Falta más de un año para que Norberto Rivera presente su renuncia al Papa Francisco I; sin embargo, durante 20 años frente de la Arquidiócesis los escándalos no lo han dejado de perseguir. Su relación con empresarios y políticos, así como las acusaciones de proteger a curas pederastas, rodean a esta figura de la Iglesia católica.
Ciudad de México, 3 de abril (SinEmbargo).– El 6 de junio de 2017, «Beto» o Norberto Rivera Carrera cumplirá 75 años y deberá presentar su renuncia como Cardenal al Papa Francisco I, según lo establecido en el Código de Derecho Canónico. Desde 1985 está al frente de la Arquidiócesis Primada de México, y durante ese tiempo ha orado –en público y privado– por políticos y empresarios, fue acusado de vender el copyright de la imagen de la Virgen de Guadalupe y ha sido señalado en varias ocasiones de proteger a curas presuntos responsables de pederastia.
El pasado 13 de febrero, en la Catedral Metropolitana, el Papa Francisco I le llamó la atención al clero mexicano: instó a los obispos a que “no tengan miedo a ser transparentes”, y habló sobre la necesidad de que el Episcopado resuelva sus problemas de frente y a la cara.
“No tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa”, aconsejó Jorge Mario Bergoglio a los obispos mexicanos.
Luego de ese episodio, la prensa nacional informó de una diferencia entre el Papa Francisco y Norberto Rivera, inclusive relacionada con que el Arzobispo primado de México no votó por Mario Bergoglio en el cónclave papal.
El 24 de marzo, el Cardenal Rivera Carrera aclaró que no está en contra del Papa Francisco y que son “rumores mal intencionados” de los que quieren ver una ruptura entre ellos.
“Ante los rumores mal intencionados de algunos que quieren ver una ruptura de un servidor o de nuestra Arquidiócesis con el Santo Padre, quiero dejar bien claro delante de ustedes, mi presbiterio y pueblo de Dios que, para con el Papa Francisco hay perfecta comunión, respeto y obediencia.
“Además, hay sincero cariño y amistad. No me cabe duda que su persona y su ministerio son un don que Dios ha dado a su Iglesia y queremos que sepa, Santo Padre, que usted está en nuestra oración y nuestro corazón, y que el pueblo de México le será siempre fiel”, indicó el Arzobispo Primado de México durante la Misa Crismal celebrada en la Catedral Metropolitana.
El pasado 6 de marzo, la Arquidiócesis de México cuestionó si el Pontífice tenía alguna razón para “regañar” a los obispos mexicanos, pues afirmaron que habían realizado una vida de “entrega al prójimo y no de príncipes”.
En su editorial dominical “Un Episcopado a la Altura” del semanario Desde la Fe, la Iglesia católica aseguró que los obispos están unidos y dispuestos a hacer frente a los retos que el Papa les planteó.
DEMANDAS POR PROTECCIÓN
En 1997 salieron a la luz los casos de pederastia cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado. En aquel entonces, Rivera Carrera sostuvo que las acusaciones por abuso sexual contra el líder de esa orden católica eran «totalmente falsas».
Incluso acusó a los periodistas que escribieron la información y al periódico La Jornada de haber recibido dinero para abordar el tema, como parte de un complot; sin embargo, en 2014 la orden de los Legionarios de Cristo emitió un comunicado en el que reprobó los comportamientos «gravísimos y objetivamente inmorales» de su fundador.
Aquel sólo fue un episodio. En 2006 y 2009 Norberto Rivera enfrentó dos demandas por encubrimiento, negligencia y corresponsabilidad en el ataque sexual de al menos 26 menores de edad, por haber permitido el traslado de un sacerdote acusadpoo de pederasta, Nicolás Aguilar, a la Diócesis de Los Angeles, California, sin advertir a los fieles y a las familias de los menores de edad sobre los antecedentes de abuso sexual que existían en su contra mientras Aguilar se encontraba a su cargo en Tehuacán, Puebla, a finales de los ochenta.
De acuerdo con el informe “Pederastia Clerical de Mexicanos en México y en otros países 1944-2013″, elaborado por el Comité de los Derechos del Niños y organizaciones de la sociedad civil, en 2012 la Corte Federal de los Ángeles cerró definitivamente el caso. La demanda fue archivada debido a que no se pudo notificar al Cardenal Rivera Carrera, a Nicolás Aguilar y a la Diócesis de Tehuacán, en el estado de Puebla, ya que los documentos enviados por el despacho que representaba al demandante Joaquín González Rodríguez presentaban supuestamente defectos de forma.
