El hombre infectado con el nuevo coronavirus, cuya identidad no se ha hecho pública, no había viajado al extranjero y era un DJ que vivía con cinco miembros de su familia en Bangkok antes de ir a la cárcel, según informó el director de epidemiología del Departamento de Control de Enfermedades, Walairat Chaifoo, en una rueda de prensa.
Bangkok, 3 de septiembre (EFE).- Tailandia detectó este jueves el primer caso de contagio local de la COVID-19 en 101 días, un preso de 37 años encarcelado la semana pasada en una prisión de la capital y que ha sido transferido a un hospital de la cárcel, informaron las autoridades sanitarias del país asiático.
El hombre infectado con el nuevo coronavirus, cuya identidad no se ha hecho pública, no había viajado al extranjero y era un DJ que vivía con cinco miembros de su familia en Bangkok antes de ir a la cárcel, según informó el director de epidemiología del Departamento de Control de Enfermedades, Walairat Chaifoo, en una rueda de prensa.
Las autoridades sanitarias han contactado, examinado y puesto en cuarentena a las personas con las que el contagiado ha estado en contacto en las últimas semanas.
Además, han hecho pruebas de la COVID-19 a los 34 presos con los que el nuevo infectado fue puesto en cuarentena al entrar en prisión, todos los cuales han dado resultados negativos.
Tailandia, con una población de casi 70 millones de habitantes, fue el primer país en detectar un contagio del nuevo coronavirus fuera de China -probable origen de la pandemia- el pasado mes de enero, y cuenta hoy con un total de 3 mil 428 casos y 58 fallecidos.
A pesar de su cercanía con el gigante asiático y de ser el principal destino turístico elegido por los chinos, Tailandia se ha librado hasta el momento del gran incremento de infecciones de otros países como India, España o Estados Unidos, e incluso de las altas cifras registradas en naciones más cercanas como Indonesia (con 178 mil casos) o Filipinas (con 224 mil).
El Gobierno tailandés ordenó estrictas medidas de contención en marzo como controles de movimiento, un toque de queda nocturno, el uso obligatorio de mascarillas en lugares como supermercados o transportes públicos y el cierre de las fronteras, aunque no llegó a decretar un confinamiento estricto.
Estas medidas han golpeado duramente a la economía tailandesa, que entró en recesión al caer el PIB un 12.2 por ciento en el segundo trimestre del año y, según el pronóstico del Banco de Tailandia, sufrirá este año una contracción del 8.1 por ciento.