Luego de María y yo, el dibujante regresa con María cumple 20 años. Hay muchos toques de humor, ella ya dibuja mucho, pero al mismo tiempo una mirada sobre el futuro. «¿Quién cuidará de María cuando su madre y yo no estemos?», se pregunta
Ciudad de México, 3 de febrero (SinEmbargo).- El año pasado hicimos una nota sobre María cumple 20 años, un trabajo que había salido en España y nos había llamado mucho la atención.
En esa nota un usuario me escribió para decirme por qué usaba la palabra enfermedad para referirme al autismo, cuando en realidad nadie sabe lo que es. El propio Miguel Gallardo, se resiste a definirla; no, es cierto, no es una enfermedad, es un trastorno del cerebro, ese misterio tan hondo para la medicina y para todos nos.
Lo importante, dice Miguel a propósito de su libro, es que “la gente visualiza a los niños autistas, pero no visualiza a los adultos autistas y creo que es importante hablar de ellos».
Por eso, el libro está en México, con los buenos oficios de Sexto Piso y Miguel ha venido a dar cursos y a mostrarse cómo ser “padre de María”, lo único que sabe sobre el autismo.
La primera entrega, María y yo, se tradujo a nueve lenguas y dio lugar a un documental, que convirtió a María en alguien conocido, con club de fans incluido y a Gallardo en un activista de la causa de las personas con discapacidad.
María cumple 20 años (Sexto Piso) ya va por cuatro lenguas, pronto se traducirá al ruso y ha permitido que entrevistáramos a Miguel Gallardo.
“María y yo, el primer álbum está traducido a 9 idiomas y María cumple 20 años ya está traducido a cuatro y ahora estamos negociando para traducirlo al ruso”, cuenta Miguel Gallardo.
–Es bueno poder proyectar estos dibujos y esta historia, sobre todo teniendo en cuenta que no se ha escrito todavía lo suficiente sobre el autismo
–Bueno, es una casualidad que yo sea dibujante y que tenga una hija autista. Mi historia es esta y en el mundo de la novela gráfica no hay muchas historias como esta. Me he convertido en lugar de ser dibujante a ser un padre que habla. Me paso mucho tiempo dando vueltas por el mundo y hablando con otros padres. Estoy moviéndome en la comunidad del autismo, que es muy importante y al final todo el mundo entiende mis libros, están hechos de una forma muy sencilla, nuestros intereses son comunes en todas las partes del mundo, los intereses de los padres son los mismos.
–Es importante saber lo que es el autismo. Un lector me regañó por haber usado la palabra enfermedad
–Si tú pusiste enfermedad es porque en realidad se sabe muy poco y la gente se guía mucho por estereotipos, por lo que uno ve en los periódicos. Normalmente cuando se habla de autismo y sale una nota con una foto, en esa foto se ve a un niño de espaldas. Esa es la imagen del autismo que tiene la sociedad. Yo tampoco te puedo decir lo que es el autismo, la ciencia no ha descubierto los orígenes ni nada. Sí te puedo decir lo que no es, es un trastorno, no es una enfermedad que puedas curar con unas pastillas, con un remedio, es una forma diferente de ver la vida. El cerebro está conformado de una forma diferente. Eso va asociado a tener dificultades en el campo de la comunicación y de las relaciones sociales. Es un trastorno bastante difícil de sobrellevar para los padres. Y para ellos en general se mueven en un mundo que es muy confuso para ellos. Es un espectro muy amplio, difícil de definir y difícil de entender para la gente. Los autistas son personas que pueden estar en una institución toda su vida hasta ser personas que se casan, van a la escuela, tienen hijos.
–Es importante saber todos los misterios que tiene el cerebro, por mucho que se haya adelantado la ciencia
–Ahora estoy trabajando un libro con una persona a la que le dio un ictus y perdió el habla. Es increíble ver eso, pero también es increíble la plasticidad del cerebro a cómo se adapta a todas las circunstancias. Cómo crea nuevos caminos.
–¿Cómo es su vida de ilustrador antes y después de María?
–Yo me siento deudor de María. Me cambió la vida por un lado, pero también le dio mucha energía a mi existencia. Cuando María llegó me puso patas para arriba todos mis valores y mi forma de ver la vida y me lo trastocó todo. Cambió una de las cosas más importantes que hay en mi vida y eso es el trabajo, el dibujo. Hasta ahí llegó ella y lo trastocó totalmente. Me hizo cambiar la forma de ver el dibujo, de estilo, de todo.
