Le Maire tachó de inaceptable el anuncio de Washington de que impondrá aranceles por valor de 2 mil 400 millones de dólares a ciertos productos franceses en respuesta a la imposición de una tasa del Ejecutivo galo sobre los servicios digitales de grandes tecnológicas, como Google y Facebook.
París, 3 dic (EFE).- El Ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, aseguró este martes que la Unión Europea (UE) está dispuesta a responder con contundencia si Estados Unidos impone aranceles de hasta el 100 por ciento a ciertos productos galos en respuesta a la tasa a las tecnológicas aprobada por Francia.
En una entrevista en la emisora Radio Classique, el responsable de Economía explicó que contactó este lunes con la Comisión Europea para garantizar que habría una respuesta «contundente» en caso de nuevas sanciones.
«Las cosas están claras entre los europeos: si hubiera nuevas sanciones estadounidenses, la UE estará dispuesta a responder», señaló.
Le Maire tachó de inaceptable el anuncio de Washington de que impondrá aranceles por valor de 2 mil 400 millones de dólares a ciertos productos franceses en respuesta a la imposición de una tasa del Ejecutivo galo sobre los servicios digitales de grandes tecnológicas, como Google y Facebook.
«Es inaceptable, no está a la altura de un aliado y no es el comportamiento que esperamos de Estados Unidos hacia uno de sus principales aliados, Francia, y de manera más general, Europa», criticó.
Según Le Maire, el proyecto que busca sancionar a los gigantes del digital no es discriminatorio porque también se dirige a empresas de otros países, como China, y tiene por objeto «restablecer la justicia fiscal».
«Hay un proyecto de imposición fiscal a nivel internacional que está sobre la mesa de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) al que Francia ha dicho sí y para el que se han tenido en cuenta todas las reivindicaciones y expectativas estadounidenses», dijo.
En su opinión, si Estados Unidos no acepta ese plan internacional estaría faltando al compromiso que adquirió a finales de agosto en la cumbre del G7 en Biarritz al no querer encontrar una solución internacional a la cuestión digital.