Investigadores y estudiantes de Universidad de Tel Aviv diseñaron y construyeron en el campus el pequeño satélite de 2.5 kilos y 10x10x30 centímetros que, además de su misión científica, servirá como «estación de retransmisión espacial para las comunidades de radioaficionados de todo el mundo».
Jerusalén, 2 de noviembre (EFE).- Un nanosatélite, desarrollado por la Universidad de Tel Aviv, estudiará la radiación cósmica desde el espacio, en el primer proyecto independiente de este tipo ideado y creado por la academia israelí.
La agencia espacial japonesa JAXA ultima las pruebas de vuelo del llamado «TAU-SAT1», antes de ser enviado a Estados Unidos desde donde será lanzado en el primer trimestre de 2021 por la NASA y la compañía aeroespacial Northrop Grumman con destino a la Estación Espacial Internacional.
«Para recopilar los datos, hemos construido una estación satelital en el tejado de la facultad de Ingeniería», detalló Ofer Amrani, director del laboratorio de Nanosatélites de la Universidad, sobre el sistema que permitirá recibir información cuatro veces al día cuando orbite sobre Israel.
Investigadores y estudiantes del centro universitario diseñaron y construyeron en el campus el pequeño satélite de 2.5 kilos y 10x10x30 centímetros que, además de su misión científica, servirá como «estación de retransmisión espacial para las comunidades de radioaficionados de todo el mundo».
Eso sí, solo durante unos meses ya que, al carecer de motor, su trayectoria se desvanecerá con el tiempo «como resultado de la resistencia atmosférica, se quemará en la atmósfera y volverá como polvo de estrellas».
El minisatélite orbitará la Tierra a 400 kilómetros sobre el nivel del mar y a una velocidad de 7,6 kilómetros, lo que significa que completará una vuelta cada 90 minutos.
Con el desarrollo no solo del satélite sino de las infraestructuras espaciales en la Universidad de Tel Aviv, la institución ya planea comenzar a desarrollar el TAU-SAT2.
«Estamos viendo una revolución en el campo del espacio civil», valoró el profesor Colin Price, uno de los directores académicos del nuevo Centro de Nanosatélites de la Universidad.
Price también remarcó lo económico de estos proyectos: «Como resultado de la miniaturización y modulación de muchas tecnologías, hoy las universidades están construyendo pequeños satélites que se pueden desarrollar y lanzar en menos de dos años», celebró.