FridaGuerrera
03/03/2018 - 12:05 am
¿Quién era Magdalena Jardon?
El viernes 16 de febrero se reportó una noticia que volvió a conmocionar al país: la desaparición y posterior asesinato de la teniente de enfermería Santa Magdalena Salazar García, cuyo cuerpo fue localizado el 17 de febrero en calles de la delegación Milpa Alta. Su caso me recordó el que a continuación relataré.
Y si contemplas las estrellas y se te llena el alma de imposibles, es que mi soledad viene a besarte.
Marcela Serrano.
El viernes 16 de febrero se reportó una noticia que volvió a conmocionar al país: la desaparición y posterior asesinato de la teniente de enfermería Santa Magdalena Salazar García, cuyo cuerpo fue localizado el 17 de febrero en calles de la delegación Milpa Alta. Su caso me recordó el que a continuación relataré.
Magdalena Jardon Flores era subjefa de enfermeras en el área de recursos humanos del Hospital General Regional 25 del IMSSS. Tenía 43 años de edad y tres hijas, quienes recuerdan a su mamá como una mujer que siempre reía, a quien le gustaba jugar con sus perros alrededor de la cocina. “Siempre nos impulsaba a estudiar”. “Ella siempre estaba aprendiendo algo”, recuerda Felipe, su esposo.
Magdalena era una mujer muy profesional y amaba su trabajo. Le gustaba ayudar y atendía todo: la casa, su trabajo, las hijas, los estudios, pues su meta en la vida era superarse, crecer en todos los sentidos.
El 2 de septiembre de 2013, Magda se levantó muy temprano, como todos los días, se arreglaba con su impecable uniforme blanco, su cabello recogido para salir a trabajar, regularmente la llevaba su esposo, o si salía muy temprano se iba en taxi, ese lunes la mujer se preparó, Felipe recuerda que le dijo que se iba en taxi que ya se le hacía tarde para ir a trabajar, fue la última vez que la escuchó, eran las siete de la mañana.
Más tarde Felipe se comunica al Hospital para saber si había llegado bien, una de las compañeras de Magda le hace saber que no llegó, que no había checado su tarjeta, el celular lo había olvidado, el afligido marido se comunicó con el hermano de su esposa, Magdalena no aparecía algo sumamente extraño en ella, ya que si algo la caracterizaba era su enorme responsabilidad con su trabajo.
Magda se casó muy joven, tenía 21 años de vida en pareja con Felipe, sus tres hijas eran su mundo, amaba la música de los Beatles, Kiss, era fanática de Candy Candy, casi no tenía amigas, solía estudiar hasta tarde, no hablaba con groserías, era una mujer totalmente independiente y eso le enseño a sus hijas, Paola la hija mayor recuerda aún sus palabras, “A pesar de lo que te pasé, siempre tienes que echarle ganas, tienes que salir adelante”.
El mismo 2 de septiembre el cuerpo de Magdalena fue encontrado en las Calles Balbuena y Texcoco, en el Estado de México, ahí estaba con su uniforme blanco, sin zapatos, dejada como algo inservible, en los límites del Estado de México y la Ciudad, la carpeta de investigación ha ido de un lugar a otro, de Homicidios en Nezahualcóyotl a Feminicidios en Tlalnepantla, y a homicidios en la Ciudad de México, casi cinco años después ninguna autoridad ha hecho nada por esclarecer el feminicidio de Magdalena, no hay responsables, ni siquiera sospechosos, las autoridades no tienen ni idea de quien pudo haberla asesinado.
Sus hijas ya adultas son quienes en ese eterno ir y venir con las autoridades siguen buscando justicia y verdad, ¿qué sucedió aquel 2 de septiembre de 2013?, ¿Quién tuvo la suficiente crueldad de arrebatarles a su madre?, de que su hermana de entonces seis años creciera sin su mamá.
Con el reciente feminicidio de la enfermera militar, el recuerdo regresa en la familia de Magdalena, “tenían el mismo nombre, eran enfermeras” y con pena una de sus hijas me hace saber, “tal vez como con mi mamá, tampoco ella tenga justicia”.
Magdalena, como cada mujer que es asesinada en este país, para las autoridades solo se convirtió en un número económico 60/2013, para sus hijas no lo es y les duele el hecho de saber que talvez nunca sepan la verdad, es el mensaje que tanto las autoridades del Estado de México, como las de la CdMx les han enviado todos estos años.
Ya basta que sigamos impávidos, que veamos cómo se desangra el corazón de un país que pide a diario justicia porque los feminicidios no se detienen, no paran y para muestra esta terrible historia, a casi cinco años, uno o varios asesinos están libres y tal vez, esperando por su próxima víctima.
Quieres contar una historia de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas.
@FridaGuerrera
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