Desde hace algunos años, en la comunidad de Vicente Guerrero, Oaxaca, funciona “La banda de música”, proyecto que ha tenido como resultado una orquesta sinfónica compuesta por niños y jóvenes, que a través de instrumentos musicales, alejan la pobreza que los rodea pues la comunidad está ubicada a las orillas de un gran basurero.
Ciudad de México, 3 de diciembre (SinEmbargo/GlobalVoices).- ¿Qué tienen en común una escuela musical mexicana en la comunidad de Vicente Guerrero, en el estado de Oaxaca, y los niños de la ciudad paraguaya de Cateura? Que la música que producen en ambos lugares no solo ha cambiado sus vidas sino que se relaciona mucho con desechos y desperdicios.
MÚSICA QUE CONVIVE CON LA BASURA
Vicente Guerrero queda apenas a 16 kilómetros al sur de Oaxaca –antigua ciudad colonial donde abundan los turistas– pero a un mundo de distancia de las ruinas precolombinas y de su mundialmente famosa cocina. Desde hace algunos años en esa comunidad funciona “La banda de música”, proyecto que ha tenido como resultado una orquesta sinfónica compuesta por niños y jóvenes, que a través de instrumentos musicales, alejan la pobreza que los rodea pues la comunidad está ubicada a las orillas de un gran basurero.
Una escuela de música con 100 estudiantes se ha vuelto un eje central de la comunidad de Vicente Guerrero en Oaxaca https://t.co/gbQciibvcj
— José Luis Moyano (@NicksNames) 23 de noviembre de 2016
El diario inglés The Guardian escribió sobre el proyecto:
«La comunidad, situada en uno de los estados más pobres de México, tiene fama por drogadicción y violencia de pandillas. Pero actualmente está viviendo una transformación, luego de que un encuentro fortuito con una piloto francesa ayudara a lanzar una aventura musical que ofrece una rara esperanza a su juventud».
Los jóvenes integrantes de la banda se toman muy en serio su pertenencia al conjunto musical:
«Ni bien salen de la escuela, llegan casi corriendo a sus casas, ni bien comen y se encaminan por las polvorientas calles para encontrarse con su gran pasión. Siempre llegan sonriendo, con los ojos vivaces y jugueteando, entre un gran bullicio. […] aprenden día a día a tocar con destreza la trompeta, el trombón, el flautín, el clarinete, el oboe, la flauta, la trompa, los timbales, los bongoes y las congas».
BASURA QUE SE CONVIERTE EN MÚSICA
A más de 7 mil kilómetros de distancia hacia el sur, los niños del poblado paraguayo de Cateura –ubicada practicamente encima del mayor basurero de Asunción– tocan instrumentos hechos de materiales reciclados:
«[Interpretan] obras musicales con instrumentos reciclados, fabricados a partir de residuos sólidos domiciliarios, en el taller de lutería que posee el grupo en Cateura, donde recicladores, asesorados por Favio Chávez […], han comenzado a utilizar restos de “basura” para elaborar instrumentos que emitieran sonidos musicales. Los instrumentos […] imitan a violines, violas, cellos, contrabajos, guitarras, flautas, saxofones, trompetas, trombones e instrumentos de percusión, pero construidos con basura. Entre su repertorio ejecutan música clásica, música folklórica, música paraguaya, música latinoamericana, música de los Beatles, de Frank Sinatra, entre otros».
Favio Chávez, profesor de música de los niños de Cateura, recuerda los primeros tiempos:
«Al principio no teníamos dónde ensayar y teníamos que hacerlo en el propio vertedero. Los niños no sabían nada de música, muchos de ellos ni siquiera iban a la escuela, y era difícil contactar con sus padres porque había familias que vivían separadas.»
Eso cambió cuando a Favio le mostraron algo que nunca había visto: un violín hecho de basura. Hoy hay toda un orquesta de instrumentos ensamblados, llamada La orquesta reciclada:
«El mundo genera cerca de mil millones de toneladas de basura al año. Los que viven con y de la basura son pobres, como las personas de Cateura, Paraguay. Y la están transformando en belleza, Landfill Harmonic sigue a la orquesta mientras lleva su inspirador espectáculo de hacer música de la basura por el mundo».
La Orquesta de Instrumentos Reciclados Cateura ha llegado incluso a interpretar su música ante el papa Francisco:
«La Orquesta de Instrumentos Reciclados Cateura fue invitada a tocar para el papa Francisco».
Estos dos grupos, y algunos otros más, demuestran que todo es posible gracias a la música.