Earwig y la bruja (Aya a Majo) adaptará la novela del mismo nombre de Diana Wynne Jones (editada en España por la editorial Anaya), autora de El castillo ambulante, que Miyazaki padre adaptó al cine en 2004.
Madrid, 3 junio (EuropaPress).- Studio Ghibli ha anunciado oficialmente el lanzamiento de Earwig y la bruja, su primera película en animación hecha por ordenador que dirige Goro Miyazaki, hijo del reconocido Hayao Miyazaki, el cual ha participado activamente en el desarrollo de la cinta. El filme es una producción para NHK y se estrenará en el canal japonés este invierno.
Earwig y la bruja (Aya a Majo) adaptará la novela del mismo nombre de Diana Wynne Jones (editada en España por la editorial Anaya), autora de El castillo ambulante, que Miyazaki padre adaptó al cine en 2004. Se trata del primer largometraje que la factoría estrenará desde El recuerdo de Marnie, en 2014. También será su segunda película para televisión, la primera fue Puedo escuchar el mar, producida en 1993.
La sinopsis del libro reza: «Earwig tiene diez años, vive en el orfanato San Morwald y no quiere marcharse de allí. Para ahuyentar a posibles padres adoptivos, utiliza sus poderes mágicos. Sin embargo, un día aparecerán Bella Yaga y Mandrágora, dos extraños y espeluznantes personajes que conseguirán adoptarla. La joven Earwig descubrirá que Bella Yaga es una poderosa bruja y se convertirá en su aprendiz».
La cinta está dirigida por Goro Miyazaki, realizador de Cuentos de Terramar y La colina de las amapolas. El cineasta tiene experiencia en la animación por ordenador, puesto que dirigió la serie Ronja, la hija del bandolero, que fue producida con una técnica similar y que fue una producción en la que Ghibli colaboró con Polygon Pictures.
Pese a estar dirigiendo su propio largometraje, Kimitachi wa dô ikiru ka (¿Cómo vives?), Hayao Miyazaki ha participado activamente en la producción de Earwig y la bruja, apareciendo acreditado como encargado de la planificación y el desarrollo del proyecto. La cinta está producida por Toshio Suzuki, uno de los fundadores de Ghibli, que declaró el pasado mes de mayo que los rodajes de los filmes de los Miyazaki no se vieron afectado por la crisis sanitaria de la pandemia del coronavirus.