En la Sierra Tarahumara, los rarámuris siguen con hambre y sobreviviendo con Maseca con agua. La desnutrición sumada a las heladas de la época han provocado muertes de niños y ancianos. Aunque el Presidente Andrés Manuel López Obrador les prometió desde octubre pasado mandarles los programas de Bienestar, incluyendo Sembrando Vida en 2020, siguen sin ser beneficiados.
Ciudad de México, 3 de marzo (SinEmbargo).– Rarámuris de la Sierra Tarahumara en Chihuahua siguen sin recibir los programas de Bienestar prometidos por el Presidente Andrés Manuel López Obrador durante su gira en octubre pasado, por lo que la desnutrición sumada a las heladas está causando muertes de niños y adultos mayores, acusaron coordinadores indígenas, quienes anunciaron que entre abril y mayo volverán a marchar.
«Ahorita hay frío, desnutrición y la dieta con Maseca con agua. Como no hubo maíz, no hay pinole y tampoco quelite, que se da hasta julio. Es una verdadera actitud inhumana de los Servidores de la Nación en la Sierra. Son chabochis (mestizos o blancos), se sienten escogidos por dios y el trato sigue siendo igual o peor que los del PRI o los del PAN discriminando y dividiendo a las comunidades», dijo Ramón Galdea, dirigente de la Cooperativa de Artesanos Indígenas Rarámuris, desde Bocoyna, municipio de Chihuahua. «Están provocando tanta desnutrición y, con estos fríos, tanta muerte principalmente de niños y ancianos. Desde noviembre en cada ejido están muriendo cada semana».
Desconocen cuántos han muerto porque para levantar actas de defunción deben viajar de dos a tres horas de su comunidad a la cabecera municipal, y no tienen dinero para ello. Entierran a us muertos.
Una noche antes de la entrevista estuvieron a cinco grados bajo cero. La manifestación la han pospuesto hasta abril por la presencia de las heladas. Pero a diferencia de la de octubre y julio pasados, «ya no se va a parar con arreglos, porque no los respetan, le vamos a seguir hasta que se solucione todo», advirtió.
«No hay comida, no hay trabajo y no hay ayuda. Parece que a nadie le interesamos. Ni a los diputados locales, que no quieren hacer la Ley Indígena, ni a los federales, ni a los presidentes municipales, ni al Gobernador [Javier Corral Jurado]; a nadie le importa si se mueren o no los rarámuris de la Sierra Tarahumara», afirmó Ramón.
En octubre alrededor de 300 rarámuris de comunidades que pertenecen a los municipios de Bocoyna y Guachochi, Chihuahua, participaron en la Marcha del Hambre para exigir fuentes de trabajo y entrega de programas sociales. Hasta diciembre de 2018 eran beneficiados de Prospera con 950 pesos bimestrales, pero se les retiró. Los jóvenes se fueron a trabajar de jornaleros en Sinaloa, pero las mujeres y niños se quedaron.
En el municipio de Bocoyna viven más de 23 mil habitantes, de los cuales el 58 por ciento está en situación de pobreza y en Guachochi habitan 32 mil personas, de las cuales el 64 por ciento vive en esa situación, de acuerdo con las cifras más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, 2015).
LOS COMPROMISOS SIN CUMPLIR
Desde julio de 2019 el Delegado de Bienestar Juan Carlos Loera de la Rosa se comprometió a incorporar a las familias que cumplan los requisitos que marcan las reglas de operación al programa de becas Benito Juárez que sustituyó al de Prospera; finiquitar el de Producción para el Bienestar a través de Telecomm ante la ausencia de bancos en la Sierra Tarahumara, y a capacitar con Jóvenes Construyendo el Futuro a 6 mil habitantes.
En octubre el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ante el Gobernador Javier Corral, se comprometió a llevar en este 2020 el programa Sembrando Vida con 50 mil hectáreas para crear 20 mil empleos en la Sierra.
