El Eibar vapulea a Betis que lleva casi cuatro meses sin ganar en casa

03/01/2016 - 1:43 pm

Sevilla (España), 3 ene (EFE).- La SD Eibar goleó 0-4 al Real Betis y logró su segunda victoria seguida que le acerca a la zona alta, en un partido en el que vapuleó a un pésimo equipo bético, que lleva casi cuatro meses sin ganar en casa -desde el 12 de septiembre- y que dio una pobre imagen ante un rival tremendamente superior.

Los eibarreses, que hicieron un gran encuentro que dominaron de principio a fin, se adelantaron con dos goles en el primer tiempo de Capa y Keko Gontán, y remataron la faena en el segundo con otros dos de Adrián y Borja Bastón ante un inofensivo y perdido Betis.

El Betis, tras caer 4-0 ante el Barcelona en un choque con polémicas, quería volver a ganar en casa tras seis partidos sin hacerlo (2 empates y 4 derrotas), con la sorpresa en el once del extremo Álvaro Vadillo por el holandés Van Wolfswinkel y sin Joaquín Sánchez ni el holandés Rafael Van der Vaart, bajas de última hora.

El técnico local, Pepe Mel, tampoco pudo contar con los centrales Bruno González y el alemán Heiko Westermann, lesionados en el Camp Nou y a quienes sustituyeron el argentino Pezzella y Jordi Figueras.

El Eibar llegó con tres bajas por lesión: el meta Jaime Jiménez y los defensas Juncà y el argentino Mauro Dos Santos -suplido por el serbio Pantic-. Además, José Luis Mendilíbar, que dejó de suplente al goleador Borja Bastón, puso al exsevillistas Antonio Luna en el lateral zurdo, a Adrián González de mediapunta y a Enrich arriba.

Este planteamiento pronto le dio frutos a los azulgranas, que salieron con gran intensidad y aprovecharon la desidia de inicio del Betis para hacer el 0-1 a los 3 minutos en una incursión del lateral Asier Capa, que hizo la pared con Keko Gontán, una pesadilla para la endeble zaga bética, y batió a Adán tras dar el balón en un defensa.

El Betis, sin Mel ni su segundo, Roberto Ríos, en el banquillo al estar sancionados, repitió el error de salir dormido y de encajar un gol muy pronto, como muchas veces en el Villamarín, lo que ya fue un lastre para un equipo perdido ante un Eibar que dominó por completo el choque y creó mucho peligro con sus rápidas salidas al ataque.

Los eibarreses, muy fuertes en el medio campo con Dani García y el argentino Gonzalo Escalante, controlaron el juego ante un equipo verdiblanco sin rumbo ni profundidad alguna, al que remataron pasado el primer cuarto de hora, al empalmar Enrich un centro de Keko.

El 0-2 dio aún más opciones de salir a la contra a un peligroso y rápido conjunto armero, con balones en profundidad al veloz Keko, un ciclón por la derecha, y Enrich, mientras que el Betis siguió sin ideas, totalmente descompuesto, desorganizado, endeble en defensa, sin capacidad de reacción e incapaz de hilvanar algún ataque claro.

El único, a tres del descanso, lo generaron por la derecha Cejudo y Molinero, pero el centro de este lo marró Rubén Castro solo ante Asier Riesgo, que hizo un paradón al despejar el remate del canario.

En la reanudación, Mel buscó más presencia ofensiva sacando al campo a otro punta, Jorge Molina, por un desacertado Vadillo, como todo su equipo, pero el guión apenas varió y, tras la ofensiva local inicial, más por orgullo que por juego, el Eibar siguió mandando y defendió bien su renta ante un atascado e inofensivo cuadro bético.

Los guipuzcoanos estuvieron ahora menos alegres en ataque, aunque Escalante lo intentó en un cabezazo que paró Adán a los 55 minutos.

Aunque presionaron con intensidad la salida del balón del rival, el Betis mejoró a base de garra y tuvo más llegada en este periodo, como una contra que Cejudo malogró, un flojo testarazo de Pezzella que detuvo el portero y, sobre todo, un centro de Molina al que no llegó de milagro Rubén Castro al adelantarse magistralmente Riesgo.

Los verdiblancos, en los que entró el extremo argelino Foued Kadir por el central Jordi Figueras para buscar como fuera el gol, demostraron, sin embargo, por qué llevan ya cuatro partidos de liga sin marcar -solo un tanto en los últimos cinco- y pecaron de falta de ideas y de inocencia en sus baldíos intentos ofensivos.

Todo lo contrario que el Eibar, que, sin pasar apuros, amplió su renta con el 0-3 de Adrián tras un buen pase dentro del área de Saúl Berjón, a 19 minutos del final y en medio de las protestas de la afición bética, con gritos de «Pepe (Mel), vete ya».

El desastre bético se agravó ún más, pues en el 83 Borja Bastón, que acababa de salir por Enrich, marcó un golazo de un tirazo por la escuadra y logró el 0-4 definitivo para sonrojo del Betis.

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Redacción/SinEmbargo
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