jefe de la red Al Qaeda, Osama bin Laden, lo que le granjeó un aumento de popularidad.