SU RELACIÓN CON LOS PODEROSOS
En septiembre de 2014, durante una misa celebrada en la Catedral Metropolitana,el Arzobispo Primado de México, Norberto Rivera Carrera, oró por el Presidente Enrique Peña Nieto, por el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera y por otros políticos.
El acto, dijo Rivera, fue para que esos funcionarios pudieran “contribuir al engrandecimiento nacional trabajando a favor de la paz en el país y por la justicia”.
En 2001, durante el funeral del político priista Carlos Hank González, el Cardenal Rivera ofició la misa, en la cual expresó: «Carlos supo administrar y multiplicar aquello que se le confió en vida, ya que con sus acciones benefició a innumerables familias que buscaban su apoyo y protección. El se sentía el administrador de lo que se le había confiado».
En 2013 viajó al pueblo de Avión, España, para oficiar una liturgia católica, durante los festejos de San Roque, frente a un grupo de empresarios y ex funcionarios mexicanos que fueron invitados por Olegario Vázquez Raña, fundador de Grupo Empresarial Ángeles.
A dicha reunión asistieron: Carlos Slim Helú, de Grupo Carso; Miguel Alemán Velasco, ex Gobernador de Veracruz; Amancio Ortega, el hombre más rico de España y dueño de Inditex, propietaria de la marca Zara; el almirante Manuel Sáenz, Secretario de Marina durante sexenio de Felipe Calderón Hinojosa; el capitán Alberto Abed, dueño de FlyMex; el notario Daniel Goñi, expresidente de la Cruz Roja Mexicana; Miguel Rincón Arredondo, presidente de Corporación Durango; entre otros.
EL CARDENAL Y SU IGLESIA
El enero, la revista Proceso publicó una investigación que reveló que la boda entre el Presidente Enrique Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera Hurtado está precedida por una “grave trama eclesiástica política” que permitió el enlace en noviembre de 2010.
La publicación señala que la boda entre el entonces Gobernador del Estado de México y la actriz de Televisa fue posible gracias a que el matrimonio de Rivera Hurtado con el productor José Alberto Castro fue anulado en medio de una serie de irregularidades que terminaron por quitarle las potestades de su ministerio sacerdotal al presbítero José Luis Salinas Aranda, quien desempeñaba actividades pastorales en Televisa.
De acuerdo con documentos de las autoridades eclesiásticas, exhibidas en el reportaje, las anomalías halladas en la anulación del primer matrimonio de la hoy Primera Dama habrían incluso hecho irregular su enlace posterior con Peña Nieto. El matrimonio religioso de Rivera y Castro fue considerado por el Tribunal de la Rota Romana –el Tribunal de Apelación de la Santa Sede– como un “craso simulacro de justicia”.
«La Arquidiócesis también llevó a cabo un proceso en contra del padre Salinas Aranda por tres razones: haber actuado como sacerdote sin licencia; haber simulado el matrimonio de Rivera y Castro, por lo que debía ser ‘castigado con una pena justa’, y que había realizado sacramentos en Televisa sin autorización de Norberto Rivera”, dice el reportaje.
El padre José Luis Salinas señaló al Cardenal Norberto Rivera como el artífice del proceso al que fue sometido.
Sin embargo, de acuerdo con el reportaje, “el padre Salinas murió la mañana del 7 de octubre de 2015. El Papa Francisco nunca lo recibió ni tampoco le dio respuesta. El presbítero no ha sido reivindicado públicamente”.
Otro escándalo dentro de su iglesia está relacionado con la supuesta venta del copyright de la imagen de la Virgen de Guadalupe, a pesar que Rivera Carrera es el custodio de imagen del Tepeyac.
No obstante, en 2003, la Iglesia Católica negó la venta de los derechos de la imagen de la Virgen de Guadalupe por 12.5 millones de dólares, aunque reconoció la firma de un contrato con la empresa estadounidense Viotran que posteriormente se anuló.
Sumado a ello, el arzobispo primado de México, criticó la administración del abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg Prado, quien 1996 puso en duda la existencia de Juan Diego y por ende del milagro guadalupano.