Scorsese ha aprovechado para pedir que si se quiere ver una de sus películas o más bien cualquier filme que «por favor, no se vea en un teléfono, por favor. En un iPad grande como poco».
Madrid, 2 de diciembre (EuropaPress).- The Irishman, la última película de Martin Scorsese, ya está en Netflix. Como cualquier director que precie su obra, el cineasta detrás de títulos como Taxi Driver o El rey de la comedia quiere que los espectadores disfruten de su película de la mejor forma posible. Sin embargo, el realizador no contaba con una terrible amenaza para su obra: Los teléfonos móviles.
Durante una entrevista a Popcorn with Peter, Scorsese ha admitido que nunca pensó en que la gente podría ver su película en la minúscula pantalla de un teléfono.
«Nunca pensé en ello. Nunca pensé en ello», ha confesado. «Lo cierto es que llevo haciendo durante más o menos los últimos 20 años películas tanto para televisión como (en cuanto al tamaño de la pantalla) para cine. Nunca para un teléfono», se ha justificado el realizador. «Ojalá pudiera, pero no sé cómo», ha añadido exculpándose antes de añadir: «No, no lo pillo».
Ante esta inesperada y desagradable circunstancia, Scorsese ha aprovechado para pedir que si se quiere ver una de sus películas o más bien cualquier filme que «por favor, no se vea en un teléfono, por favor. En un iPad grande como poco».
La respuesta a la desesperada suplica del cineasta no se ha hecho esperar, aunque no del modo en que a él le gustaría.
Los usuarios de las redes sociales se han volcado en inventar las maneras más ingeniosas de ver The Irishman, con el único propósito de trollear a Scorsese. Desde pantallas de Tamagotchis, Cinexines y hasta calculadoras, pasando por relojes digitales, los espectadores han especulado con las maneras más desquiciadas (y desquiciantes) de ver el filme.