En medio del debilitamiento del sector público de salud, México ha recurrido a políticas de mercado internacionales para mantener el suministro de medicinas y otros productos, para así suplir las necesidades de los pacientes. En este panorama, son las grandes empresas las que van ganando terreno en la industria farmacéutica.
Ciudad de México, 2 diciembre (SinEmbargo).– La estructura de la salud pública en México está en crisis, su decadencia y el abandono del Estado han cedido el poder a un sistema privado que ha acaparado el mercado de la salud tras suplir las necesidades de los pacientes con servicios costosos. Sin embargo, la industria farmacéutica es la que más gana ante el desabasto de medicamentos que hoy sufren las instituciones públicas.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revelaron, en 2012, que México era el país con mayor gasto en medicamentos con relación a su porcentaje del gasto total en salud, debido a que invirtió en promedio 28.3 por ciento contra 17 por ciento de lo que gastan otros países. A esto se le suma que el 80 por ciento de los medicamentos que se requieren, se compran, pues los institutos no tienen la capacidad de producirlos, según informaron la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) y especialistas en el tema de seguridad social.
De acuerdo con académicos entrevistados por este medio, sexenio tras sexenio se presentan fallas en las políticas públicas que rigen al sector, además de que existen acuerdos como el Tratado de Libre Comercio o el Tratado de Asociación Transpacífico (TTP), firmado en octubre pasado, que sólo se enfocan en la apertura comercial y olvidan el bienestar de los mexicanos.
“La industria farmacéutica es una industria oligopólica, entonces hace alianza y plantea un frente respecto a los medicamentos y sus precios, por lo que es muy difícil de contender si no se tiene la fuerza del respaldo institucional y político”, dijo a SinEmbargo Oliva López Arellano, coordinadora del programa del doctorado en Ciencias en Salud Colectiva, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En ese sentido, explicó que México accede a políticas internacionales para mantener el suministro de medicinas y otros productos por obedecer a decisiones de los mercados mundiales, aunque esto no sea lo “más conveniente”.
La investigadora abundó en el caso del TPP, done México accederá –en caso de ser aprobado por el Congreso– a una ampliación en la duración de patentes en los medicamentos, lo que traerá como consecuencia inmediata el incremento de los precios, menor competencia y costos importantes para el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), pese a que las compras en los laboratorios privados sean “acumuladas”.
Así es como México se ha ganado un lugar entre los países con los medicamentos más caros y no necesariamente porque éstos representen altos costos de producción sino porque en este país se destina el 48 por ciento del ingreso total de las personas a atención medica y porque la inversión gubernamental que se hace en este sector es la más baja con sólo 82 dólares per cápita (mil 388 pesos con el actual tipo de cambio), según datos de la OCDE.
Si el país tuviera su propia producción de medicamentos, Berenice Ramírez comentó que “sería bueno para toda la economía y no sólo para la medicina, si no para el mercado interno, pero con todo lo que ha sucedió en las últimas décadas de apertura hay cosas que ya son irreversibles que ha perdido el país”.
LOS LABORATORIOS
Según diferentes rankings sobre los laboratorios más destacados por su calidad y número de ventas a nivel internacional, Pfizer, Bayer, Abbot, Glaxos, Novartis, Merck, Pfizer, Roche, Johnson & Johnson, Aastra Zeneca figuran como los más importantes del mundo. Algunos de ellos son proveedores de medicamentos y productos en México que brindan servicios al sector de salud pública.
De acuerdo con el portal de compras del Instituto Mexicano del Seguro Social, la institución pública pagó a Pfizer 325 millones 836 mil 348 pesos, según la última compra realizada en 2012. Datos del portal detallan que la licitación al 31 de diciembre de ese año, el pago fue con concepto de vacuna conjugada neumococica.
En el caso de las vacunas, la especialista explicó que problema es porque “se desmanteló la producción de los medicamentos biológicos y entonces ahora tenemos que comprar prácticamente todas. Antes de 1982 el país era autosuficiente en vacunas que se requerían en ese momento y que estaban en el esquema universal, pero ahora requiere comprarlas y es aquí donde las empresas ganan espacio”.
A Bayer de México S. A de C.V, el IMSS le compró 41 millones 873 mil 939 pesos en 2014, la mayoría en por el producto denominado medio de contraste para resonancia magnética quelatos de gadolineo 1, frasco con 15 mililitros.
