Analistas y expertos en el tema energético coinciden en que la única manera de continuar con el plan actual para la petrolera más endeudada del mundo es endeudar al país o recortar sus proyectos como la construcción de la refinería de Dos Bocas, que tendría un costo de unos 8 mil millones de dólares, pero que cuyo costo se ha elevado en las últimas semanas con la depreciación de la divisa mexicana.
Por Juan Manuel Ramírez G.
México, 3 de abril (EFE).- El desplome de la mezcla mexicana de petróleo, que esta semana rozó los 10 dólares por barril, empuja al Presidente Andrés Manuel López Obrador a crear un nuevo plan de negocios para uno de sus buques insignia, Pemex, la petrolera más endeudada del mundo.
Ese nivel, el más bajo desde que se empezó a registrar en el año 2000, representa un problema para Petróleos Mexicanos «porque no va a tener dinero para contribuir a la Federación o para pagar sus deudas», dijo este viernes en una entrevista con Efe Nicólás Domínguez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de México (UAM).
«Si cuando estaba a 13 dólares (el barril) ya era muy complicado, ahora lo es más», apuntó el académico, quien recordó que la semana pasada la agencia calificadora S&P Global recortó las calificaciones de la deuda soberana de México y de Pemex, ambas de BBB+ a BBB.
Para el experto en temas energéticos, ante ese complicado escenario, «López Obrador necesita hacer otro plan de negocios para Pemex porque el que hizo no va funcionar».
El Gobierno mexicano presentó el 16 de julio de 2019 el Plan de Negocios de Pemex que contemplaba una reducción de hasta 11 % de la carga fiscal y una multimillonaria inversión para reflotar a la petrolera.
No obstante, la petrolera prácticamente duplicó sus pérdidas en 2019 con un resultado negativo de 18 mil 367 millones de dólares.
En esencia, dijo aquel día López Obrador, el plan consistía en apoyar a Pemex los primeros tres años de gobierno para que, en la segunda mitad de su sexenio, pudiera la petrolera contribuir al desarrollo de México.
EL DESPLOME
Debido a la pandemia de COVID-19 y a la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita, la mezcla mexicana de petróleo alcanzó su nivel más bajo desde el año 2000 al depreciarse 81.07 por ciento en el primer trimestre del 2020, tras comenzar en 56.67 dólares por barril en la primera jornada de enero y caer hasta 10.76 dólares el 31 de marzo.
Para Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de la firma Banco BASE, «el precio del petróleo todavía va a bajar un poco más» y la mezcla mexicana podría llegar a los 7,89 dólares por barril.
Dicho precio sería idéntico al de su menor nivel, alcanzado en diciembre de 1998.
Siller recordó que además del recorte de la calificadora S&P Global, pesa sobre la compañía la presión de la firma Fitch Ratings que ya tiene la calificación de Pemex «en grado especulativo», mientras que la agencia Moody’s «la ubica al borde de perder el grado de inversión».
Esto significa que Pemex está al borde del «grado especulativo» y, de llegar a este nivel, podría haber una salida de capitales y mayor depreciación del peso.
La especialista coincidió con el investigador en que ahora el Gobierno mexicano deberá enviar recursos a la petrolera y seguir batallando contra el «sobreendeudamiento y la producción a la baja».
CON DEUDA Y SIN POLÍTICA AMBIENTAL
Para el académico de la UAM, López Obrador intentará seguir con su plan inicial para Pemex y la única manera de seguirlo es endeudar al país -López Obrador es enemigo de esa política- o recortar sus proyectos como la construcción de la refinería de Dos Bocas, en el estado de Tabasco.
Según estimaciones, la séptima refinería de México tendría un costo de unos 8 mil millones de dólares o unos 160 mil millones de pesos.
Pero el costo de la obra ha crecido en las últimas semanas con la depreciación de la divisa mexicana, por lo que no se descarta que la inversión final sea mucho mayor en pesos mexicanos.
Sobre la construcción de Dos Bocas, la consultora en energía y asociada en Energy Policy Research Foundation en Washington, Emily Medina, lamentó que en México se esté priorizando una política energética con fuentes de «combustibles fósiles sobre las renovables».
Para Medina, la refinería «es un proyecto altamente costoso que tiene unos márgenes muy pequeños porque al haber una reducción de precios ya no es tan viable producir gasolina».
El pasado martes, López Obrador dijo en conferencia que a México no le convenía vender el petróleo a un precio «tan bajo», si bien reconoció que tiene poca capacidad de almacenamiento.
Aún así, López Obrador informó ese mismo día que el Gobierno invirtió 12 mil millones de pesos (495 millones de dólares) en la renovación de las seis refinerías del país y que habrá «otro tanto» para este año».
Y este viernes, agregó: «No se puede hacer un pronóstico porque considero que los precios del petróleo van a aumentar».
AMBICIÓN PETROLERA
La propuesta de López Obrador es reducir la actual exportación de 1.2 millones de barriles diarios a 800 mil y aumentar la capacidad de refinación a 400 mil barriles por día para consumo nacional.
Para Domínguez, México «estaría en la disyuntiva de endeudarse a pesar de que el Gobierno ha dicho que no» para lograr la soberanía energética.
En ese sentido, Medina cree que el Gobierno tiene «un enfoque nacionalista que en lugar de ayudarnos en el tema de seguridad energética, nos aleja de ella».
En México, casi la quinta parte de la recaudación, es decir, el 17.9 por ciento, depende de los ingresos petroleros, que representan el 4 por ciento del PIB.