La salida a Extramuros, un programa ideado por el IMAC, fue lo que destacó en este encuentro que en 2017 llegó a su cumpleaños número 35. Escritores se reunieron con alumnos y jóvenes de Tijuana, en una Feria que se caracterizó por los homenajes a Héctor Manjarrez y a Jesús Moncada Pelayo y los premios al poeta César Aragón y al novelista Herman Gil Robles.
Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).- Fue la edición 35, con la presidencia de Vianett Medina y el gobierno tripartito aportado por el Cecut –con Pedro Ochoa a la cabeza- y el IMAC, al comando de Haydée Zavala.
Una feria que se abrió para adentro, para que toda esa gente que por condición social o por vivir lejos no puede ir al encuentro de libros, disfrute igual del evento.
Ahí está Iván Farías, promoviendo su condición de escritor que defiende el género negro frente a los alumnos de Policía Juvenil, que escuchaban arrobados cómo el joven hablaba de su libro Nada podría salir mal (Artificios) y contaba en qué le repercutió tener vecinos chinos en su departamento.
La Casa de la Cultura de Tijuana tiene 40 años. Pronto habrá festejo. Mientras tanto, el lector y escritor Benito Taibo da una conferencia acerca de cómo el libro le salvó la vida frente a una grey de alumnos de la Policía Juvenil y entre todos ellos una chica le contó como hizo para conocer a su autor favorito, que era precisamente él.
“¿A ti también te obligaron a leer?”, comienza el autor de Polvo y Personal normal, entre otros.
La hepatitis le dio la oportunidad de encontrarse con los libros y ese fue el día en que nació otra vez. “Todas las enfermedades se curaban con caldo de pollo y cama. Hoy odio el caldo de pollo, pero amo El sabueso de los Baskerville, de Arthur Conan Doyle”, dijo Benito.
“Ese día descubrí que los libros no eran solo para aprender, que tenían un montón de cosas para contar, que eran súper chidos, que tienen la posibilidad de la otredad, que es mirarte a través del reflejo de la mirada del otro”, apuntó Taibo.
En la Casa de la Cultura de San Antonio de los Buenos, allí, muy lejos del centro de Tijuana, Mauricio Bares –el dueño de Nitro Press y soberbio narrador- presenta Ya no quiero ser mexicano, para delicia del público reunido en esa tarde de sol y viento, tan del lugar.
“¿Qué pasaría si el mexicano apagara la tele y en verdad se beneficiara de su tan cacareado ingenio, en vez de convertirse en un machito que se agarra a trompadas por nada? ¿Cómo sería su lenguaje si no se estancara en la repetición de los clichés mediáticos y evolucionara para expresar lo que su ingenio fuera descubriendo? ¿Qué pasaría si ese ingenio y ese lenguaje, con la rapidez y la contundencia que tienen los comentarios de los vaguitos en las esquinas y los grupitos de secretarias chismeando sin piedad sobre sus jefes, crecieran para vernos a nosotros mismos tal cual somos?… Sería como si un mexicano llegara a un país extranjero llamado México”, dice Mauricio.
Todas estas iniciativas vienen del IMAC, un organismo dedicado a difundir la cultura no sólo entre las partes pudientes de Tijuana, sino a todas esas clases que ocupan la estructura social con carencias y conflictos.
“Lo que hemos hecho ahora desde el Ayuntamiento es reincorporarnos al Comité Organizador de la Feria, para que ella crezca, se fortalezca y trabajar de forma coordinada, porque creemos que ninguna institución puede sola”, dice Haydée Zavala, titular del IMAC.
“Nuestra intención es contribuir a la prevención del delito, de la violencia y conjugarlo también con la idea del fomento a la lectura, que en la Feria del Libro tiene un marco muy afortunado para poder perseguirse, no sé si lo logramos, pero al menos lo intentamos”, añade.
“Es decir, si nosotros logramos encender la semilla de la lectura, en un porcentaje de los jóvenes que ahora participan en estas iniciativas, creemos que es un gran logro porque le abrimos un gran espectro de vida”, afirma.
La verdad es que la experiencia de los escritores con los niños fue definitoria. Los rostros concentrados de los escolares frente a los autores tuvo síntoma de que algún cambio, por mínimo que fuera, ya se estaba dando en Tijuana.
LA FERIA DE LA DIVERSIDAD
Otra de las concreciones de la Feria del Libro de Tijuana fue la diversidad. Un objetivo planteado por Vianett Medina, la presidenta del encuentro. “Hay un comité cada vez más ciudadano y cada vez más autónomo. En ese aspecto hemos dado pasos muy grandes, el cambio que ha tenido la feria en los últimos años”, dice.
“Otro de los cambios fue el programa Extramuros, realizando actividades en espacios especiales para prevención del delito e IMAC respondió muy generosamente y creo que el programa ha salido mejor de lo que se esperaba”, afirma Vianett.