De Abbot Laboratories de Mexico S.A de C.V adquirió Sevoflurano líquido de 250 militros por 62 millones 393 mil 136 pesos durante en 2012.
En el caso de Astra Zeneca, la última compra que realizó el Instituto fue por 14 millones 545 mil 901 millones de pesos, invertidos principalmente en lidocaína con hidrocortisona 60 miligramos.
A Laboratorios Pisa S.A de C.V pagó en 2014 un total de 416 millones 420 mil 397 pesos, la mayoría por productos para diálisis peritoneal contínua ambulatoria.
Asimismo, Glaxosmithkline México S.A de C.V vendió en 2012 más de 57 millones 721 mil 622 pesos en productos como vacunas antivaricela, hepatititis y medicamentos como amoxicilina, clavulanta y salbutamol.
Aunque Farmacias Similares no es una empresa reconocida a nivel internacional, es importante en esta lista porque es una de las empresas que aglomera el mercado de los activos a bajos costos en este país y América Latina. En 2013, el IMSS pagó un total de 20 mil 854 pesos por el medicamento finasterida gregea o tableta recubierta a Farmacias Similares, según su última compra.
La coordinadora del programa del doctorado en Ciencias de la Salud comentó que actualmente “vemos muchos laboratorios y mucha dispersión de la producción farmacéutica porque hay una concentración de las empresas, pero también hay un fenómeno en general de outsourcing”.
LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA
De acuerdo con la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (ANAFAM), las empresas que aglomera “producen aproximadamente el 40 por ciento de los medicamentos que la población mexicana consume, mientras que el 60 por ciento de su producción está dirigida a instituciones del sector salud y 17 por ciento son para el sector privado».
La investigadora de la UAM explica que “cerca del 80 por ciento de la de la población, o más, adquiere sus medicamentos en farmacias particulares. De este universo, yo calculo que entre el 40 y 60 compra medicamentos que no son de patente por lo caros que pueden estar; además que hay que destacar que a veces ni siquiera compran una receta completa porque su bolsillo no se los permite o porque simplemente no tenemos la cultura de darle seguimiento a los tratamiento”.
Según datos de la Secretaría de Salud, para el próximo año se destinaron 48 mil millones de pesos a la compra consolidada de medicamentos, es decir 3 mil millones de pesos menos respecto a 2015, cuando se otorgaron 51 mil millones de pesos.
Olivia López explicó que “ahora lo más que se ha conseguido es la compra consolidada donde se consiguen ‘mejores precios’, pero siguen siendo empresas privadas con sus propias reglas y estándares”.
Datos de Transparencia Mexicana detallan que el gasto en fármacos ha ido en incremento durante los últimos años ya que ha gastado millones de pesos en este rubro: en 2010 gastó 24 mil 355, 27 mil 980 en 2011; 37 mil 698 en 2012; 42 mil 494 millones en 2013 y 43 mil en 2014
Según la Secretaría de Salud, 2016 será el primer año que 21 estados de la República tendrán que aportar de su propio presupuesto para la compra de medicinas.
Por su parte, Marcela Velasco González, subsecretaria de Finanzas de la Secretaría, dijo que los estados de la adquisición acumulada de los medicamentos incrementarán nueve por ciento sus recursos y que hospitales federales y regionales de alta especialidad, así como los institutos nacionales subirán seis por ciento su presupuesto para la adquisición de los activos con lo que para 2016 “se garantiza el abasto de medicamentos, insumos y material de curación”.
Para la titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, “si seguimos con el modelo curativo vamos a requerir más medicamentos y eso sumado con un procesos de envejecimiento de la población lo que pasa en sociedades envejecida la gente vive más pero se enferma mas en los últimos años de vida”.
LOS ESQUEMAS DEL MERCADO
De acuerdo con un texto publicado por Salud Publica en 2011, “la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los gobiernos nacionales deben asegurar que los pacientes reciban los medicamentos de acuerdo con necesidades clínicas, en las dosis y tiempo adecuados, y al menor costo posible”.
En contraste, la organización detalla que en un estudio realizado en unidades de la Secretaría de Salud se demostró que sólo 50 por ciento de los medicamentos esenciales estaban disponibles en las unidades de primer nivel de atención, en tanto que otro análisis mostró que menos de la mitad de los usuarios de esta institución obtuvieron los medicamentos en sus farmacias, lo que colocó a la Secretaría de Salud como la institución con menor surtimiento de recetas en México.
