Washington, 3 oct (EFE).- El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró hoy que esperará los resultados de la investigación dirigida sobre el Pentágono antes de juzgar lo ocurrido en el bombardeo presuntamente ejecutado por fuerzas estadounidenses sobre un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz.
«El Departamento de Defensa ha puesto en marcha una investigación completa, y vamos a esperar los resultados de esa investigación antes de hacer un juicio definitivo sobre las circunstancias de esta tragedia», aseguró el mandatario en un comunicado.
El jefe del Pentágono, Ashton Carter, aseguró previamente no poder confirmar los detalles del suceso, pero indicó que se llevará a cabo «una investigación completa» en colaboración con las autoridades afganas para averiguar lo ocurrido en el incidente, en el que fallecieron al menos 12 miembros del personal de MSF y 7 pacientes.
«En nombre del pueblo estadounidense, extiendo mis más profundas condolencias a los profesionales médicos y otros civiles muertos y heridos en el trágico incidente en un hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz», agregó el mandatario, quien dijo haber solicitado al Departamento de Defensa que lo mantenga informado sobre el asunto.
«Vamos a seguir trabajando en estrecha colaboración con el presidente (Ashraf) Ghani, el Gobierno afgano, y nuestros socios internacionales para apoyar a las fuerzas de Afganistán a medida que trabajan para garantizar la defensa y seguridad nacional de su país», concluyó Obama.
Las imágenes difundidas tras el ataque, en el que murieron también una decena de terroristas, mostraban parte del austero centro sanitario de planta baja calcinado por las llamas, mientras los supervivientes se amontonaban en las zonas que no habían sido dañadas.
Un portavoz militar estadounidense en Afganistán confirmó que se había realizado un ataque en Kunduz a la misma hora en la que MSF informó del bombardeo, y aseguró que durante la acción pudo haber «daños colaterales a un centro médico cercano».
Además de los 19 civiles fallecidos, el bombardeo dejó 37 heridos, 16 de ellos pacientes, y 19 miembros de MFS, de los cuales cinco se encuentran en estado crítico, según el balance provisional de la organización.
Por su parte, la Organización de Naciones Unidas (ONU) consideró que si un tribunal estableciera que el ataque de hoy fue deliberado, este constituiría un crimen de guerra.
«La gravedad de este incidente se refuerza por el hecho de que, si fuera considerado como deliberado por una corte de justicia, el bombardeo de un hospital puede ser un crimen de guerra», dijo el responsable de derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein.
Posteriormente, el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, condenó el ataque y pidió una «investigación imparcial y rigurosa» de los hechos.