“Respecto de la oferta, ahí no podemos decir que hemos crecido mucho, pero hemos realizado grandes esfuerzos para incorporar a las editoriales independientes, especialmente los nacionales, que piden participar”, añade.
“Tenemos el caso de Sexto Piso que ha participado activamente de la Feria y que para mí, esto de un modo personal, es símbolo de cómo debería ser una editorial independiente”, expresa.
En la Feria del Libro de Tijuana ha habido homenajes como los dedicados a Héctor Manjarrez y a Jesús Cueva Pelayo. Ha habido talleres de narrativa a cargo de Eduardo Antonio Parra, de edición a cargo de Marcelo Uribe y de diseño a cargo de Elena Enríquez.
Los premios de poesía fueron para Mandato del polen, de César Aragón y de narrativa Frontera de palabras para Herman Gil Robles por Ciudad del olvido.
Se presentaron libros raros como el publicado por Trilce, Acridofagia y otros insectos, que consiste en recomendar comer insectos como una solución para enfrentar el futuro de la alimentación, que se ve amenazada cada vez más por la creciente población mundial y el cambio climático.
Guadalupe Loaeza y Pavel Granados presentaron La última luna. El amor secreto de Amado Nervo, en la Sala Federico Campbell del Centro Cultural Tijuana, ante cerca de 250 asistentes.
“A partir de las cartas del poeta, reconstruimos esta historia de amor desde lo ficticio de la literatura, pues nunca se han encontrado las cartas que la hija de Ana Cecilia, la pareja de Amado Nervo, le escribiera en respuesta a sus amorosas misivas”, explicó Pável.
“Este libro fue toda una aventura, está hecho de imaginación, tuvimos muy pocos elementos de la madre y de la hija, el bisnieto de Margarita me dijo muy enfático ‘la exhorto a que diga que ese amor fue platónico’ y lo dijo con tal insistencia que más me hizo pensar que no lo fue”, dijo Guadalupe.
Destacaron también las presentaciones de Made in México. Desafíos para la ciencia y la innovación en la frontera norte y Tijuana. La esquina del cine. Entrevistas, reportajes y reseñas sobre el acontecer cinematográfico en la ciudad fronteriza.
Sobre Made in México, el investigador Carlos Vela dijo que en él se habla de “un estudio donde el objetivo central fue determinar la situación que guarda el ecosistema de innovación de cada uno de los estados fronterizos de México, Baja California, Chihuahua, Sonora, Coahuila Nuevo León y Tamaulipas para crear un diagnóstico, se trata de una aproximación preliminar, porque habrá más volúmenes en el futuro”.
En tanto, Cuauhtémoc Ruelas, autor de Tijuana. La esquina del cine, enfatizó que empezó “haciendo reseña de cine de Hollywood, luego del cine mexicano y ahí descubrí que hay artistas cinematográficos que están hablando de la ciudad en Tijuana siempre habrá producciones de Hollywood o del interior de la República que la retratan con su visión centralista, pero yo me centro en la postura de los realizadores locales”.
La XXXV Feria del Libro de Tijuana ofreció su tradicional Venta Nocturna que se combinó con una variada oferta literaria y un atractivo programa artístico, destacando el Homenaje Regional a José Jesús Cueva Pelayo, pilar de la cultura en Tijuana y la participación de Benito Taibo en medio de una multitudinaria asistencia a la presentación de su libro Corazonadas.
Benito Taibo se dirigió a los jóvenes que llenaron la Sala Federico Campbell, platicándoles que “alguien me decía, ¿se puede ser escritor sin ser un lector antes?, contesto que no, que es imposible, a pesar de que hay un montón de escritores que han escrito más libros de los que han leído, pero estoy convencido que el verdadero trabajo es el del lector”.
El gran trabajo es el apartado para los chicos y los jóvenes, entre los que se destacó el escritor Ricardo Chávez Castañeda, autor de Fernanda y los mundos secretos, quien se dijo emocionado y agradecido por la respuesta al Segundo Concurso Cartas al Autor, durante la premiación realizada en la Sala Federico Campbell.
Leonardo Ramos Gómez de Cecyte Urbi Villa del Prado, Luis Carlos Aguilera del Cobach Siglo XXI y Camila Susana Aguilar Luna, ganadores del primero, segundo y tercer lugar, respectivamente, dieron lectura en voz alta a sus cartas tras recibir su diploma y sus obsequios.
Chávez Castañeda extendió una felicitación a los participantes y en especial a los ganadores por la valentía de escribir y compartir sus experiencias y agradeció por permitirle “vivir algo inusitado, ya que los escritores no tenemos la posibilidad de conocer el impacto que nuestros libros tienen en los lectores, así que yo me llevo esto en el corazón”.
“Lo más importante para los años que vienen es que la oferta de libros crezca, porque ese es nuestro propósito”, concluyó Vianett Medina.