Al respecto, López Arellano explicó que “antes la propia Secretaría de Salud tenía sus propios laboratorios para hacerse cargo y hace el monitoreo de biodisponibilidad o equivalencias, para monitorear los medicamentos, y a mediados 1980 estos laboratorios que eran propios se cayeron, y se fueron lo mecanismos y apelaron a la autoregulación de las empresas farmacéuticas”.
Por su parte, el portal Iberoamericano de Marketing Farmacéutico, que retomó datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, explica que “la mayor parte de los medicamentos se compran con recursos privados. Aunque en el papel más del 90 por ciento de los mexicanos pertenecen a alguna institución pública de salud, la mayoría de ellos tienen que comprar las medicinas que necesitan con su propio dinero”.
En ese sentido, el portal detalló en una publicación de 2011 que la Confederación Nacional Campesina (CNC) reclamó a la Secretaría de Salud el alto gasto de los medicamentos base y citó el caso del calcio que en su presentación de 12 comprimidos de 500 miligramos fue adquirido por el gobierno de Coahuila en 11.8 pesos, pero el mismo producto le costó a Aguascalientes 274 pesos, es decir, 2 mil 222 por ciento más caro. El Fenobarbital, 20 tabletas con 100 miligramos, Aguascalientes lo adquiere en 41.2 pesos, mientras que Nuevo León en 20.8 pesos, pero Quintana Roo paga 218.2 pesos.
En ese sentido, la investigadora de la UAM dijo que “se supone que sí se toman los parámetros internacionales para la comercialización, pero como la regulación es tan laxa pueden tomarlos en el papel, pero a la hora de la hora son las empresas trasnacionales las que dominan”.
Por su parte la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) dio a conocer que el valor de las ventas de todas las especialidades de las farmacias que integran la Cámara crecieron a una tasa anual compuesta del 4.3 por ciento en términos nominales de 2007 a 2013, lo que significó un incremento de más de 43 mil 287 millones de pesos.
SIN ACCESO A MEDICAMENTOS
De acuerdo con cifras de del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2015, en este país habitan 112 millones 336 mil 538 personas, pero según datos del Consejo Nacional de Evaluación Política de Desarrollo Social (Coneval), casi la mitad de este total son pobres (55.3 millones), lo que significaría que apenas la mitad de la población puede comparar un medicamento de patente.
Además, datos del Inegi de 2013 destacan que en este país hay 43 millones 479 mil 016 que no están contemplados por las cifras del Sistema Nacional de Salud, es decir que no están afiliados a una institución, por lo que al menos esa cantidad no puede tener acceso a los fármacos que otorga la seguridad social.
Asimismo, cifras del Instituto nacional de Estadística informan que en México apenas hay 21 mil 738 unidades médicas del Sistema Nacional de Salud en todo el territorio, y no todas cuentan con un abasto suficiente de todos los medicamentos.
Por otro lado, el Presupuesto de Egresos 2016 aprobó un gasto de 229 mil 916 millones de pesos para el ISSSTE y 544 mil 321 millones para el IMSS, mientras que el total de gasto para salud fue de 132 mil 216 millones de pesos, 2 mil millones de pesos menos respecto a los asignados en 2015 para este último sector.
Sin embargo el problema del gasto en medicamentos no es nuevo, desde hace una década organismos internacionales ya alertaban sobre la inversión que hace este país. De acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México gastó alrededor de 14 mil 400 millones de dólares en farmacéuticos en 2004, nivel superior al de los países de la OCDE.
La OCDE destacó desde entonces que si se considera el gasto per cápita, México ocupó el último lugar con 138 dólares pese a que el país se colocó como de las naciones que tiene ingresos más bajos comparados con los que integran la OCDE.
Y por si fuera poco, el sistema de salud pública también sufre de otro mal: la corrupción “que es muy difícil de demostrar pero hay muchas pérdidas del sector público por mecanismos que sustraen recursos de las instituciones y porque están en la lógica de los mercados ya que hay una enorme cantidad de servicios que están subrogando, como el caso de medicinas y productos, y están sujetos a las reglas de estas empresas”, concluyó la investigadora de la UAM.