Sandra Martínez, miembro de la parroquia San Carlos Borromeo de la ciudad de North Hollywood, dijo que en su parroquia desde el año pasado se han enfocado en presentar la terrible situación que enfrentan los pequeños que intentan llegar ‘al Norte’.
Explicó que en 2018 participaron con una carroza en la peregrinación de la Virgen de Guadalupe que se lleva a cabo en el Este de Los Ángeles. “Nuestra carroza incluyó el mismo tema”, explicó.
Por Jacqueline García
Los Ángeles, EU, 3 de noviembre (La Opinión).- El cementerio Calvary del Este de Los Ángeles ya está adornado con más de 70 altares que tienen las más coloridas flores, papel picado, fotos, alimentos y objetos que honran la vida de miles de difuntos.
Estos son creados por familiares, organizaciones y compañías que quisieron llevar una ofrenda especial a quienes ya no están en la tierra.
Adyacente a la entrada del mausoleo se encuentra un altar con un significado especial, se hizo para honrar la memoria de los niños que fallecieron en su intento por cruzar la frontera México-Estados Unidos.
Sandra Martínez, miembro de la parroquia San Carlos Borromeo de la ciudad de North Hollywood, dijo que en su parroquia desde el año pasado se han enfocado en presentar la terrible situación que enfrentan los pequeños que intentan llegar ‘al Norte’.
Explicó que en 2018 participaron con una carroza en la peregrinación de la Virgen de Guadalupe que se lleva a cabo en el Este de Los Ángeles. “Nuestra carroza incluyó el mismo tema”, explicó.
“Mostramos algo que hablara de la justicia pero bajo el amparo de la Virgen de Guadalupe y pusimos una jaula con niños reales dentro que representaban los menores en los centros de detención”, contó la voluntaria.
El poder concientizar a las personas ante un tema tan difícil de explicar mientras se conmemoran eventos religiosos fue algo que han encontrado muy útil los voluntarios de la parroquia San Carlos Borromeo.
“Por eso este año quisimos dedicar nuestro altar a los niños que han muerto cruzando la frontera y en los centros de detención”, indicó Martínez.
En el altar estaba la fotografía de la guatemalteca Jakelin Caal Maquin, quien murió a los 7 años de edad bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza.
También figuraba Valerie Martínez, cuya imagen le dio la vuelta al mundo, luego de perder la vida a los 23 meses de nacida junto a su padre tras ahogarse en un intento por cruzar el Río Grande, en Texas.
“Decidimos enfocarnos en este tema precisamente ahora porque queremos decirles a las familias que no los olvidamos y que ellos son como el estandarte de la crisis migratoria que se vive en la frontera”, recalcó la feligrés.
A CELEBRAR SUS VIDAS
El Día de los Muertos, o la celebración del Día de Todas las Almas, es una tradición vibrante basada en la fe, cuando la vida del difunto se honra y se celebra a través de canciones, oraciones y ofrendas o altares.
La religión católica explica que el 1 de noviembre se le conoce como el Día de los Santos Inocentes en honor a los niños fallecidos y el 2 de noviembre es el Día de los fieles difuntos, para honrar a todos los adultos.
El evento del cementerio Calvary es una oportunidad para que las familias celebren una tradición que une su fe y su herencia cultural
Otro de los altares que cautivará a los asistentes es el que está dedicado a las víctimas de masacres de tiroteos y niños que han muerto o se han quitado la vida a causa del bullying y/o abuso de sus padres.
Verónica Reyes, portavoz de la oficina de comunicaciones para la Arquidiócesis de Los Ángeles, dijo que en este altar comunitario habrán fotos como de las víctimas de Wal-Mart en Texas; además de la del niño Diego Stolz, de Moreno Valley que falleció tras ser golpeado por otro estudiante y la de la niña Rosalie Ávila que se suicidó a causa del bullying en Yucaipa.
“Queremos que no se confundan, que no es la celebración de la santa muerte ni de Halloween, estamos celebrando no la muerte sino la vida de estos seres queridos que estuvieron con nosotros pero ahora están en un mejor lugar”, explicó Reyes.
Agregó que mediante la presentación y creación de los altares las familias pueden continuar pasando las tradiciones a sus próximas generaciones.
Dijo que su padre falleció hace dos años y debido a que ella le ha inculcado a su hija desde muy pequeña esta tradición, le fue más fácil aceptar que su abuelo ya no estaba con ellas.
“Mi hija sabe la transición que está pasando mi papá y cada año ella quiere que hagamos el altar”, contó Reyes. “Es una forma de demostrarle que nunca los olvidamos”.
Lo más importante en los altares es que se usen colores y se pongan los alimentos favoritos del difunto así como objetos que representen algunas de las cosas que más les gustaban.
“Las velas que es la luz, el agua que representa el bautismo, el pan que nos recuerda la eucaristía. Estos son algunos elementos que tiene el altar y no es algo para tener miedo”, aseveró Reyes.
Flora de los Santos es una de las voluntarias que se dedica a crear el altar comunitario y dijo que orgullosamente toma su tiempo libre para honorar a los fallecidos.
“Es importante para que toda la comunidad conozca a que celebremos a nuestros antepasados y les enseñemos a los que ya nacieron aquí la tradición que traemos” dijo.
La voluntaria añadió que le gusta ver cuando llega la gente a ayudar y que esto permite que las personas puedan admirar los altares.