Gustavo Sosa Núñez
03/11/2019 - 12:03 am
La comunicación social del cambio climático
Colectivamente, nuestra huella en el planeta – sea de carbono, ecológica, hídrica y social –, en lugar de reducirse, se incrementa con el paso del tiempo.
Mucho se ha hablado de la urgencia por desarrollar e implementar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Entre otros, se mencionan temas como la transición energética (de combustibles fósiles a energías renovables), la electrificación del transporte, y la modificación a los patrones de producción y consumo.
La importancia de divulgar este tipo de acciones radica en la relevancia de entender que el cambio climático permea a toda actividad cotidiana que realizamos, pues cada uno de nosotros, como individuos, contribuimos al mismo. Colectivamente, nuestra huella en el planeta – sea de carbono, ecológica, hídrica y social –, en lugar de reducirse, se incrementa con el paso del tiempo.
Por eso es imprescindible mostrar lo que hacemos y cómo lo hacemos, a fin de que nuestras acciones tengan impacto y abonen a la concientización sobre varios puntos: la problemática, el tamaño del reto, la urgencia de abordar la crisis, y las repercusiones de no actuar, o actuar rumiantemente.
Así, la tendencia a presentar objetivos y logros con respecto a estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático se convierte en un ámbito central de la comunicación social de distintas instituciones internacionales, aunque el enfoque y el nivel de involucramiento en el tema depende de la agenda que tenga cada institución.
Como ejemplos relato una anécdota. En un reciente viaje de estudio a Ginebra, Suiza, un grupo de estudiantes realizó visitas a distintas instituciones que no se asocian directamente al cambio climático, pero que entienden de la relación intrínseca de su mandato con el tema en cuestión. Esto lo hizo ver el personal de comunicación social de cada institución cuando realizaba su respectiva presentación.
En la Organización Mundial de Comercio (OMC), el grupo de estudiantes recibió información en torno al contexto actual, así como sobre la posición de diversos gobiernos en varios aspectos del proceder institucional. Previo a esto, quien presentaba la información hizo referencia al compromiso de la OMC de 2014 a proteger el medio ambiente y la moral pública al ratificar la prohibición de la Unión Europea a comercializar la piel de foca. Y ese fue el único tópico relacionado al tema, no hubo referencia a temas verdes o transición energética, sino a la búsqueda de la preservación del status quo comercial en un mundo cambiante.
La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) también estableció la relación del cambio climático con refugiados, ya sea como impulsor de movimientos en lugares de origen, o como futuro problema en los lugares de acogida en zonas urbanas. Por su parte, comunicación social de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señaló que el combate al cambio climático es un tema crucial en su agenda. Sin embargo, éste no está considerado en el Reporte Mundial sobre Migración de 2018. Se dijo que estará incluido en el reporte correspondiente a 2020, a publicarse próximamente; aunque no se utilizará el concepto de “cambio climático”, sino “cambio ambiental”. Se dijo que la razón no es política, sino porque, a juicio de ellos, el “cambio ambiental” compila un mayor número de temas que están sufriendo modificaciones, y no solo el clima.
Estos ejemplos demuestran que, lejos de buscar una perspectiva común para abordar la problemática, cada institución se apropia del tema según sus propios planteamientos y objetivos. En concreto, la información que presenta la gente de comunicación social de cada institución refleja el nivel de conocimiento y de compromiso que las distintas instituciones tienen con respecto al tema. Esto va en detrimento del objetivo general: establecer un frente común para minimizar los impactos del cambio climático.
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