Los manifestantes exigen la dimisión del Ejecutivo del Primer Ministro, el populista Boiko Borisov, y del Fiscal general, Ivan Geshev, a quienes acusan de corrupción, lazos con la mafia y de servir a los intereses de una oligarquía económica.
Sofía, 2 sep (EFE).- Varias personas han sido detenidas en Sofía este miércoles durante enfrentamientos entre las fuerzas del orden y manifestantes que intentaron bloquear el Parlamento, en lo que es el día número 56 de las multitudinarias protestas ciudadanas que piden la renuncia del Gobierno, al que acusan de corrupción.
Desde primera hora de hoy, día en que se reinician las sesiones parlamentarias tras las vacaciones de verano, miles de manifestantes se congregan frente a la sede de la Cámara con la intención de bloquearla durante toda la jornada.
Si bien las protestas se vienen sucediendo a diario desde el 9 de julio, principalmente por la noche, esta vez la convocatoria es más amplia de lo habitual, pues los organizadores han movilizado a ciudadanos de diversas partes del país que han acudido a la capital.
También la policía ha desplegado a miles de agentes, uniformados y vestidos de civil, en torno al edificio del Parlamento y en otros lugares del centro de Sofía.
Varias emisoras locales de televisión emiten en vivo desde el lugar de los hechos y mostraron cómo dos personas fueron detenidas cuando un grupo intentó atravesar el cordón de protección desplegado con vehículos policiales.
Las fuerzas antidisturbios recurrieron a gases lacrimógenos para repeler a los manifestantes y permitir el acceso de los diputados al Parlamento.
Decenas de ciudadanos, periodistas y policías sufrieron problemas en la vista y respiración, indicó la cadena privada bTV, mientras que Nova TV informó de ocho personas arrestadas.
Hasta el momento no había confirmación oficial del número de detenidos, ni datos sobre los heridos.
SERIA CRISIS INSTITUCIONAL
En medio de la pandemia de la COVID-19, Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea (UE), atraviesa la peor crisis política e institucional desde el fin del régimen comunista en 1989.
La intensa ola de protestas revela el profundo descontento de la población con el Gobierno actual, una coalición de conservadores y ultranacionalistas.
Los manifestantes exigen la dimisión del Ejecutivo del Primer Ministro, el populista Boiko Borisov, y del Fiscal general, Ivan Geshev, a quienes acusan de corrupción, lazos con la mafia y de servir a los intereses de una oligarquía económica.
En un intento de calmar los ánimos, Borisov, que desde 2009 domina la escena política del país balcánico, propuso hace pocas semanas modificar la Constitución y dijo que estaría dispuesto a dejar el cargo si el Parlamento aprueba un proyecto de su partido, el GERB, para iniciar el proceso de redactar la nueva Carta Magna.
Pero la idea no ha impresionado ni mucho menos disuadido a los manifestantes, que ven en ella el mero intento de Borisov de ganar tiempo para permanecer en el poder hasta las elecciones legislativas regulares previstas para el año próximo.
LLAMADO A ELECCIONES ANTICIPADAS
También la principal formación opositora, el Partido Socialista, y el Presidente del país, Rumen Radev, piden la renuncia del Gobierno, y si bien coinciden en la necesidad de una reforma constitucional, rechazan que el procedimiento esté liderado por la actual elite política, por lo que quieren elecciones anticipadas.
Radev volvió hoy, ante los diputados reunidos en el hemiciclo, a reiterar sus exigencias, que incluyen la disolución del Parlamento.
«Estos debates y las decisiones futuras deben tener lugar en un nuevo Parlamento y luego de formarse un nuevo Gobierno que cuente con la necesaria confianza (de la población)», dijo el jefe del Estado.
«Si este Parlamento hubiera ejercido un control eficaz sobre el poder Ejecutivo, ahora no habría oligarcas poderosos y calles llenas de ciudadanos indignados. El Parlamento actual se convirtió en un ejecutor incondicional de la voluntad del Primer Ministro», declaró.