El Presidente López Obrador habló ante una Plaza de la Constitución viva. Frente a miles de personas reconoció sus pendientes y enlistó cuáles serán las directrices para su segundo tramo de Gobierno.
-Con información de Romina Gándara
Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).- El Zócalo se llenó otra vez. Luego de dos años de pausa de eventos masivos, cientos de personas se reunieron para escuchar el balance de los tres años de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien ante miles de ciudadanos trazó la ruta que seguirá en la segunda parte de su sexenio.
Las imágenes fueron iguales a las de hace tres años, las mismas consignas y también las mismas caras de alegría, aunque ahora con cubrebocas. A decir de la gente, era necesario mostrar fuerza y cariño, aunque la sombra de los pendientes y los retos estén ahí.
Durante dos años, los niveles de popularidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador fueron sólo tema de encuestas. Hasta ayer. Este miércoles la gente salió a demostrar el apoyo al proyecto en el que aún cree.
Sin embargo, cumplir la primera mitad de Gobierno significa también brincar al último tramo y es cuando los pendientes y los retos salen a flote. Los analistas ven problemas en la economía y en la violencia. En su discurso el Presidente enumeró precisamente los desafíos en estos rubros, al igual que en materia de corrupción, pero enlistó además los proyectos que deparan a su proyecto de Gobierno.
A nivel de piso, la gente, como pudo constatar SinEmbargo, hablaba de los casos de corrupción que desde antes del 1 de diciembre de 2018 se prometió combatir. Dicen que eso es lo que falta y lo que se debe atender pronto.
Durante su discurso, el propio Presidente dijo que se avanzó en este tema al considerar la corrupción como delito grave, que se atacó la condonación de impuestos a grandes contribuyentes y que los bancos ya no son beneficiarios. Que la muestra de esto es la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles y el financiamiento del Tren Maya
“Con la política de combate a la corrupción y con la política de austeridad republicana hemos ahorrado en los tres años un billón 400 mil millones de pesos. La cancelación de fideicomisos y fondos que se manejaban de manera discrecional, deshonesta y en beneficio de minorías también nos ha permitido liberar más presupuesto en beneficio del pueblo”, expresó.
Al igual que la corrupción, la inseguridad es el otro rubro que los simpatizantes señalaron que sigue pendiente para el Gobierno federal.
Al respecto, López Obrador repitió lo ya expresado en su libro A Mitad del Camino (Planeta) de que la verdadera confrontación es con las bandas que reclutan a los jóvenes: “Debemos quitarles el semillero”, dijo y aseguró que es con los programas sociales que están “logrando” el objetivo.
“Nada se logra, y esto aplica en México y en todo el mundo, nada se logra con las medias tintas”, agregó en uno de los puntos medulares del mensaje.
Pero ese pendiente, y otros, no importaron para que la gente abrazara al Presidente. Ni la misma pandemia que amenaza con golpear en una cuarta ola.
“Vacunados y con cuidado, ya teníamos que venir”, comentaron a SinEmbargo.
Así, a la Ciudad de México llegaron cientos de personas del Estado de México, pero también de más lejos: Veracruz, Chiapas, Quintana Roo y hasta de Macuspana, Tabasco.
Personas que, contaron, llevaban encerradas todo el tiempo de la pandemia, saliendo sólo a lo necesario. Llegaron con el esposo y dos hijas, cada uno con su cubrebocas, porque consideraron necesario hacer presencia.
Otros aseguraron que la pandemia ya se acabó, aunque la variante Ómicron está cada vez más cerca de México.
Los ciudadanos comenzaron a llegar desde antes de las 13 horas a la plancha del Zócalo.
Contingentes de diversas alcaldías de la Ciudad de México como Iztapalapa, Ixtapaluca, Xochimilco, Coyoacán y Azcapotzalco llegaron en camiones, al igual que vastos grupos de personas provenientes del Estado de México.
La plaza se llenó de banderas blancas con el logro de Morena, otras banderas guindas y algunos, integrantes del Partido del Trabajo (PT), también se hicieron presentes.
Doña Silvia llegó desde Iztapalapa para escuchar el mensaje del mandatario. La adulta mayor destacó que una de las cosas que más le ha impactado del actual Gobierno es que durante la pandemia México no solicitó deuda.
Consuelo Correa del Estado de México platicó que ella acudió a escuchar el mensaje para apoyar al Jefe del Ejecutivo porque considera que han sido tres años de cambios.
LA RUTA A SEGUIR EN LA SEGUNDA MITAD
Andrés Manuel López Obrador dijo —casi al inicio de su discurso— que a tres años su Gobierno se encontraba de pie a pesar de la pandemia.
Al hablar de la crisis por la COVID-19, señaló que el país enfrentó los efectos devastadores de esta contingencia con el desempeño fraterno y ejemplar del personal de salud.