–Por otro lado es una competidora
–Sí, en un plano muy diferente. Nunca podré competir con María en ese plano porque siempre me va a ganar. Una vez me preguntó un padre en una charla por los progresos de María en el dibujo y yo le dije: ¿progresos? El gran progreso es que María dibuje, el resto no significa nada.
–¿Hay alguna posibilidad de ver los dibujos de ella en un libro?
–Bueno, en María cumple 20 años hay algunos. En la exposición que hice en Querétaro hay toda una pared de dibujos de ella. Y ahora tengo un proyecto para este año que es la de hacer un libro con nuestra historia, quizás ahí ponga más. Tengo una colección entera de dibujos de María y tal vez haga una buena exposición con eso.
–¿Qué ha pasado en México?
–Un resfriado y una descomposición de panza, que me la traje de España. Ha sido emocionante, como todos los sitios donde voy. No puedo ver nada de las ciudades, ni los monumentos, ni pasear, voy de un sitio a otro dando charlas. Lo que me he pasado ha sido la gente, que es lo que más me gusta de todos los lugares a donde voy. He tenido muchos encuentros con los padres. He estado en el DF, en Jilotepec, una experiencia en el campo, muy buena y en Querétaro. Los padres somos iguales en todas partes y con la misma angustia, con las mismas ganas de saber también.
–¿Se ha convertido en una especie de especialista del autismo?
–No, cuando yo llego a los sitios siempre digo que no tengo ninguna idea sobre el autismo ni puedo responder qué idea de terapia tengo yo. No tengo idea de las terapias, los padres saben muchas más cosas que yo. Nunca hemos hecho por otro lado ninguna terapia. Si soy especialista en algo, es especialista en María. Ni aún. Porque María es una llave difícil. Lo único que puedo ofrecer es que soy un padre, no soy un especialista, no soy un psicólogo, sólo puedo hablar desde el corazón de un padre.
–Uno ve en el libro también la angustia, uno no puede llegar totalmente a ella
–Normalmente cualquier padre es la protección de los hijos, entonces si vamos al mundo del autismo, eso se multiplica por 100. No vamos a poder protegerlos siempre y flota ese sentimiento por encima. ¿Qué pasará con ellos cuando no estemos? Cuando vas a hablar con los padres rápidamente sale ese tema.
–A veces se ve que usted se cansa de ella y tiene enojo por las miradas permanentes
–Cuando María está conmigo en el verano, al final del verano yo la quiero tirar por el balcón a ella y ella a mí. Estamos cansados el uno del otro, pero llevamos una buena convivencia y nos reímos muchos. En cuanto a las miradas, al final he llegado a la conclusión que no es un problema de la gente sino un problema mío. Un problema de aceptación de las miradas, porque la gente va a mirar siempre a María, es algo que no voy a poder evitar. Debería poder lidiar con el enojo que me causa que la gente mire a María.
–¿Cómo serán los próximos 10 años de María y de usted?
–No tengo ni idea. María ahora mismo está bastante estabilizada, muy simpática, este verano ha sido el de la paz y el amor, está muy cariñosa con todo el mundo, aunque eso puede cambiar. Lo que cambian son las circunstancias exteriores y María puede reaccionar muy diferente de acuerdo al entorno. Es la vida, al final.
–¿Cómo se siente en el mundo de los ilustradores en España?
–Yo comparto varios mundos, entre ellos también con los dibujantes de cómics…Hasta hace poco yo era el presidente de la Asociación de Ilustradores de Cataluña, que es la más numerosa de España, hace poco estuve en la Feria de Novela Gráfica de la India y al pasar al autismo mi vida también se ha enriquecido bastante.
–¿Qué diría de los cómics, de la novela gráfica, que están teniendo tanto auge?
–Diría que está muy bien, pero que a los ilustradores nos gusta mucho pagar las facturas al final de mes. La gente puede pensar que ahora es un momento interesante, pero salvo en Francia y en los Estados Unidos, en el resto de los países sigue siendo algo minoritario. No proporciona a los autores un medio de vida, salvo en muy pocos casos. María y yo ha vendido ya 20 mil ejemplares, pero venimos llevándolo desde 2007, es muy largo el periodo. Es un buen momento para crear, pero no existe el mercado, es muy débil y la gente no tiene la costumbre de comprar una novela gráfica.