Científicos del Instituto Politécnico Nacional descubrieron que la alicina, uno de los principios activos del ajo, tiene efectos protectores contra el daño renal crónico.
Ciudad de México, 4 de enero (SinEmbargo).- Científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) descubrieron que la alicina, uno de los principios activos del ajo, tiene efectos protectores contra el daño renal crónico, por lo que se podría emplear como terapia complementaria para retardar las complicaciones de la enfermedad, la cual, de acuerdo con el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2012 causó 12 mil fallecimientos.
Los encargados de la investigación son Mónica Griselda Arellano Mendoza, jefa del Laboratorio de Enfermedades Crónico Degenerativas de la Escuela Superior de Medicina (ESM), y Ehécatl Miguel Ángel García Trejo, pasante de Doctorado en Ciencias e Investigación en Medicina.
El comunicado de la Institución señala que debido al panorama actual donde los servicios de diálisis y hemodiálisis en los centros hospitalarios prácticamente están saturados, el uso de la alicina podría ser una nueva alternativa de tratamiento para aquellas personas que sufren de daño renal.
En ese sentido, Arellano Mendoza recalcó, que independientemente de la evolución que tenga la insuficiencia renal, cuando un paciente no recibe tratamiento oportuno, la afección avanza y se requiere sustituir la función del riñón para depurar las toxinas del organismo mediante diálisis, hemodiálisis o trasplante, cuando el problema es mayor.
Para comprobar que la alicina funciona, los científicos probaron la sustancia activa en ratas que sufrían insuficiencia crónica. El tratamiento lo administraron vía oral mediante una sonda cada 24 horas durante seis semanas. Al cabo de ese tiempo comprobaron que la sustancia tiene propiedades antioxidantes que disminuyen la lesión de las proteínas y lípidos en el riñón.
Así mismo, García Trejo informó que el compuesto aumenta el nivel de óxido nítrico, necesario para mantener la estabilidad vascular y cardiaca, mejorar la presión arterial y la función renal. Trejo también explicó que la alicina se forma cuando el ajo es triturado o macerado, aunque como es muy volátil a la temperatura, es recomendable masticarlo o picarlo crudo para ingerirlo.
“Para evitar que se degrade la alicina, el ajo se debe cortar con cuchillos de plástico o madera, porque al contacto con el metal provoca una reacción química”, dijo el científico del Politécnico.
A pesar de las distintas pruebas que requiere una sustancia para ser usada en estudios clínicos, los investigadores consideran que los resultados obtenidos son una evidencia tangible que permite recomendar a la población el consumo de cuatro dientes de ajo cada ocho horas, sobre todo a quienes padecen afecciones cardio-renales o cuenten con factores de riesgo para el desarrollo de estas patologías.