En el salón de la casa de Vardy los jugadores celebraron eufóricos el gol. Aguantaron el tipo hasta el final del choque cuando se desató el éxtasis.
Redacción deportes, 3 may (EFE).- La euforia se desató en el domicilio del delantero del Leicester Jamie Vardy cuando el árbitro Mark Clattenburg indicó el final del partido de Stamford Bridge entre el Chelsea y el Tottenham, que terminó con un empate que coronó campeón al conjunto de Claudio Rainieri.
La plantilla de los ‘foxes’ se citaron en la casa del atacante del Leicester, elegido el mejor jugador de la Premier en este año. Numerosos seguidores del equipo se agolparon con el paso de los minutos también alrededor del recinto, a la espera de noticias.
La situación mejoró poco a poco. Tras la decepción de la primera parte, en la que el Tottenham alcanzó una diferencia de dos goles, anotados por Harry Kane y el surcoreano Heung-Min Son, todo empezó a cambiar en la segunda parte.
Las ilusiones del plantel del Leicester se animaron cuando Gary Cahill acortó distancias. Pero especialmente se celebró el gol del empate del belga Eden Hazard.
En el salón de la casa de Vardy los jugadores celebraron eufóricos el gol. Aguantaron el tipo hasta el final del choque cuando se desató el éxtasis.
Fue el domicilio del máximo goleador del equipo el punto de encuentro de los foxes. También el inicio de la fiesta y de una previsible larga noche en la ciudad en la que no se sabe si estará el técnico, Claudio Rainieri, que en las vísperas advirtió su marcha a Roma para comer con su madre. EFE