Jackson Galaxy es un afamado domador de gatos. Capaz de «dominar» a los más endemoniados, para él, su labor es un arte, un arte que, como trasfondo, tiene al amor.
Ciudad de México, 3 de octubre (SinEmbargo).– Lo apodan «el hombre que habla el lenguaje de los gatos». Jackson Galaxy es afamado no sólo por domar a estos felinos, sino por domar a los peores, a los «endemoniados».
Está sentado en un sillón marrón, y luce su característica barba, bigote, expansiones y tatuajes muy al estilo rock ‘n roll. Pero los colores sobrios y la rudeza de los tatuajes que cubren sus antebrazos contrastan de forma extraña con los colores brillantes del peluche de una ratita multicolor colocada junto a él: es uno de tantos juguetes con los que controla a los «gatos–demonio».
–No, no, no: yo no controlo a los gatos –corrige– Nadie podrá controlar a los gatos. Lo que yo hago, es generar una línea abierta de comunicación con ellos: yo sólo soy un mediador entre el gato y el humano.
Galaxy es un embajador entre un felino y su dueño. Él, asegura, sólo negocia con ellos:
–La cuestión aquí es que no debemos olvidar que los gatos no están con los humanos para brindarles placer y complacerlos. No son como los perros, a los que podemos programar para que nos hagan felices. Los gatos son realmente salvajes y el secreto de tratar con ellos consiste en entender qué es lo que el humano y el gato [cada uno por su cuenta] quieren en su interacción…
Mientras explica, Jackson sacude las manos de forma enérgica. En la derecha tiene un anillo con forma de gato que baila con sus ademanes y, un poco más arriba, un mala budista envuelve su muñeca.
–… por eso soy un embajador.
Un embajador que, asegura, usa el amor como elemento principal para la diplomacia.
¿Cuál es el elemento que genera conexión entre el humano y el gato?
–¿La conexión?…– Galaxy tiene 16 años de experiencia en comportamiento felino y debe tomarse un tiempo para dar con la respuesta– …es el amor. Debe existir amor y empatía entre ambos. Hasta que surge esto es que cada uno se siente «en su territorio». Sólo sobre la compasión y el amor es que construyes algo.
Hay personas que están locas por sus gatos. Aseguran que los aman. Muchos, juran que los aman como a sus hijos. Jackson no es la excepción.
–El gato es parte de nuestra familia. Con él debemos actuar de forma paternal, justo como se hace con los humanos. Debemos ver a nuestro gato no como una cosa, sino como si fuera un hijo, porque como padres dejas de lado el ego y hacerlo cambia de forma dramática las cosas… Hay una cosa que me vuelve loco…
«¡Me vuelve loco!», repite y un poco se le desorbitan los ojos.
–… y pasa todos los días: cuando las personas me llaman y dicen que no pueden más con los gatos y quieren abandonarlos… Si tú vieras a tu gato como tu hijo no harías eso.
El abandono animal es frecuente en México, ¿qué representa para ti que, después de haber vivido en la calle, un gato encuentre una familia?
–Adoptar representa un acto natural de amor y cuidado. Para mí, está en la naturaleza del hombre [poco antes había asegurado que el ser humano no tiene la potestad de sentirse completo]. El abandono de los animales y pensar en ellos como si fueran un mueble es un pensamiento viejo. Creo que una vez que eres capaz de cambiar tu forma de pensar, cambias todo.
Hace años, Galaxy cambió la música y la actuación por dedicar su vida a los gatos. Cambió el contenido del estuche de su guitarra: no lleva más un instrumento, está lleno de juguetes para gatos. Cambió de arte.
¿Cómo relaciones al arte con los gatos?
–Yo creo que mi trabajo con los animales es arte… –Galaxy desvaría un poco. Él admite que nunca había pensado su trabajo en esos términos– …quiero decir: yo no soy un científico, yo he incorporado la ciencia a mi arte. Y es que todos, humano o animal, son arte.
–Creo que parte de mi trabajo es descubrir. Es como cuando una escultura ha estado siempre escondida en un bloque de piedra y lo que el artista hace es expresarse a través de ese bloque. Encontrar el arte en las cosas es encontrar su hermosura y creo que eso hago en cada caso, en cada gato que veo. Después de haber pensado “¡vaya, este sí que es un gato endemoniado”, encuentro su belleza… ¡Y eso es arte!
Galaxy sostiene que para apreciar el arte es necesario establecer una especie de conexión con el corazón. Que el amor es el motor.
–Y el amor es el motor.
De pronto, emocionado, se pone al filo de la silla y comienza a desenredar el mala que envuelve su muñeca. Entonces deja ver que, debajo de la imagen de un gato con cara de demonio –imagen japonesa del siglo XIX– tiene grabada la frase “Dios es amor es» que puede leerse en dos sentidos: «Dios es amor» y «Amor es Dios».
–Cuando tu amas a un animal y el amor regresa a ti, entonces va más allá del amor que hay entre humanos ¡Y esto es cierto! Aunque las personas se asustan de esto, porque se descubren vulnerables…
Otra vez sacude los brazos de forma enérgica. Entonces dejaba ver que los gatos no sólo le habían marcado los brazos, le habían marcado un poco más allá, debajo de la piel.
–Para mí, los gatos son símbolo del misterio, de la contradicción. Ellos siempre simbolizan todo lo que no sabemos.
–Tú ves a un gato y nunca sabes lo que ves, sólo sabes que puedes ver a un gato asustado o endemoniado… eso demuestra lo poco que realmente sabemos de ellos. Y es una cosa que nos mantendrá siempre humildes…
Jackson Galaxy llegó a México para promocionar la sexta temporada de la serie «Mi gato endemoniado», que se estrena este 5 de octubre a las 21:00 horas por Animal Planet.