«Lo que vino a decir el Presidente a San Juanito en octubre no se ha cumplido. Las becas estudiantiles están restringidas y desde el año pasado no se reparten, y las que se dieron en algunos casos fue a un integrante por familia; las ayudas a los ancianos de 65 y más se están repartiendo a una parte y casi todo el año pasado no les dieron nada, ¡ahora para registrar a 20 mil indígenas en las parcelas! Esto va a durar hasta que salga el Presidente y ya para qué chingados», aseguró Ramón. «[El Delegado] Juan Carlos Loera no atiende a los indígenas. Somos muy poca cosa para él. Dios lo bendiga».
«El único delito por el que estamos siendo maltratados y discriminados [por los Servidores de la Nación] es por pedir el programa Sembrando Vida porque queremos trabajar en la Sierra, ya no queremos andar de jornaleros amontonados y maltratados en Sinaloa o Sonora. Ese es nuestro pecado», ironizó.
Durante el pasado fin de semana, pobladores de Mascupana, Tabasco, acusaron que no todos los jóvenes han recibido las becas, a lo que el Presidente López Obrador, oriundo de la localidad, respondió que «¿cómo que no? La mentira es del demonio, es reaccionaria, conservadora; la verdad es revolucionaria». Y, agregó a sus paisanos, «ya se está extendiendo a todo el país el programa Sembrando Vida, a ejidatarios, pequeños propietarios, comuneros. ¿No se está aplicando el programa Sembrando Vida? Faltan cosas, pero vamos avanzando».
Luis Carlos González, de Bocoyna y coordinador de la Marcha del Hambre, aseguró que ya van cuatro meses de la visita del Presidente López Obrador a la Sierra de Tarahumara.
«Él dijo que iba a venir a arreglar esta situación en tres meses y hasta la fecha no ha habido ninguna respuesta. Aquí en Bocoyna nos dejaron fuera del programa Sembrando Vida», afirmó. «El programa de Becas Benito Juárez aquí en la Sierra no se ha dado ni las becas de Jóvenes Construyendo el Futuro».
En los lugares donde hubo participación en la marcha para pedir los programas, como Guaguachique, los Servidores de la Nación fueron a decirles que nadie iba a entrar a Sembrando Vida. En Guachochi solo han levantado algunas listas y en Bocoyna no han hecho nada, acusaron ambos coordinadores.
El Presidente López Obrador aseguró durante la conferencia de prensa del lunes que informarán sobre el avance de los programas. «Vamos a dar a conocer acciones de apoyo a adultos mayores, a personas con discapacidad, el apoyo educativo, lo que estamos haciendo en salud. Son cosas muy importantes. Y a recoger los sentimientos de la gente en función de eso, no de quienes ya están en campaña», dijo. «Grilla no, política sí».
SinEmbargo requirió al Delegado Juan Carlos Loera una aclaración sobre la demora en la entrega de los programas federales de Bienestar en la Sierra de Tarahumara, pero no obtuvo respuesta. En octubre, este medio publicó que estaba denunciado ante la Secretaría de la Función Pública por presunto nepotismo.
«La sobrina de Juan Carlos Loera de la Rosa, Delegado de la Secretaría del Bienestar en esta localidad, Myrna Brighite Granados de la Rosa, se encontraba también registrada en dicha Secretaría, con un sueldo [bruto] de 60 mil 030 pesos con 88 centavos y dada de alta como Secretaria Particular de la Subsecretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes», dice la denuncia.
Hasta el 30 de abril aparecía en la Nómina Transparente de la Administración Pública Federal. Actualmente no.
«Se encontró el caso del hermano de Juan Carlos Loera, de nombreLorenzo Manuel Loera de la Rosa con un sueldo [bruto] de 78 mil 407 pesos con 68 centavos y como Director de Área Eventual [de la Secretaría de Educación], mismo que es profesor de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez”, expone la denuncia ante la SFP. «Cobra al Gobierno del Estado de Chihuahua y al Gobierno de la República, como trabajador de tiempo completo para ambos entes del Estado Mexicano».
Loera de la Rosa rechazó a este medio que hubiera nepotismo.