Lennon bajo el sol es una deliciosa ucronía que parte de la idea de que el famoso cuarteto surgió de Centroamérica y no de Liverpool. Cambia la geografía, se mantiene la fama; cambian las causas mas no el compromiso y en éste y en todos los universos la lucha por la paz es mejor si se acompaña con la música de Lennon.
Ciudad de México, 3 de marzo (SinEmbargo).- El lunes 8 de diciembre de 1980 John Lennon, el ex integrante de Los Beatles, falleció a causa de un tiroteo ejecutado por el hoy célebre Mark Chapman. Había leído la novela de Salinger, El guardián entre el centeno y hoy por hoy se cree que buscaba la fama de la que hoy goza.
En una versión libre, John Lennon es un músico y activista nicaragüense, ex integrante de Los Escarabajos. Tres meses antes el dictador Anastasio Somoza, exiliado en Paraguay, había sido emboscado y asesinado por un comando guerrillero argentino. Éste era un opresor. El otro un pacifista.
Así construye la historia Adiak Montoya, en una primera novela que este autor nicaragüense ahora rescata vía Tusquets para que nosotros lo conozcamos y de paso charlemos con él el pasado tan presente.
Montoya nació en Managua, en 1987, por lo tanto para él la Revolución Sandinista es algo que le cuentan en las clases de historia, pero su relato ha servido para que sea considerado el autor más brillante de su generación y en Centroamérica, ese lugar que pronto recibirá el Cervantes, de manos de Sergio Ramírez.
José Adiak es autor del libro Eclipse: prosa & poesía (2007), de las novelas El sótano del ángel (2010) y Un rojo aullido en el bosque (2016), y del conjunto de relatos En el tiempo de las cenizas (2017).
–Con tu libro uno se acuerda de todo, aunque es una versión bastante libre de la historia
–Sí, así es. La persona que mató a Anastasio Somoza fue un poeta llamado Rigoberto López Pérez. Esta novela es un poco disparatada, porque de hecho lo es, fue el resultado de un capricho que yo tenía, que era el hecho de que Los Beatles siempre fueron para mí una obsesión. También me interesaba la historia de mi país y a la vez me interesaba la literatura. Así que nació este proyecto, para darme el gusto de ver todas estas cosas tan importantes juntas. Me comencé a dar cuenta de ciertos paralelismos en las fechas y si algo tan fantasioso hubiera sido que Lennon naciera en Nicaragua, creo que este es el Lennon que hubiese sido. Un Lennon que se hubiera plantado por sus ideales pacifistas contra un sistema represivo que gobernó al país por más de 40 años.
–¿Qué edad tienes tú?
–Tengo 30. Todo es recuerdo y anécdota para mí. Siempre se recuerda con muchísima saña a la dictadura somocista, los tres personajes que comandaron la dictadura están en el basurero de la historia. Para los sandinistas y los no sandinista. Si bien la dictadura fue derrocada por el sandinismo, todos se unieron para oponerse a este gobierno que era insostenible. Una cuestión barbárica que correspondía a los delirios de una persona que estaba acorralada.
–¿Cuál es la situación de Nicaragua hoy?
–El comandante Daniel Ortega y el sandinismo gobernante se ha convertido en una parodia de una Revolución que si bien triunfó, falló en la práctica. Tenemos a un señor que gobierna en el país, que está ahí por diferentes trucos constitucionales, que tiene secuestrado a todos los poderes del estado, las decisiones fundamentales se toman no desde las urnas sino desde un comedor familiar.
–Nicaragua fue siempre un lugar de muy buenos escritores, ¿cómo está ahora?
–Creo que está empezando a gozar de muy buena salud, la literatura desde la muerte de Rubén Darío siempre estuvo comprometida con algo. Comprometida en contra de la dictadura somocista, comprometida con la Revolución, ya en los ’90 hay una especie de limbo entre los escritores porque no hay a quién cantarle. Los escritores empezaron a escribirse para sí mismos, en un paraíso de la individualidad que para mí hace a la literatura muy rica y diversa. De unos años para acá, si bien venimos de una tradición poética muy saludable, la narrativa ha tenido un auge constante. Hay un hecho como que Planeta se fije en una novela mía, relativamente joven y que muestra un poco las cosas que se hacen más allá de Sergio Ramírez, de Ernesto Cardenal, de Gioconda Belli.
–¿Lennon bajo el sol por qué cree puede interesar más allá de Nicaragua?
–Bueno, creo que la figura de Lennon es muy popular en todo el mundo, la gente se va a acercar más por él que por mí mismo. Aún a sus 38 años de haber desaparecido es una figura de la que se sigue hablando. A la vez pienso que esta novela plantea una ucronía, jugando con la historia, que si bien fueron reales, nunca pudieron ser como se describe aquí.
–¿Tú dijiste que no había a quién cantarle, ahora no hay nada?
–Lo ideal sería no tener que cantarle a procesos bélicos, no tener que ver con el canto de la sangre de héroes ni de mártires. Ahora tenemos que cantarle a la libertad, no creo en los colectivos, creo en la raza humana como colectivo diverso. Si le vamos a cantar algo que sea al hecho de ser independientes.
–Sin embargo, eliges la época del ’60 para cantarle a través de tu literatura
–Bueno, era la época en que se desarrollaba la vida de Lennon y también la de la dictadura, fue una época circunstancial que me sirvió además para narrar el pasado y ver en qué nos equivocamos y no volver a caer en esos errores. No somos seres que nacemos de la nada, tenemos que conocer ese camino para ver dónde nos moveremos en el futuro.
–También es cierto que el continente latinoamericano está en tendencias de derecha y para cambiar eso no sé si no habría mártires y héroes
–Bueno, eso le toca a los ciudadanos de los países involucrados de Latinoamérica. Me gustaría que en mi país las instituciones trabajaran para las tareas en las que son elegidas y no bajo la decisión de una sola persona o una sola familia. Eso es una cuestión que nos corresponde a los nicaragüenses lograr.
–Pensaba también que a ustedes como jóvenes les puede despertar curiosidad y dinamismo, creer en el colectivo
–Sí, pero con respecto a las redes sociales y a Internet, el hecho de que tengamos esta comunicación directa, estas herramientas no necesariamente sirven para aislarte sino para generar colectivos en lo humano, en lugar de derramar sangre, unas herramientas que son inofensivas para la integridad pública.
–¿Qué otras cosas has escrito?
–Esta es mi tercera novela. Escribí El sótano del ángel, que ganó el Certamen Nacional de Nicaragua, es una novela de amor y de muerte, hay un asesinato en medio, se puede encontrar en México. Tengo Un rojo aullido en el bosque, que es una recreación del cuento de Caperucita Roja, una realidad latinoamericana en torno a la trata de personas. Tengo un libro de cuentos y poesía, aunque ya no escribo. Ahora estoy trabajando una novela sobre un personaje real, una novela biográfica y me tocó hacer una gran investigación.
–Lennon bajo el sol, ¿cuándo la escribiste?
–Yo escribí esta novela cuando tenía 18 años. En aquel momento mal pensaba que la literatura tenía que ser más solemne, más acartonada y estuvo engavetada durante mucho tiempo. Tenía cierto tipo de humor por mezclar ambas cosas de la historia, hasta que recordé que la tenía, la envié a mi agente y unos meses después Tusquets me dijo que quería publicarla.
–Cuando murió Lennon el mundo cambió para siempre
–Sí, claro, había muchos sueños, una utopía que se rompió, fue la caída del telón con sangre de toda una época en el mundo.