La semana pasada un Tribunal Colegiado determinó que la Semarnat debe abstenerse de ejecutar la autorización de impacto ambiental otorgada al Fonatur para la construcción del desarrollo hotelero en el Malecón Tajamar. Ahora está obligada a restaurar las zonas de mangle afectadas y no podrá emitir una nueva autorización para ese u otro proyecto.
Los activistas involucrados en la lucha por el manglar aseguran que el caso «es un icono que simboliza el abuso de poder, la ilegalidad, el desarrollo no sustentable, la destrucción de la naturaleza, y la destrucción de los valores éticos y morales que queremos dejarles a los jóvenes y los niños».
https://www.facebook.com/ivette.lira/videos/10212892452287403/
Ciudad de México, 3 de julio (SinEmbargo).– Los cancunenses están de fiesta. Celebran que tras una larga batalla, Tajamar regresa a las manos de los ciudadanos y reverdece, no se convierte en una plancha más de cemento e infraestructura para turistas. Festejan que su derecho a un medio ambiente sano por fin se respeta.
SinEmbargo realizó una visita a Cancún, Quintana Roo, y observó que las 57 hectáreas de manglar que estuvieron a punto de convertirse en un enorme complejo turístico, reverdecen nuevamente después de que la madrugada del 4 de enero de 2016, un grupo de trabajadores con maquinaria pesada, escoltados por policías, ingresaran al Malecón Tajamar para devastarlo y preparar la construcción de desarrollos inmobiliarios, promovidos por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
La semana pasada, el Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito determinó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) debe abstenerse de ejecutar la autorización de impacto ambiental otorgada al Fonatur. Ahora está obligada a restaurar las zonas de mangle afectadas y no podrá emitir una nueva autorización para el proyecto.
En entrevista para este medio digital, Araceli Domínguez Rodríguez, presidenta de la asociación civil Grupo Ecologista del Mayab (Gema) y Salvemos Manglar Tajamar, aseguró que se trata de una victoria, un logro para todos los ciudadanos.
Y recordó lo ocurrido a principios de 2016: Cuando estaba la defensa del manglar por parte de organizaciones civiles, «por órdenes de Paul Carrillo de Cáceres [ex Alcalde de Benito Juárez] y de Roberto Borge Ángulo [ex Gobernador de Quintana Roo], llegaron más de 100 granaderos para meterse a devastar».
«Absolutamente nada puede hacerse [en Tajamar] porque [la decisión de los magistrados] no sólo revoca la autorización, sino que le dice [a Semarnat] ‘no puedes volver a dar un permiso en la zona’ y además los obliga a reforestar. Este logro es de los cancunenses y de México. Nos organizamos para poner el dedo en la yaga porque Cancún nació para beneficio de los empresarios, como un sueño de banqueros y se les olvidó que los cancunenses existimos y tenemos derechos», dijo.
Aunque la activista reconoció que el desarrollo de Cancún ha generado una serie de beneficios económicos, también remarcó que a nivel social «ha sido un fracaso», pues aseguró «a mayor crecimiento turístico, menos calidad de vida».
«Hemos luchado como comunidad por casi dos años por Tajamar, hoy que un Tribunal colegiado ha dictado sentencia definitoria sobre nuestro amparo es momento de agradecer, ante todo a todos y cada uno de los cancunenses y demás personas de otras partes de México y el mundo que siguieron nuestra causa desde el inicio», señaló la organización Salvemos Manglar Tajamar a través de un comunicado.
Araceli Domínguez, quien lucha constantemente por la defensa del manglar, agregó: «Fue decirle a Fonatur ‘ya basta’. Nos arrebató todas las playas públicas, nos quedamos con 2 ó 3 de las 14 ó 15 que había. Ha devastado todo, donde hoy está la zona hotelera, quitó la flora de Isla Cancún, rellenó los manglares y las dunas costeras. Nos puso en riesgo a toda la población ante los embates de huracanes. Generó un problema económico para el país porque cada vez que viene un huracán cuesta mucho dinero».
No obstante, indicó que aunque Fonatur no fue evidenciado como el responsable en la sentencia, sí es la autoridad responsable de la destrucción de Tajamar.
Además, remarcó, Cancún «ya llegó a su límite y a su tope, ya no puede crecer más» en el tema de infraestructura hotelera y aplaudió que gracias a la decisión de los magistrados Selina Haidé Avante Juárez, Juan Ramón Rodríguez Minaya y Jorge Mercado Mejía, desde ahora Tajamar, ubicado al centro de la ciudad, volverá a ser un lugar de esparcimiento y una ventana hacia la laguna Nichupté.
La sentencia recientemente emitida, señala, lo siguiente:
«En términos del artículo 27 constitucional citado, como se ha indicado, la Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, como el caso, salvaguardar un ecosistema de extrema importancia para la supervivencia del planeta Tierra […] se presenta una imperiosa necesidad del Estado mexicano de salvaguardar a un ecosistema de extrema importancia para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades humanas como es el manglar y el humedal que se ubica en Tajamar».
ABUSO DE PODER
Los activistas involucrados en la lucha por Tajamar aseguran que el caso «es un icono que simboliza el abuso de poder, la ilegalidad, el desarrollo no sustentable, la destrucción de la naturaleza, y la destrucción de los valores éticos y morales que queremos dejarles a los jóvenes y los niños. Tajamar significa literalmente, parteaguas, y eso es lo que sucedió con la sentencia que hoy celebramos, es un parteaguas».
Araceli Domínguez explicó a este diario en línea que la sentencia brinda parámetros legales en beneficio de la sociedad de Cancún, en primer lugar, dijo, Semarnat no puede seguir autorizando proyectos que «atenten» contra la naturaleza, la ley y el medio ambiente sano.
En segundo lugar, señaló, que con la actuación «absurda e ilegal», Fonatur debe salir definitivamente de Cancún, ya que han trabajado únicamente en favor de empresarios, funcionarios y políticos, con una visión contraria a la inversión turística sustentable en beneficio de la población.
Por ello, mediante el mismo boletín hicieron un llamado al Gobierno federal a «desaparecer» a Fonatur. «Intentaron arrebatarnos Tajamar de la misma forma en que nos arrebataron las playas públicas, las ventana al mar y a la laguna Nichupte».
Finalmente, exhortaron a la Semarnat a dar continuidad a la sentencia, a rehabilitar los humedales y a reforestar el manglar con apoyo y supervisión de técnicos especialistas.
«Pedimos a Fonatur que se abra el paso al malecón, se empiece con el mantenimiento de calles y áreas verdes, y se nos dé la oportunidad de generar un espacio donde la sociedad en su conjunto pueda participar en la creación de un parque natural y se le integre al Área Natural Protegida Manglares de Nichupté», destacaron.