Por ello, anunció que el personal de salud que ingresó temporalmente a trabajar a servicios de salud durante la crisis sanitaria mantendrán su empleo.
Otro de los aspectos que, el mandatario señaló durante su discurso, en materia de salud, es que el tener la vacuna a tiempo ayuda mucho al país.
Indicó que en México al menos el 86 por ciento por ciento de los adultos están vacunados y anunció que se van a aplicar dosis de refuerzo “comenzando con adultos mayores”.
“Garantizar la salud pública es un desafío […] Mi sueño es que la salud deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho universal de nuestro pueblo”, dijo.
El tema de empleo fue uno de los momentos en que más lo aplaudieron, pues el mandatario aseguró que se llegó a la cifra más alta de la historia en materia de empleo formal con un total de 20 millones 933 mil trabajadores inscritos en el IMSS con salario promedio de 13 mil pesos.
También reiteró lo anunciado días atrás: un plan general de distribución de medicamentos apoyado por las Fuerzas Armadas para llevar medicinas hasta los lugares más apartados del país, el cual arrancará en enero de 2022.
“El sueño que quiero convertir en realidad es que al final del Gobierno el sistema de salud pública permita que cualquier persona, sin importar su condición económica, social o cultural, sea atendida como lo merece”, expresó.
En materia de política social indicó que así como cumplieron con aumentar la pensión a nueve millones de adultos mayores de 65 años del país, harán lo mismo con la ayuda para niñas y niños con discapacidad, un programa que —anunció— buscan hacer universal de mano con los gobiernos estatales. Dijo además que a partir del año próximo aumentará el monto de las becas a estudiantes de familias pobres de preescolar hasta a nivel superior.
Al hablar de otro desafío, destacó cómo se ha ido dando el regreso a clases en medio de la pandemia e indicó que en cuanto a la investigación de mano “del nuevo Conacyt” habrá más científicos que hagan aportaciones como la que significó la creación de los ventiladores para tratar enfermos graves de COVID “y el año próximo, si todo marcha bien, contaremos con la vacuna Patria”.
Llegado el momento, López Obrador se refirió al principal desafío de su Gobierno: el crecimiento económico. Recordó que a diferencia de la mayoría de las naciones no se contrató deuda e indicó que por dos años y 11 meses mantuvo el tipo de cambio estable. También manifestó su confianza en la recaudación fiscal que ha tenido su administración, en el potencial de crecimiento del sector agropecuario, en la afluencia turística y en la ventaja que implicará el T-MEC.
“No tengo duda que pronto, muy pronto, terminaremos de salir de la crisis económica”, señaló.
El Presidente proyectó sus metas en el sector energético e indicó que a finales de 2023 se procesarán un millón 200 mil barriles diarios en las seis refinerías que rehabilitado, 340 mil barriles adicionales en la refinería que compramos a la empresa petrolera Shell y la misma cantidad, otros 340 mil barriles, en la nueva refinería de Dos Bocas.
Aseguró que habrá la capacidad para refinar alrededor de un millón 880 mil barriles diarios de gasolina, diésel y turbosina, con lo cual se garantizará el consumo nacional.
También destacó que con la nueva reforma constitucional que envió al Congreso se garantizará la soberanía energética al tiempo que se nacionalizará el litio, considerado como el oro blanco por las oportunidades que implica su explotación.
De igual forma refrendó algunas directrices en las cuales ha anclado el primer tramo de su Gobierno, algunas de las cuales le han sido cuestionadas ante los pocos avances: cerrar la puerta al maíz transgénico, no usar fracking, no otorgar nuevas concesiones mineras, no se sobreexplotar los mantos acuíferos, no permitir la tala de selvas y bosques, no autorizar la instalación de basureros de desechos tóxico o peligrosos, no permitir la operación a ninguna empresa que no tenga planta de tratamiento de aguas negras, ni cualquier actividad que dañe la salud, destruya el territorio o afecte el medio ambiente.
Al final de su discurso y tras enumerar varias de las acciones que ha implementado —algunas de las cuales le han valido críticas— señaló que el próximo tendrá una prueba de oro con la Revocación de Mandato, para sentar un precedente para los futuros gobiernos.
“El pueblo tiene que mantener todo el tiempo el poder en sus manos. Si un gobernante no está a la altura de las circunstancias y no manda obedeciendo al pueblo, revocación del mandato y para afuera”, advirtió.
Al tiempo que agradeció ante una Plaza de la Constitución colmada, el día se fue apagando.
La salida de la gente del Zócalo, luego de los tradicionales vivas a México, se extendió por dos horas. Era una imagen extraña luego de que el mundo recibiera mensajes de no estar en lugares cerrados y aglomerados.
Pero el Zócalo se volvió el de siempre, el de antes, el que lleva años con el grito de “es un honor estar con Obrador”.