El libro curado por la viuda del escritor, Paulina Lavista, fue presentado en la FUL 2016. Se trata de un volumen preciosista que abre una mirada a la imperiosa necesidad del autor de Farabeuf o la crónica de un instante por registrarlo todo y revelarse en su grandeza y debilidad
Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).- Una selección de entre las más de 32 mil cuartillas que dejó como herencia el fallecido escritor Salvador Elizondo (1932-2006) llegó a la FUL 2016, gracias al esfuerzo de su viuda, la fotógrafa Paulina Lavista, del Fondo de Cultura Económica (FCE) y del editor Gerardo Villadelángel –quien confesó que “sudó la gota gorda” para hacer la curaduría del libro que hoy lleva el título de Salvador Elizondo. Diarios. 1945-1985.
La obra que el FCE presentó reúne una parcialidad de los diarios que Salvador Elizondo Alcalde escribió desde que tenía 10 años.
Célebre escritor, traductor, pintor y crítico literario mexicano, autor de novelas como El hipogeo secreto y Narda o el verano y de narraciones como “El grafógrafo”, en 1965 fue reconocido con el Premio Xavier Villaurrutia por la novela Farabeuf o la crónica de un instante, considerada su obra cumbre.
Gerardo Villadelángel Viñas, editor y ensayista, egresado la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México se ha desempeñado como asesor de la dirección y editor de contenidos especiales en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Villadelángel, en la actualidad se encarga de la curaduría, coordinación y edición de la colección en seis volúmenes El libro rojo. Continuación, del FCE, obra que en 2009 obtuvo el Premio al Arte Editorial de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem). Además dirige el sello editorial La Jaula Abierta, que fundara con Vicente Leñero y Roger Bartra.
El editor y curador de Salvador Elizondo. Diarios. 1945- 1985, también es responsable de las ediciones especiales del FCE y esta obra fue galardonada con el Premio al Arte Editorial de la Caniem 2015 y México en Sur.
El nacimiento de esta obra, impecablemente hermosa, encuadernada, empastada y diseñada “a la antigüita” es el resultado de las preocupaciones de Villadelángel, a quien la viuda Paulina Lavista le pidión una selección y edición de esa parte de la herencia de Elizondo,.
«Conocía la magnitud del sentido estético, de la profundidad de pensamiento del maestro Elizondo; sus cuadernos estaban escritos con una hermosa caligrafía, repletos de dibujos realizados por él; de recortes y cosas pegadas que le parecieron bellas y quería conservar”, dijo el editor en conferencia de prensa llevada a cabo en la Feria Internacional del Libro de Pachuca, Hidalgo.
Salvador Elizondo fue un pintor frustrado, cursó estudios de Artes Plásticas en la Ciudad de México y literarios en las universidades de Ottawa, Cambridge, La Sorbona, Peruggia y la Autónoma de México. Todavía se lo reconoce como el escritor insignia de la generación de los 60 en nuestro país. En 1990, conquistó el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en Lingüística y Literatura.